Capítulo 73: Mentira

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Me cuesta abrir los ojos, pero lo consigo. Intento mover alguna parte de mi cuerpo, pero no lo consigo.

Lo veo todo oscuro y siento un horrible dolor de cabeza, en la costilla, el pómulo y el labio.

Vuelvo a cerrar los ojos rendida hasta que caigo de nuevo en la oscuridad.

[...]

—¿¡Cómo cojones no se te ocurrió amarrarla bien para que no se hiciera daño!? —Escucho gritar a alguien.

—Cállate, ni siquiera sé por qué cojones el viejo te aceptó en esto —dice otra voz.

—El viejo vendería hasta su propia hija por millones de euros —Esa voz es de Erick.

—En ti no confío, estate con cuidado porque te vigilo —le dice Aaron—. Me vale mierda lo que quieras hacer con ella mientras recibamos el dinero.

—Lo único que le pedí al viejo fue que me quedara con ella bien lejos del país, no necesito el dinero, tengo ahorros y me buscaré la vida —¿Erick quiere mantenerme secuestrada? ¿Quieren dinero? Pero si mi padre tiene dinero, tiene una empresa...

No entiendo nada.

Abro los ojos y consigo mover la cabeza hacia ellos. De momento me tienen la mirada puesta encima. Aaron rueda los ojos y se larga, mientras Erick coge un vaso y lo rellena de agua.

—Bebé —me dice acercándose e intentando incorporarme, pero le doy un manotazo con la poca fuerza que me queda y le giro la cara—. No me hagas enojar y bebé, cielo —me dice y, aunque, sea forzado, debo admitir que me muero de sed.

Con su ayuda logro sentarme y cojo el vaso de agua que me lo bebo en un momento.

—¿Tienes hambre? —me pregunta en un tono amable. Yo niego con la cabeza pero después recuerdo que no estoy yo sola y asiento—. Te preparo algo y vuelvo.

Y así ha sido, en menos de cinco minutos entra de nuevo por la puerta con un par de sándwiches bien cargados de queso, lechuga y no sé qué más.

Cojo el plato y empiezo a comer en silencio. Erick tiene la mirada fija en mí y eso me incómoda.

—¿Qué es lo que quieres, Erick? Tú no eres como ellos, sobre todo como Aaron...

—Yo no quiero lo que ellos quieren —dice sentándose en una silla frente a mí.

—¿No te acuerdas cuando me intentó secuestrar? Lo mal que lo pasaste, lo mal que lo pasaron todos —le digo intentando llegar a que razone o yo qué sé.

—Me acuerdo a la perfección y sé que lo pasaste muy mal tú también —hace un breve pausa—. También sé que ahora lo estás pasando peor, ellos no te tratan como mereces.

—¿Y tú? ¿Cómo me tratarías? —le pregunto para intentar persuadirlo.

—Lo verás próximamente, serás la reina de mi mundo y te daré todo lo que anheles.

—Sabes que lo que me gusta es estar con mis amigas y con Ja... —El golpe que pega al escritorio me corta lo que iba a decir.

—No me menciones el nombre de ese capullo, no sé cómo pudiste enamorarte de él, solo te ha hecho sufrir —dice cabreado.

—Está bien, está bien —me apresuro a decirle—. Cambiemos de tema...

Intento mantener la calma y que no se altere pero es complicado cuando el Erick que conocía se ha extinguido.

—Oye... ¿quieres saber una cosa? —le pregunto mirando hacia el suelo. Él me mira y levanta una ceja—. Lizy... tuvo una niña... muy hermosa —le doy una sonrisa forzada—. Se llama Leyla...

—Muy bien —Sentencia sin más y de marcha.

Cierro los ojos y cojo aire.

—Maldito capullo —suelto todo el aire y sigo comiendo.

Al menos ahora no estoy amarrada.

Vamos a repasar la gravedad del asunto.

Aaron no está solo, tiene respaldo de mi padre. ¿Cómo se conocen? ¿Y por qué se han unido para sacarle dinero a James por mi rescate? Simplemente podría haber seguido fingiendo que es un buen padre arrepentido de su pasado y seguramente le caería dinero.

Aaron sabemos los motivos de sobra, pero pensé que los años que estuviera en la cárcel iban a ser más que suficientes para que se diera cuenta que no merecía la pena volver a intentarlo.

Y por otro lado está Erick, ¿qué pinta él en todo esto? ¿Qué es lo que les aporta? Erick no tiene nada, vive casi al día con su dinero. A no ser que nunca supiera de algunos ahorros. Tendría sentido ya que no está interesado en el dinero sino en quedarse conmigo.

Escucho que abren de nuevo la puerta y esta vez entra el desgraciado de mi padre.

—Oh, vaya papá, aunque pensándolo mejor, tendría que dejar de decirte papá, ¿no? Maldito bastardo —le digo con una mirada de odio.

—Cariño —pone una sonrisa asquerosa en sus labios—. Claro que puedes seguir llamándome papá —me dice el muy desgraciado—. Ahora más que nunca te quiero hija mía, vas a ser la persona que me salve la vida —dice riéndose a la misma vez que se sienta en el borde de la cama.

—Al menos habéis tenido el detalle de ponerme en una cama más cómoda —le digo fulminándolo con la mirada—. El camino hacia aquí en la furgoneta me ha hecho mierda.

—Ya, lo siento —dice mirando hacia el suelo—. Oye... ahora siendo sincero, si las cosas fueran diferentes, hubiera estado bien ser tu padre —dice con ¿una mirada sincera?

—¿Estás de guasa, verdad? —le digo mientras me acomodo a duras penas en la cama.

—De todas las veces que has escuchado alguna palabra salir de mi boca, esta es la vez con la que más sinceridad estoy hablando —dice él mirándome fijamente.

—Entonces sácame de aquí, no hagas que todo se vaya a la mierda, podemos todavía ser una familia, pero no la cagues —le digo juntando mis manos para pedirle piedad.

—Cuando llevas tantos años metido en la miseria, la única forma que tienes de salir es pegando un pelotazo.

—¿Cómo un pelotazo? Además, es cierto que tuviste un mal pasado, que te engañaron y creíste que estaba muerta... —un momento—, porque... ¿creías que estaba muerta verdad? —le pregunto sabiendo cuál va a ser la respuesta.

—Mentí, mentí en todo —No sabía que esas simples palabras podrían hacerme tanto daño.

27/05/22

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27/05/22

Holitaa

Perdonen que me demore en subir los capítulos finales. 🥲 Sé que es frustrante y los tendría que tener listos ya, pero bueno, lo importante es que os he podido subir un nuevo capítulo hoy. ❤️

Deseo Incontrolable II [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora