Capítulo 38: La floristería I

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Estoy yendo de camino al centro, a la misma cafetería en la que quedé con Lizy hace un tiempo, pero esta vez voy a quedar con las dos. Tengo muchas ganas de quedar con ellas. El chófer de James me deja junto a la acera y me bajo corriendo para no entorpecer la circulación. Le digo adiós con la mano y me da un leve movimiento de cabeza. Cuando ve que el tráfico se lo permite, empieza a circular de nuevo.

Me voy contenta andando y me quedo mirando la floristería.

―Vaya, estaba tan cerca de la cafetería ―miro al otro lado de la calle y puedo ver el restaurante que me llevó James y vi a Carol por primera vez después de mi despertar.

―¿Alexa? ―escucho una voz proveniente del lado de la floristería y me giro a mirar.

―Hola Steve, ¿qué tal? ―digo acercándome hacia él―. Menuda casualidad.

―Bueno... la verdad es que sí ―me da una sonrisa agradable―. ¿Qué haces por aquí?

―He quedado con unas amigas en la cafetería de aquí cerca ―Me acerco a unas flores que están a unos metros de Steve.

―¿Te gustan? ―me pregunta mientras se acerca también.

―Sí, me resultan familiar ―le sonrío―. Además, aquí me compraron el ramo de boda ―suelto sin más.

―¿Boda? ―me pregunta incómodo.

―Sí, ¿te acuerdas que te dije que tuve un accidente y no recuerdo absolutamente nada? ―asiente―. Pues cuando desperté supe que estaba casada ―me río―. Y hace poco vine a aquel restaurante ―señalo al otro lado de la calle―, y me contó que de aquí fue el ramo.

―¿Me dices el nombre del chico? ―me quedo mirándolo con el ceño fruncido―. Tenemos un listado por el ordenador de los encargos que realizamos, a lo mejor puedo encontrar el ramo que te hizo tu marido y tengamos flores disponibles para hacerte un recreación.

―¡Eso me haría mucha ilusión! ―le digo dando palmaditas de alegría―. Su nombre es James Evans.

―Mm me suena muchísimo ―Va hacia el ordenador y empieza a teclear el nombre de James para buscar el ramo. Después de unos segundos levanta la cabeza―. Aquí está.

Me acerco para poder ver el encargo y solo veo letras. Vale, no sirvió de nada, no sé qué pensaba que iba a salir, ¿una imagen del ramo?

―Me has dicho que vas a quedar con unas amigas, ¿verdad? ―dice Steve y yo asiento―. Pues entonces te lo voy a preparar, creo que tenemos todas las flores que están escritas, sino buscaré la similar ―dice con una sonrisa radiante―. Ojalá eso te haga recordar.

―Ojalá ―le digo sonriendo―. Gracias... ―ahora es él quien me mira con duda.

―¿Por qué?

―Porque estás ayudándome sin conocerme a que recuerde algo de mi pasado ―le miro directamente a los ojos―. Para mí eso es muy importante ―le pongo mi mano en su hombre y se la aprieto levemente―. ¡Nos vemos después!

Me salgo de la tienda y me giro para decirle adiós con la mano. Me doy cuenta que hay un cartel en la cristalera y me detengo por unos segundos para leerlo.

"Se busca ayudante".

Doy una última sonrisa y me voy hacia la cafetería. Miro la hora y voy con diez minutos de retraso, espero que las chicas no me maten por llegar tarde, aunque si el accidente no lo hizo, no creo que lo vaya a hacer llegar tarde.

Ya estoy llegando a la terraza de la cafetería y puedo ver a mis amigas en una mesa sentadas con sus bebidas. Las saludo de lejos y corro un poco para llegar hasta ellas.

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora