Alexander Jazub
Observaba cómo le sacaba los dientes con una pinza mientras su boca destilaba sangre por montones. Desde que se llevaron a Rateel y Eiden, Caleb ha estado diferente. Años atrás, antes de que Caleb fuera el Boss de la mafia, los ancianos lo reconocían como Krovozhadnyy.
Hacía honor a su apodo en cada trabajo asignado, cuando llegaba a casa siempre venía lleno de sangre y su mirada era tan oscura que, incluso a mí, me daba miedo. El tiempo pasó y dejamos de ver al Krovozhadnyy, aunque nunca dejó de ser un sanguinario de mierda, lo era en menor medida.
Actualmente, puedo ver a la misma bestia que ha estado dormida por años. Su brutalidad es diferente, superior. Sé que volvió a salir por Rateel, lo sé porque escuché que la llamó su esposa y pienso que no falta demasiado para que dicho título sea reclamado.
Los gritos me traen de vuelta y hago una mueca cuando lo veo cortar los dedos de la rata y meterlos en su boca.
- Te dije que guardaras silencio – dice Caleb golpeando su rostro haciendo que un dedo salga volando de su boca.
- Eso fue asqueroso – le digo pasándole una toalla.
- Si no te gusta te puedes largar a la mierda, no te estoy obligando a mirar – responde brusco y se encamina a la salida mientras limpia sus manos.
- A mí no me ladres, perro sarnoso – me da una mirada de muerte y yo me burlo de él.
- Tienes suerte de ser mi hermano – se gira y va de largo.
- El que tenga miedo a morir que no nazca – voy tras él.
Salimos de las jaulas y nos adentramos a la mansión. Al llegar Caleb se deshace de su saco y rompe su camisa dejándola en el suelo totalmente inservible.
- Señor, tenemos que irnos – se acerca Dave con un dispositivo en las manos.
- Prepara el auto – antes de que pueda preguntar algo, sube las escaleras.
Mi madre se acerca y me lanza una mirada llena de preocupación, por un tiempo ella también sufrió cuando Caleb se encontraba perdido en sus sombras y su bestia lo dominaba, destruyendo todo a su paso.
- ¿A dónde va? – le pregunto cuando ella se acerca a mí y mi madre se va.
- Seguramente a su habitación, no permite que nadie más entre, solo tu madre – tomo su mano y nos vamos a la sala, donde tomo asiento y a ella la coloco en mis piernas.
- Tiene miedo, aunque no lo diga – acaricio su rostro – teme que se la vuelvan a quitar y se vuelva a quedarse solo.
- Lleva 2 días dormida, me preocupa – el brillo en sus ojos desaparece causándome sensaciones indescriptibles.
- Haré lo posible para que puedas verla, no te preocupes, malenʹkiy – "pequeña" la tomo del cuello y la acerco a mi para besarla.
Beso que no dura mucho porque nos separamos al escuchar un portazo y pasos pesados bajar las escaleras. La levanto de mis piernas y voy a la puerta para interceptar a Caleb.
- Mataré a ese imbécil – viene furioso a mí, pero se detiene cuando la escucha.
- No puedes hacerlo – habla y Caleb la mira con burla – bueno si puedes, pero no debes hacerlo.
- Según tú, ¿por qué no debo hacerlo? – se planta frente a ella y por un segundo, dudo en moverme.
- Porque si le haces daño a Erick, Rateel se va a molestar contigo, lo sabes – Caleb se enfurece y se da la vuelta dispuesto a irse.
- ¿A dónde vas? – pregunto enseguida.
- ¿Por qué carajo se está metiendo todo el mundo en mi camino? – se restriega la cara.
- Responde.
- A una reunión, quédate a cargo hasta que regrese y que nadie...
- Ya lo sé, que nadie entre a tu habitación – se da la vuelta y sale de la casa sin decir nada.
Necesito que Rateel despierte para que su otro él vuelva a dormir, a este paso terminaremos rodeados de cadáveres.
- Ya lo oíste – voy a la sala para sentarme de nuevo, pero parece que ella tiene otros planes.
- Voy a ir a verla, no me importa lo que él diga – sube las escaleras y voy tras ella.
- Alicia, no puedes entrar – la persigo.
- Le diré a Fernanda que me ayuda a entrar – corre por el pasillo y la persigo.
- Maldita sea Alicia, ¡vuelve aquí!
Aún yendo tras ella, no dejo de pensar en mi hermano y lo mucho que me preocupa que caiga en ese pozo hondo y vuelva a hundirse. Le costó volver a la superficie, pero sé que ahora no estará solo, tendrá a Rateel a su lado y ella no permitirá que él se pierda en sí mismo.
Capítulo editado.
Besos en las nalgas, chao.
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Krovozhadnyy
ActionLo dicen los adultos y por consecuencia nosotros: la vida es una montaña rusa. Por la momento estas yendo de fiesta con tus mejores amigos, y en un dos por tres estas en medio de una balacera sin saber que el destino te iba a hacer una pésima jugada...