Llegamos a un lujoso restaurante del cual me quedo impregnada al momento. Todo está bien cuidado y limpio, además es bastante moderno y lujoso. Creo que esta cena va a marcar un antes y un después con mi padre.
―Espero que te sientas cómoda, ya sabes que me puedes contar y decir todo lo que quieras, hija mía ―me dice con una sonrisa tierna.
―Gracias ―le doy una sonrisa tímida.
―Me encantaría escuchar pronto un papá de tus labios ―me dice con la mirada un poco perdida―. Ojalá algún día me perdones y seas capaz de llamarme así.
―B-Bueno... creo que no tengo nada que perdonarte. Al fin y al cabo, te engañaron ―le digo mientras cojo la carta y veo que sirven. ¡Menudos precios!―. Todo es carísimo.
―Perdona, pensaba que estabas acostumbrada ―me dice soltando algunas carcajadas―. Saliendo con James Evans creía que esto era vuestro pan de cada día.
―Para él puede que sí, pero para mí no ―le digo mirando en la carta lo más barato que haya―. Si me costaba luchar contra los lujos de James, no me quiero imaginar con los dos.
―Cariño, creo que te vas a tener que acostumbrar, además, lo que es mío, es tuyo ―me dice dándome una sonrisa llena de ternura.
―Yo... quiero sentirme que valgo por mí misma ―le digo habiendo escogido ya un plato―. Es por eso que decidí trabajar.
―Quiero que me cuentes todo lo que recuerdes y lo que has vivido en este tiempo ―me dice él con un tono alegre―. Quiero saber el día a día de mi hijas y lo que pasa a su alrededor.
[...]
Los dos nos estamos riendo como cerdos en medio de la calle. Estamos sentados en un muro bajo mientras comemos nuestro helado favorito, que casualmente es el helado de vainilla con caramelo.
Es un sabor muy común y plano, pero es el que mejor me sienta y nunca me cansaría de él. Además, el Burguer King sabe cómo hacerlos de bueno...
―Hija, ¿de verdad os ha ocurrido eso a ti y a tus amigas? ―yo asiento mientras me río más fuerte viendo como la barba de mi padre está llena de helado.
―Es que son unas locas ―le digo mientras busco un clínex en mi bolso y se lo tiendo. Él lo agarra con aprecio y se limpia la cara.
―Tú también estás manchada ―me dice señalándome el rostro―. No sé cómo me he dejado convencer para que viniéramos al Buguer King a tomar unos helados. Cuando dijiste que te apetecía uno pensé que iríamos a una heladería.
―Hay una que me gusta muchísimo y puedes elegir muchísimos sabores, pero a estas horas de la noche ya está cerrada ―le digo mientras me termino el helado.
―Me parece que tienes a unas amigas encantadoras y únicas ―me mira un segundo―. Nunca las dejes marchas. Por lo que me cuentas, ellas matarían por ti.
―Sí... y yo mataría por ellas ―le digo con una leve sonrisa en los labios. Las quiero muchísimo.
―Ojalá algún día pueda ver esa mirada de amor por mí ―me dice dándome la mano―. Hija, quiero que formes parte de mi vida, de verdad. Vente a trabajar en nuestra empresa.
―¿Qué? ―me quedo con la boca entreabierta.
―Algún día mi empresa será heredada para ti y quiero que te familiarizaras con ella ―me suelta y me quedo sin poder pronunciar ninguna palabra.
―Pero... yo no recuerdo nada de lo que estudié y además, como voy a ir de repente a trabajar en tu empresa, van a pensar que soy una interesada ―le empiezo a decir nerviosa―. Y tengo todavía cinco meses de contrato en la floristería.
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Deseo Incontrolable II [+18]
RomanceSegunda parte de "Ardiente Deseo". Mi vida cambió en aquella sesión de fotos. Conocí al sexy empresario de la franquicia hotelera más prestigiosa de toda Europa. James Evans y su mundo oscuro. Y ahora yo, pertenezco a ese mundo oscuro.