Caleb Jazub
Mentalizarse. Estar consciente de que algo va a suceder o sucederá.
Es una de las primeras cosas que debes aprender en tu vida, es la clave para sobrevivir en un ambiente hostil. Te tienes que mentalizar para dispararle a alguien, matar a una persona o incluso para sacarle los intestinos y ahorcarlos con ellos. Lo hice en su momento y hasta la fecha lo sigo haciendo, para algunas cosas, claro.
A pesar de ello, definitivamente no estoy mentalizado para lo que ocurrirá en el Club. Horas antes de llegar al Club Red, nos organizamos para saber quién iría por la información, llegamos a la conclusión de que Alexander y Eiden irían a investigar mientras yo me encargaba de cuidar de Rateel. Obviamente.
No iba a perder la oportunidad de verla bailar, y aunque hubiera más tipos mirándola, iba a disfrutar del espectáculo. Vistiendo totalmente de negro, me interno al Club viendo a mis alrededores, hay mujeres bailando con poca ropa por todos lados, hombres de Chicago gritándoles obscenidades y con sus miembros al aire.
Al entrar me informaron que hay habitaciones para los bailes privados, pero por unos ceros más, se podría hacer más que eso. La idea de que alguien se la lleve y quiera ponerle las putas manos encima me hace hervir la sangre, no nos conviene que pase eso, porque enseguida le volaría la cabeza y nos descubrirían.
Llego al sillón central con un Whisky a la mano. Me pidió que me sentara aquí y sigo pensando en cómo pudo lograr entrar y ser la bailarina principal sin verse sospechosa. Me acomodo en el asiento y tan pronto como doy el primer trago, las luces bajan su intensidad y el escenario se tiñe de luces rojas.
Respiro hondo en cuanto veo bajar el tubo del techo y las primeras notas de la canción comienzan a sonar. Mi cuerpo se tensa al momento de verla salir de un costado del escenario. Lleva tacones altos y medias negras, es lo único que puedo notar debido a la gabardina que tiene puesta. Se coloca enfrente del tubo y comienza el espectáculo.
La forma en la que mueve su cuerpo, la delicadeza con la que se retira lo único que la cubre y la forma en la que lo combina con la sensualidad que emana es lo más hipnotizante que mis ojos pudieron haber visto jamás. Estoy obsesionado con esa mujer y admitirlo no me produce ningún temor.
Mi polla se tensa cuando observo lo que tiene puesto. Ligas rodean sus muslos, los cuales están unidos a unas bragas rojas con encaje transparente a los lados, cadenas de oro cruzan por su abdomen plano y sus pechos... Joder, sus pechos. Están cubiertos por el mismo material que sus bragas, con la diferencia de que lo único que no tiene transparencias son donde tiene sus pezones.
Dejo de analizarla cuando se da una vuelta y pone su culo a la vista de todos. De reojo observo a algunos llevarse las manos a los pantalones y tiemblo de ansias por arrancarles los ojos. Vuelvo mi vista y en cuanto comienza a restregarse en contra del tubo, abre sus ojos y me mira fijamente. Arremango las mangas de mi camisa y me recargo en mi asiento "joder, lo estoy disfrutando mucho".
Necesito saber dónde demonios aprendió a hacer todo lo que hace, porque definitivamente su padre no le enseñó eso. La forma en la que se mueve, con tanta simpleza y sensualidad me absorbe por completo. Los recuerdos de nuestros momentos íntimos donde nos dejábamos llevar por la tensión y su sonrisa juguetona llegan a mi como rayos descolocándome.
Su cuerpo se envuelve por el tubo haciendo honor al apodo que le puse. Sus manos se aferran a la parte superior y se coloca de cabeza, abriendo sus piernas por completo, provocando un infierno en mi entrepierna.
Por el auricular puedo oír a la lejanía que Eiden y Alex están preparados para entrar, lo que significa que Rateel tiene que subir el nivel para distraerlos a todos. Baja del tubo y en cuanto sus rodillas tocan el suelo, me indica con su dedo índice que me acerque, está jugando con fuego y con mucho gusto la pondré a arder.
Recargo mis codos en mis rodillas y ella se sienta en el borde del escenario, uno de sus pies empuja mi hombro hacia atrás enterrándome el tacón imponiéndose ante mí. Los demás nos miran, pero yo me concentro en esa jodida sonrisa llena de perversión. Desliza su pierna a mi espalda y de un jalón, me acerca nuevamente, mi rostro queda cerca de su abdomen y su pierna está sobre mi hombro.
Empuja mi rostro a su entrepierna, pero antes de hacer contacto me detiene en seco mientras ella se sigue moviendo. Sonrío por su provocación y esta enseguida se borra al sentirla tomar mi cabello y jalar mi cabeza hacia atrás obligándome a verla, está dominándome frente a todos y lejos de molestarme, mi entrepierna se endurece más.
Quita su pierna y baja del escenario, hace que me recargue en mi asiento y mantengo brazos a los lados sin tocarla mientras la observo desde abajo; está bailando encima de mí de una forma bastante provocativa, pero sin llegar a restregarse en mi polla, justo como lo deseo.
Cuando el final de la canción está cerca, baja su rostro hasta el mío y me susurra:
- Mest' – "venganza" para volver al escenario, niego con una sonrisa.
Me produce gracia que piense que puede dejarme de esta manera y no hacerse cargo de ello. Me pongo de pie y me dirijo al tipo que aparenta ser el dueño. Arreglo unas cuantas cosas y una vez le doy el pago, me entrega la llave de un cuarto. Con tranquilidad emprendo mi camino y una vez dentro, tomo asiento en el sillón de terciopelo rojo. Enfrente hay un pequeño escenario, en medio una cama con barrotes y en la esquina un mini bar.
La puerta se abre a mis espaldas y sonrío.
- ¿Pidió un baile privado, señor? – su voz sensual me empalma aún más.
- Me gusta que me llames señor, aunque mi nombre en tus labios se escucha mucho mejor – llega a mí y se cruza de brazos "mala idea".
- Así que fuiste tú el que lo pidió – se ríe y ahora pone sus manos en sus caderas – ¿qué es lo que quieres?
- A ti – digo sin rodeos – quiero que bailes solo para mí y me mires solo a mí, así que sube ese apetitoso culo y muévelo para mí.
Sonríe y se da la vuelta, desabrocho los primeros tres botones de mi camisa y me acomodo. Ella está seleccionando la música y las luces cambian a tonos morados y azules. Relamo mis labios viendo su cuerpo y me aseguro a mí mismo que ésta noche, ella será completamente mía.
Capítulo editado.
Besos en las nalgas, chao.
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Krovozhadnyy
ActionLo dicen los adultos y por consecuencia nosotros: la vida es una montaña rusa. Por la momento estas yendo de fiesta con tus mejores amigos, y en un dos por tres estas en medio de una balacera sin saber que el destino te iba a hacer una pésima jugada...