Rateel Maddcro
Encaminándome al elevador de mi piso luego de haber recibido un mensaje con un "estoy afuera, sal" tomo en cuenta todos los acontecimientos ocurridos en menos de 24 horas. Fui atacada en mi propio apartamento y de no ser por los sensores de movimiento que tengo en mi sala ni la alarma silenciosa en mi puerta, hubieran podido conmigo. Aunque sigo pensando que detrás de todo, hay un motivo, realmente se tomaron muchas molestias por nada, mis músculos siguen adoloridos.
Salgo del edificio y enfrente está él fuera del auto. El pequeño momento que compartimos antes de irse sigue corriendo por mi mente y me es inevitable recorrerlo de pies a cabeza. Con unas gafas oscuras, lleva un traje gris a la medida que me hace pensar que si hace un poco de fuerza podría romperse y zapatos bien lustrados, toda una fachada de empresario. "Y mafioso también".
Me adentro al auto y mi mente comienza a irse lejos, pienso en todas las preguntas que tengo que hacer, las cosas que le diré, cómo reaccionará y la cabeza comienza a punzarme. Desconozco a donde vamos, cosa que también me hace estar tensa. Luego de varias calles, una capucha negra cae en mi regazo y la levanto para observarla.
- ¿Qué mierda significa esto? – "tiene que ser una puta broma".
- No confío en ti, así que tendrás que ponerte la capucha en la cabeza – me sonríe con descaro, este imbécil solo quiere enfadarme.
- Y yo no confío en ti como para ponerme esto – me cruzo de brazos.
- Solo hay esa opción, tú eliges – también se cruza de brazos y repaso las múltiples maneras en las que podría darle un mejor uso a esta porquería.
- Jodido subnormal, pudieron elegir un lugar a la vista, pero no – veo de reojo su sonrisa y me dan ganas de tumbársela – imbécil prófugo del ácido fólico – murmuro en español poniéndome la capucha, así no va a entenderme.
Después de una hora, el camino comienza a sentirse un poco agitado, por lo que supongo que es un camino de piedras, no puedo escuchar bien debido a que en los altavoces se reproduce una canción. Se detiene el auto y por fin me sacan la capucha, siento que mi boca se quiere separar al ver tremenda mansión frente a mi "joder, mi apartamento parece una choza a su lado".
Me obligo a reaccionar y los alcanzo para no atrasarme, al entrar veo a mi alrededor lo más que puedo, ya que Caleb va casi trotando, soy alta, pero él lo es más por lo que siento como si tuviera que trotar para alcanzarlo. Ahora entiendo lo que siente Fernanda. Llegamos al patio trasero y en una mesa, sentados, se encuentra el rusito y el señor Jazub.
- Buenos días Ra, ¿Cómo estás? – me pregunta Dmitry, siempre ha sido amable y comprendo que haya ocultado información, no tengo porque portarme mal con él.
- Buenos días Dmitry, estoy algo impaciente, si no te importa me gustaría acabar con esto de una vez por todas.
- Claro, skazhi yemu, chtoby on prishel – "dile que venga" le ordena a uno de sus hombres y se va con una inclinación.
- Rateel, ¿Cómo van esos golpes? – cuestiona Alexander.
- Doliendo como el infierno – tomo asiento en la otra punta de la mesa, el señor Jazub está en la otra punta, mientras que Alexander está a su izquierda y Caleb a su derecha.
Caleb ha estado muy silencioso, y por más que haya disfrutado de un camino en silencio, que no pronunciara nada me ponía de nervios. Una taza de café aparece frente a mí y cuando estoy a punto de darle un sorbo, siento una presencia detrás de mí que hace tensarme.
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Krovozhadnyy
ActionLo dicen los adultos y por consecuencia nosotros: la vida es una montaña rusa. Por la momento estas yendo de fiesta con tus mejores amigos, y en un dos por tres estas en medio de una balacera sin saber que el destino te iba a hacer una pésima jugada...