Capítulo 35: Excitación

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Veo el recorrido que va haciendo el coche, no me suena nada de nada y ya no es por la pérdida de memoria.

―¿A dónde vamos?

―Quiero llevarte a otro lugar que no sea la casa, quiero que tengamos una cita y hablemos ―dice―. Espero que aceptes...

―Ya me estás llevando ―le digo un poco brusca.

―Lo siento...

Después de un rato conduciendo, nos bajamos en un elegante restaurante con mesas en un jardín y un decorado de velas. Parece todo muy romántico lo que me pone algo nerviosa.

Cuando llegamos el camarero nos indica una mesa, la más alejada de las demás y en donde se puede estar tranquilo. Nos sentamos y nos quedamos mirando a diferentes lados.

―Inna me estuvo contando toda la movida...

―¿En serio?

―Sí, supongo que te debo una disculpa por el numerito que te hice en el restaurante ―digo mirándole a los ojos de nuevo.

―Yo soy el primero que debo pedirte disculpas, te tendría que haber contado antes todo nuestro pasado. Tenía miedo a que si te decía las cosas que he hecho decidieras dejarme...

―James... ―que duro va a ser esto―. He dado una oportunidad a lo que tenemos, y sigue estando. Lo único que sigo sin recordar y debo decir algo que te va a doler...

―No me amas, ¿verdad? ―sus ojos me mirando directo.

―Yo... ―tiemblo un poco―. Yo no sé... no sé qué responder a esa pregunta...

―Entiendo ―mira hacia abajo.

―No puedo decir que no sienta algo por ti, porque me estaría mintiendo, pero tampoco puedo afirmar que te amo porque también me estaría mintiendo ―consigo decir―. Quiero recordarte, recordar lo nuestro y poder pasar esta dura página, pero mi mente necesita tiempo, no sé cuándo van a volver los recuerdos y los sentimientos. Pero sé que si me enamoré de ti una vez, puedo hacerlo otra vez y es por eso que quiero seguir intentándolo ―James alza su cabeza y me mira, sus ojos están algo cristalinos. El corazón me da vuelvo y necesito levantarme para abrazarlo.

Sin pensarlo dos veces lo hago y me siento en sus rodillas. Él al principio se queda sorprendido pero finalmente me abraza por la cintura y apoya su cabeza en mi clavícula. Puedo sentir su miedo a perderme y eso me duele también a mí. No debería ser tan dura con él.

―Me gustas ―le digo al oído. Alza su cabeza y sus pupilas se dilatan―. Eso sí lo tengo claro.

Lo tengo claro. Me gusta James, es guapo, elegante, atractivo, tiene un cuerpo de ensueño y parece un dios griego en comparación con Steve. James no tiene nada que envidiarle.

Solo es mi confusión.

James me mira a los ojos tan intensamente. Aunque no recuerdo puedo identificar una mirada de lujuria, y él ahora mismo la tiene. Me desea y lo sé. Siento el bombardeo de la sangre en mi intimidad y me desconcierte a la vez que me excita.

El camarero trae un vino junto a dos copas y nos la pone en la mesa.

―Nos vamos a ir, quiero tres botellas de vuestro mejor vino ―dice James.

―Está bien, caballero ―dice el camarero.

Nos levantamos y vamos hacia la barra del interior y James paga una suma elevada por los vinos. Creo que ha pagado más por los vinos que lo que iba a costar la cena.

―Vámonos, querida ―me dice susurrándome al oído. En ese momento me da un tembleque por todo el cuerpo que me hace sentirme como loca. Me es tan familiar esta sensación.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora