Capítulo 74: Mi vida

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Todo, absolutamente todo era mentira.

Me quedé mirándolo sintiendo mis ojos humedecerse. James tenía razón, no tendría que haber confiado nunca en él, fui tan cabezota.

—¿Lo que quieres es dinero? Te hago un cheque y me dejáis en paz —le digo con todo el odio que puedo expulsar.

—Quiero contarte la verdad, aunque no me creas, es lo justo —me dice con una leve sonrisita.

—¿Por qué iba a querer escucharte ahora? —le suelto pero él niega.

—Cuando naciste tu madre y yo estábamos muy enamorados, estábamos metidos en las drogas, los dos —empieza diciendo—. Yo la conduje a ello.

—Maldito...

—Nunca planeamos tener hijos, es más, yo odio a los niños, pero tu madre me engañó, ella no tomó las píldoras para quedarse embarazada, quería tener un bebé aunque las consecuencias fueran graves —dice mirando hacia el suelo—. Ella quiso mejorar, dejar este horrible mundo y ser mejor por ti, pero yo tenía otros planes, quería seguir en los negocios. Tenía muchas deudas y vosotras erais un estorbo, así que me marché.

—Eres una persona horrible —le digo en un susurro—. No te mereces ni que te mire a la cara.

—Me da igual que no me mires a la cara —me dice—. Tu madre no pudo soportar que os abandonara, intentó contactar conmigo y en varias ocasiones dijo que te abandonaba para venirse conmigo —dice y cierro los ojos—. Cuando tenías dos años, tu madre te dejó con tu tía y se fue a buscarme, tuvimos unos meses llenos de sexo, alcohol y drogas pero la dejé —dice riéndose—, no quería más de ella y seguramente volvió contigo, pero ya había recaído.

—¿Por qué me quieres contar todo esto? ¿No estás ya contento? —apenas puedo pronunciar las palabras porque el nudo de mi garganta amenaza con estallar.

—Te lo cuento porque mereces saber la verdad del pasado, al menos eso sí podré darte —me dice—. Siento no ser el padre que querías y siento que tu madre no volviera a levantar cabeza y siguiera consumiendo hasta su muerte.

—¡No te importa nada! ¡No finjas! —le grito rompiendo a llorar. La puerta se abre corriendo y entra Erick con los ojos muy abiertos.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunta acercándose a mí pero levanto una mano para que se quede quieto.

—Entonces te voy a decir yo también una cosa —le digo con odio—. Si James no está enterado ya poco tiempo le falta —empiezo diciendo con mi voz amenazante—, pero como a mí me ocurra algo o al bebé que llevo dentro, juro que acabaréis todos muertos —miro a mi ex padre y ex amigo.

La cara de Erick se descompone, mi padre se sorprende unos segundos pero vuelve rápido a su expresión seria.

—No pretendemos hacerte daño, sólo utilizarte para que James nos dé todo el dinero que queremos —dice el muy desgraciado.

—Mientes —le digo y me eleva la ceja—. Cuando tengáis el dinero, Erick me llevará lejos y secuestrada, así que no pienso cooperar con vosotros —les digo y ahora sí que cambia por completo la expresión de mi padre.

Se levanta con furia y coge del cuello a Erick, me sorprende tan rápido que suelto un gritito. Lo saca de la habitación casi a rastras y escucho como empiezan a discutir afuera. La voz de Aaron se suma a la de ellos dos y logro escuchar algunas cosas.

—¡Maldito! ¿Por qué cojones metiste a este gilipollas en todo esto? —grita Aaron.

—¡Porque nos conviene! —grita también mi padre—. ¿O acaso no recuerdas lo bueno que es con la informática? ¿Y cómo hemos logrado falsificar nuestras identidades?

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora