Abro los ojos después de sentir a James zarandeándome, es bastante molesto pero da resultados. Me doy cuenta que está de pie delante de mí. Entonces miro a mi alrededor y observo que ya el avión ha aterrizado. Bienvenida a España, de nuevo.
Una parte de mí le da pena, porque la verdad es que me lo he estado pasando tan bien con James ―quitando algunas cositas―, y me gustaría haber seguido así de bien. Pero bueno, también echo de menos a mis amigas, y tengo ganas de que me cuenten qué tal les ha ido.
Así que me quito el cinturón con una sonrisa en los labios y le doy un casto beso a James en la mejilla para ponerme en marcha hacia la puerta del avión. Bajo por los escalones sintiendo el levante tan típico de la provincia.
―Hola Cádiz, creo que te echaba de menos ―Escucho a James reírse detrás de mí y me rodeo con sus brazos por la cintura para después darme un beso en la mejilla.
―Venga, nena. Seguro tienes ganas de ver a tus amigas ―me suelta y empezamos a bajar hasta que llegamos a una furgoneta negra, suya también.
Nos adentramos a ellas mientras veo nuestras maletas, que han aumentado considerablemente. No es que sea fanática a las compras, pero le he dado duro en el viaje.
Miro a James atento a su IPhone y me pongo yo también con mi móvil para mandarles un mensaje a las chicas y decirles que ya estoy en tierra española, concretamente gaditana.
Ponen en marcha el coche y empezamos a salir del aeropuerto. Abro un poco la ventanilla para sentir el viento en mi cara. Estoy algo nerviosa de poder ver a las chicas, nunca habíamos estado tanto sin vernos.
[...]
Después de media hora, que para mí se hace incluso más largo que el viaje en avión, llegamos a la casa de James, lo que me hace pensar... vivimos juntos. Para mí es algo sorprendente, y me cuesta asimilarlo, pero es así, es cierto. Apenas dio tiempo a mover todo el equipaje y mis objetos personales, pero qué más da, ya seguiré con la mudanza más adelante, ahora mismo quiero ver a las chicas.
―Creo que voy a ir directamente a ver a las chicas ―le sonrío a James.
―Pero tienes que estar cansada, ¿no? ―me dice acariciándome la mejilla.
―Sí, lo estoy, pero creo que me gustaría quedarme con ellas esta noche y hablar de todos los hermosos sitios que me has llevado ―James pone una mueca de desaprobación pero finalmente asiente.
―Me parece bien ―ahora su rostro forma una suave sonrisa daleada.
―Como sigo teniendo cosas allí no será necesario que me baje a coger nada, así que sigo directamente.
―Ya podrías haberme dicho antes, y te acompaño ―me da un beso en la frente.
―Lo sé, pero quería yo acompañarte a casa, siento que sea muy brusco ―le doy un beso suave y lento en los labios, los suyos me siguen a la perfección y hacemos una danza con nuestras lenguas que al cabo de unos minutos nos separamos por falta de aire.
―Conduce con cuidado ―le dice al conductor―. Te quiero, pequeña.
―Yo también te quiero ―le doy un abrazo de oso. Se sale del coche y me despido con la mano. Después cierra la puerta y le indico al chofer a dónde queda la casa de mis amigas.
Lo que son minutos vuelven a parecerme horas, pero por fin estoy en el edificio de las chicas, por lo que corro a bajarme del coche como si no hubiera una mañana y abro la puerta del portón, que como no, siempre está abierta. Los vecinos nunca han sido muy cuidadosos, y por esto pueden suceder cosas malas...
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Deseo Incontrolable II [+18]
RomanceSegunda parte de "Ardiente Deseo". Mi vida cambió en aquella sesión de fotos. Conocí al sexy empresario de la franquicia hotelera más prestigiosa de toda Europa. James Evans y su mundo oscuro. Y ahora yo, pertenezco a ese mundo oscuro.