Capítulo 50: El encuentro

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Han pasado un par de semanas y he podido encontrar con rapidez gracias a Inna un pisito de alquiler. Todos los días tengo al menos cinco llamadas de James, de vez en cuando se las cojo para tranquilizarlo y que no haga ninguna locura. Hemos estado hablando de nosotros y nuestro futuro y parece que en la última conversación pareció aceptar un poco este tiempo que le he pedido...

―James sé que para ti es duro, desde que tuve el accidente y no recuerdo apenas nada ha sido un cambio muy grande en tu vida ―suspiro y prosigo―. Seguro que para mi vida también ha sido un cambio muy grande, pero no recuerdo nada... la cosa es que necesito pensar en lo que quiero ahora mismo ―le digo calmadamente―. Me gustas mucho James, tanto que incluso temo a perder la razón y obviar lo que no está bien, es por eso que necesito pensar calmadamente en cómo podemos poner solución a lo que nos sucede.

Este fue el último audio que le mandé por WhatsApp para que no insistiera más llamándome, sus palabras fueron que también le gusto tanto que hasta pierde la cabeza, y que espera que medite bien porque me quiere de vuelta pronto. La verdad es que leyéndolo parece un arrogante pero he de decir que es solo que me imagino al leerlo, seguramente esté asustado. A lo mejor con esto aprende a controlarse más, me dolería dejarlo la verdad, le he cogido mucho cariño en este tiempo y sé de corazón que su amor es de verdad y solo busca lo mejor para mí, pero a veces no mide las consecuencias de sus actos.

Menos mal que Steve está bien porque si llegase haberle ocurrido algo peor... entonces no sé cómo podría mirarle a la cara a James, también debo admitir que la caído no fue directamente intencionada por James, sino que al golpearle se tropezó y cayó de mala forma en la estantería repleta de macetas.

Me preparo para ir a la floristería junto con el hermano de Steve, Óscar. La verdad es que me sorprendió bastante que finalmente aceptara echar una mano, pero creo que una parte de que eso sucediera es porque James le ha dicho que lo haga.

Cuando llego a la tienda me encuentro que todavía está cerrada por lo que me extraña muchísimo y eso hace que piense en cómo cojones abro yo ahora la tienda. No tengo ninguna copia de la misma por lo que es imposible que entre. Cojo rápidamente el teléfono y marco el número de Óscar pero no me lo coge. ¿Le habrá pasado algo a Steve? Empiezo a preocuparme y me dispongo a llamar a James para saber qué pasa con Óscar.

―¡Alexa! ―grita una voz bastante reconocible detrás de mí y me doy la vuelta para encontrarme con Steve. Me sorprendo tanto al verlo que me quedo con la boca abierta mientras lo observo sin ningún vendaje en la cabeza. Ahora solo tiene unas tiritas colocadas encima de la ceja y poco más.

―¿Cómo es que estás aquí? ―le pregunto acercándome a él.

―¿No te alegras?

―Claro que me alegro pero creía que ibas a necesitar más tiempo para recuperarte ―le digo mientras le doy un abrazo no muy fuerte que él me corresponde.

―Yo me curo muy rápido, además, me da miedo dejarte a solas con la tienda ―dice riéndose en broma. Menudo chiste la verdad.

―Ehh, tan mala no soy dirigiendo la tienda ―digo fingiendo indignación.

Entramos en la tienda y empezamos a trabajar. Durante todo el día veo a Steve, me preocupa que en algún momento se tropiece o le entre algún mareo. No quiero que le pase nada, demasiado ya le ha ocurrido por meterme en su vida. Me siento culpable porque perfectamente podría haber evitado todo esto.

Después de terminar el día duro de trabajo me quedo en la silla de la recepción medio tumbada con los ojos cerrados hasta que siento un tacto suave y un olor agradable en mis labios. Entonces al abrirlos veo una gardenia blanca y hermosa.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora