Deseo Incontrolable II [+18]

Capítulo 47: Hospital

Veo a Steve en el suelo con sangre en la cabeza y todo mi cuerpo tiembla del miedo. No me puedo mover y veo a James respirando con fuerza como si su pecho fuese a explotar. Sus venas de la cara y los brazos están hinchados. Parece otro hombre totalmente distinto al James que he conocido.

―¡LO HAS MATADO! ―le digo una vez que logro que mi voz salga por la boca. Corriendo me acerco hacia Steve pero James me coge por los brazos y me separa a unos metros de él. Yo grito para que me suelte pero no me hace caso―. ¡ALÉJATE DE MÍ, MALDITO PSICÓPATA!

―¡NO TE ACERQUES A ÉL! ―Me grita el muy cabrón de mierda.

―¡HAY QUE LLAMAR A UNA AMBULANCIA, MALDITO! ―le pego un empujón con todas mis fuerzas y logro zafarme de su agarre para poder coger mi teléfono y llamar a la ambulancia.

Con miedo veo en dirección a Steve y la sangre no para de bajar por su rostro. Siento que toda la sangre de mi cuerpo se vuelve fría y que el aire me va abandonando poco a poco los pulmones. James sale de la tienda y da un portazo, después entra uno de los seguratas que tiene y se acerca a Steve, con miedo voy hacia él pero me levanta la mano para que me quede en el sitio en donde estaba y escucho una voz al otro lado del móvil.

Con rapidez le digo a la mujer que está al otro lado de la línea que traiga una ambulancia y los datos mínimos y necesarios para que venga lo antes posible. Dejo el teléfono por ahí tirado y me acerco a Steve. El hombre le toma el pulso y asiente con la cabeza.

Está vivo.

Me llevo la mano en el pecho soltando todo el aire que tengo en ellos y vuelvo a coger para llenarme de oxígeno.

Pero la verdad es que eso no asegura que vaya a estar bien. El hombre se asegura de que su pulso y respiración vayan con normalidad y lo pone de manera que no se atragante.

Al rato se escucha la ambulancia en la entrada de la tienda y veo como entran dos hombres con una camilla adentro de la tienda. Lo cogen con mucho cuidado y lo llevan al interior de la ambulancia, yo voy hacia ellos para acompañarlo pero James me agarra del brazo y le giro para mirarle con la peor cara de odio que tengo.

―Suéltame ―le digo con autoridad pero él no me hace caso―. James, como no me sueltes las cosas van a acabar peor todavía.

James me suelta del brazo sin decir nada y yo me monto en la ambulancia. Rápidamente se ponen en marcha para ir hacia el hospital. Mientras tanto le van examinando por encima y tomándole el pulso. Parece que todo está controlado.

Cuando llegamos al hospital se lo llevan a urgencias y me quedo en el pasillo de pie con la cara llena de lágrimas. Cojo el teléfono y llamo a las chicas.

―Holaa ―dice Inna y Lizy al unísono.

―Por favor chicas venid al hospital lo más rápido posible ―digo con la voz rota y jadeante.

―¿Qué ha ocurrido? ―dice Inna preocupada.

―James le ha golpeado a Steve y se ha caído golpeándose muy fuerte en la cabeza ―digo intentando hablar con tranquilidad para que se me entienda.

―¿Qué? ―dice Lizy sorprendida―. Vamos para allá.

Cortamos la llamada y me quedo esperando sentada en una de las sillas de plástico incómodas. Tengo tantos nervios metidos en el cuerpo ahora mismo que solo puedo pensar en el bienestar de Steve. Solo espero que el golpe en la cabeza no haya sido tan grave.

Cierro los ojos un momento para pensar con claridad en todo. Al fin y al cabo esto es mi culpa, todo. No tendría que haberme dejado llevar por Steve al igual que tampoco tendría que haberle permitido tanto a James. Sé cómo es y aun así he permitido que todo esto ocurriera. Sabía que iba a pasar, más tarde o temprano. No es justo para Steve.