CAPÍTULO 33. MISIÓN

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Rateel Maddcro

¿Lo malo de tomar? La resaca. ¿Qué es peor que la resaca por tomar? La resaca de un viaje. Para mi ventaja, tenía una muy buena resistencia al alcohol, después de beber mi peso en tequila para poder soportar descargas eléctricas de alto voltaje, el alcohol difícilmente puede hacerme estragos.

Lamentablemente, recuerdo todo lo que pasó, así que si, recuerdo la sarta de idioteces que le dije a Caleb. "A mí me gustan los lobos" que pendeja. Me siento en mi cama y corriendo voy al baño después de que una arcada me invadiera, suelto lo poco que tengo en el estómago y una vez termino de casi arrojar mis intestinos, me pongo de pie para asearme antes de bajar.

Durante el camino a las escaleras me mentalizo en las cosas que tendré que hacer después de desayunar algo, y sé que a nadie va a gustarle. Soy consciente de que hoy no me levanté ni me despertaron para cumplir mi deber como guardia de Caleb.

Voy tan concentrada en mis planes que apenas y soy capaz de detenerme al ver dos cuerpos pequeños agarrados de la mano viniendo hacia mí. Ambos tienen las pijamas puestas, sus rostros están felices, pero puedo ver las lagañas en sus lagrimales. Me pongo de rodillas en el suelo y es cuando apenas me notan también "andamos distraídos hoy".

- ¡No te has ido! – llega Mike corriendo para abrazarme y alzo mi otro brazo para recibir a Mika – pensaba que te habías ido sin despedirte.

- ¿Por qué me iría? – pregunto con el ceño fruncido – si lo llegara hacer me despediría, ¿por eso lloraron? – ambos miran hacia el suelo, vaya.

Levanto a Mike en brazos mientras que a Mika le ofrezco mi mano, Mika no tiene problema con ello, he notado que le da vergüenza que yo lo haga con ella. Se escuchan voces en la cocina y nos dirigimos directamente hacía allá, al entrar veo al trío maravilla comiendo cereal aun con sus pijamas puestos "esto no es muy mafioso de su parte".

Antes de salir de mi habitación leí los mensajes de seguridad y se informó que los señores Jazub habían viajado a Italia de último momento para arreglar ciertos problemas con los cargamentos y resolver un mal entendido con la mafia de allá.

Cruzamos el umbral y Mika enseguida pide que Alexander la suba a sus piernas mientras Mike se aferra más a mi cuello. Voy a la estufa para hacer el desayuno y el silencio vuelve a hacerse, me giro y los tres me observan. Entiendo porque lo hacen, piensan que en cualquier momento me voy a derrumbar, pero mis 24 horas han pasado y ahora estoy más que lista para ir a la guerra y derramar sangre.

Aun con la garrapata que tengo en mi cuello logro cocinar el desayuno para los tres y cuando están listos, dejo a Mike en la encimera de la cocina en lo que sirvo los platos y hacer esto me trae recuerdos con los chicos "recuerdos, recuerdos".

- ¿Para nosotros no hay desayuno? – pregunta Alexander trayéndome de regreso y niego con la cabeza.

- Gracias por el desayuno Tel – dice Mike y me toma desprevenida cuando deja un beso en mi mejilla para después dejar que Mika haga lo mismo.

- De nada pequeña bola – revuelvo su cabello y nos ponemos a desayunar.

- Es bueno ver que te llevas bien con ellos – habla Eiden – después de todo estás a cargo de su protección mientras estén aquí.

Solo asiento y sigo comiendo. Siento una mirada penetrante sobre mí y enseguida sé a quién le pertenece, siempre sabré que es él quien me está mirando. Terminamos de desayunar y dejo que la señora del servicio se lleve a los niños. Nadie dice nada, así que me aventuro a ser yo quien lo haga.

- Tengo algo que avisarles – levanto mi mirada y los tres me observan con atención – me iré a Estados Unidos hoy mismo, buscaré a Erick y Dave.

