Rateel Maddcro
Termino de prepararme y bajo las escaleras para encaminarme a la salida donde los hombres cargaban las camionetas con armas. Me quedo parada enfrente de ellos cuando mi teléfono suena anunciando la llegada de un mensaje nuevo, lo leo varias veces para confirmar lo que acabo de leer y después lo guardo sonriendo.
Me cruzo de brazos y miro hacia el frente viendo que todo lo hagan como lo ordené, hasta que siento una presencia a lado mío que me hace respirar hondo.
- ¿Qué ocurrió hace un rato? – pregunta Alexander.
- Lo que viste y escuchaste, no tiene mucha ciencia – respondo.
- Necesito el chisme, cariño – se burla – supongo que puedes contármelo de camino.
- Lo haría, pero me quedaré aquí – siento su mirada sobre mí esta vez – espero una llamada importante.
- ¿De quién? – abre una botella de agua para tomar de ella.
- De Alicia, me avisará si serás padre o es falsa alarma – una carcajada sale de mi cuando veo el agua ser expulsada por su nariz.
- ¿¡Qué carajo!? – habla con dificultad – ¿Cómo que padre?
- Es broma, relájate – me mira con dureza mientras limpia su nariz – me quedaré aquí porque en verdad espero una llamada importante – lo veo con intenciones de preguntar y lo interrumpo – y no, no te pienso decir.
Me doy la vuelta y me adentro a la base con sus gritos pidiéndome dar el chisme completo. Espero no tener que cortarle las pelotas en caso de hacerle daño a Alicia. De camino al segundo piso me encuentro con Caleb, se detiene al mirarme y nos quedamos quietos en nuestro lugar.
He mantenido mi distancia para enfriar un poco mi molestia y él ha estado ocupado buscando a Elías. "Nuestra primera pelea como pareja, muy lindo".
- ¿No deberías estar abajo? – llega hasta mí y me mira de arriba abajo.
- No iré con ustedes – enarca una ceja – espero una llamada importante y tengo que quedarme.
- De acuerdo – habla después de pensar unos minutos – quédate aquí y no salgas, atenta al teléfono en caso de que las cosas salgan mal.
Asiento e intento rodearlo para irme, pero fallo cuando su mano agarra la parte trasera de mi cuello y sus labios chocan con los míos. El beso es desesperado y se lo regreso con las mismas ganas.
- Zmeya – dice una vez se separa a unos cuantos centímetros.
- Krovozhadnyy – le respondo y me da un último beso antes de irse.
-&-
Ha pasado una hora desde que se fueron y yo sigo en mi computadora hackeando el sistema de la base para desactivar las cámaras de la habitación que se me asignó. Lleno mi boca con gomitas mientras doy un último clic para que corra el programa y recargo mi cabeza en la pared mientras inhalo profundo, estiro mis músculos y estos duelen al hacerlo.
El top que tengo puesto me permite ver las pequeñas cicatrices y mi cabeza me hace recordar los días que estuve ahí.
El pitido que emite la computadora me hace volver a la realidad y me pongo de pie mientras dejo el aparato en la cama en lo que la videollamada es respondida.
- ¿Lo lograste? – pregunto llenando mi tazón con más gomitas rojas.
- Obvio, ¿con quién crees que hablas? – Erick me responde y yo me giro a verlo – fue algo difícil, pero con un poco de distracción todo es posible.
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Krovozhadnyy
AcciónLo dicen los adultos y por consecuencia nosotros: la vida es una montaña rusa. Por la momento estas yendo de fiesta con tus mejores amigos, y en un dos por tres estas en medio de una balacera sin saber que el destino te iba a hacer una pésima jugada...