- No, no lo harás – dice Caleb serio – tienes deberes aquí.

- No estaba preguntando, como dije, solo avisaba – Alexander quiere hablar, pero no le permito hacerlo – si estuvieran en mi lugar harían lo mismo, no sé si ellos siguen vivos, no sé nada y la incertidumbre me está matando lentamente, la decisión ya está tomada.

Salgo de la cocina y rápidamente voy a mi habitación, a pesar de que prácticamente troto para entrar y cerrar la puerta, un pie interfiere en mi tarea. Me hago hacia atrás y la mirada llena de enojo de Caleb es lo primero que puedo observar, no doy un paso atrás ni bajo la mirada, la mantengo demostrándole que no puede intimidarme.

- Creí haber dicho que no irías – se acerca a mí a pasos lentos y cierra la puerta con pestillo.

- Yo creí haber dicho que no estaba preguntando – elimina la distancia y en un movimiento rápido, tengo la espalda contra la puerta.

- No vas a ir porque así te lo estoy ordenando, no olvides que quien pone las reglas aquí soy yo – pone sus brazos a mi alrededor acorralándome y se acerca más a mí – yo dispongo y tu obedeces, así funciona aquí.

- Entonces estoy fuera de esta mierda, nada ni nadie podrá detenerme si quiero irme – lo miro de abajo hacia arriba – ni siquiera tú.

- ¿Estás segura de eso? – la distancia es casi nula y por primera vez, su cercanía me pone nerviosa – no tengo problema alguno con someterte.

No decimos nada más, los dos sabemos que nadie puede ganar esta vez. "Creo".

Puedo sentir su aliento bailando en mi rostro, siento su calidez embriagarme en su totalidad, mis manos pican de deseo por poder tocarlo y mis pulmones aclaman por soltar el suspiro tembloroso que contengo. Mojo mis labios con mi lengua, su mirada se desvía hacia allá y yo lo imito. Probar sus labios dejó de ser un deseo, se ha vuelto una necesidad y juro que si no lo hago voy a explotar.

- Proklinat'"Maldición" dicho esto, sus manos toman mi cadera con fuerza y en un movimiento brusco me pega hacia él.

Puedo sentir la creciente erección en mi vientre y decir que siento que me quemo en las brasas del infierno es poco. Junta su frente con la mía y un suspiro lleno de alivio escapa de nuestras bocas. Mis manos se direccionan a su nuca y me permito cerrar los ojos cuando se pega a un más.

Quiero más, necesito más. Como si leyera mi mente, comienza a frotarse de forma lenta en un delicioso y tortuoso vaivén. Tengo que abrir mi boca para tomar aire porque mis pulmones no registran el aire, la temperatura aumenta cuando sus manos bajan y aprietan mi culo con fuerza.

- Sei una tentacione"Eres una tentación" oírlo hablar ruso sin dudas es lo más sexy del mundo, pero que hable italiano provoca que mis bragas desaparezcan – no tienes idea de cuanto deseo poder hundirme en ti.

- Fóllame, lo he deseado desde hace mucho tiempo – las palabras salen solas y no me arrepiento de hacerlo.

Acercamos nuestros rostros y mi interior palpita con anticipación sabiendo lo que sucederá. Sin embargo, la burbuja se rompe cuando alguien grita en la planta baja y a base de insultos a todo lo sagrado por parte de Caleb, se aleja de mí y abre la puerta. Voy tras él y juro que le romperé el cuello a la persona que se atrevió a interrumpirnos. De. Nuevo.

- Boss, tenemos noticias del secuestro – informa uno de sus hombres, "retiro lo dicho" – están vivos, los tienen los de Chicago y tenemos forma de conseguir la información.

- Preparen sus cosas – Caleb me mira – tenemos una misión de rescate que hacer.


Capítulo editado.

Besos en las nalgas, chao.


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KrovozhadnyyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora