CAPÍTULO 25. CAÍDA

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Narrador omnisciente

Hay quienes se hacen la misma pregunta todo el tiempo: ¿qué puede estar haciendo el resto de las personas en este momento? La respuesta es múltiple, así como hay quienes se están preparando para comer en familia, también hay quienes se preparan para iniciar un nuevo día.

En New York, los miembros de la mafia predominante del momento se preparan en la sala de organizaciones para el inminente enfrentamiento que tendrán con aquellos que quieren derrocarlos: la mafia de Chicago. Aquellos que, a pesar de no contar con ningún aliado, se la juegan en búsqueda de la oportunidad de alcanzar la gloría que desean obtener desde hace tiempo.

Aquella que, a pesar de no contar con tantos recursos, le ha traído problemas a la mafia líder del momento: la mafia rusa. Se les reconoce a los de Chicago por ser invasivos, impulsivos y con una terrible costumbre de subestimar a sus enemigos, siendo este su mayor problema. Sin embargo, también son conocidos por ser muy escurridizos, pueden ser como una maldita plaga de ratas.

Aceptan con orgullo el sobrenombre, pueden esconderse muy bien cuando son cazados por el peor depredador. En la misma Rusia, donde el invierno puede llegar a ser muy cruel, se encuentra un Caleb Jazub altamente molesto de camino a su mansión, no puede dejar de pensar en que esas ratas hayan logrado entrar a su territorio sin que él se percatara de ello.

Saber que tiene a un traidor entre los suyos y que logró interferir en su seguridad, lo pone de un humor que incluso el mismo diablo se iría a esconder, la sangre en sus venas corre aún más caliente que el mismísimo averno. Interponerse en su camino justo ahora sería la oportunidad perfecta para quienes no valoran su vida, Rateel lo confirma en cuanto ve que baja de la camioneta y manda al suelo al primer guardia que se le atraviesa.

"Está en modo bestia" es lo que piensa, y puede percibir que justo ahora, nada podrá calmarlo. Por otro lado, dentro de la mansión Jazub se encuentra Dmitry con su hombre más fiel, Dave, quien le cuenta de la alerta que fue enviada desde New York avisando que el enfrentamiento entre las mafias de Estados Unidos está a punto de detonar.

A varios kilómetros de distancia de donde se encuentra la mansión, se encuentran escondidos quienes se atrevieron a tener la osadía de atacar al Boss en su propio territorio, en espera de su vuelo fuera del país en busca de escapar del cazador que hicieron despertar.

Mientras que unos miembros de la mafia enemiga son transportados en bolsas para cadáveres, otros más son transportados al infierno; quienes entran con cadenas que van de las manos hasta los pies e incluso con bozales, ruegan a sus torturadores por una bala en sus cráneos, ya que la piedad ahí no existe.

Y es que no todo es la mafia de New York, de Chicago o de Rusia, hay otros más a la expectativa. Desde las sombras son observados por otras mafias, tratando de prevenir los siguientes movimientos de otros y realizando planes estratégicos para considerar qué bando tomar en caso de una guerra, la cual, se sabe no saldrá bien.

Así como las mafias del mundo están pendientes de los movimientos, las fuerzas armadas están pendientes de lo que pueda llegar a suceder, esperan encontrar una oportunidad donde una mafia en específico pueda descuidarse para por fin poder atraparlos y ponerles fin a sus organizaciones.

Sin embargo, para el comandante Malik, hijo de aquel hombre que compartió servicio con Matt Maddcro, es su oportunidad para por fin poder tener contacto con aquella persona que puede ayudarlo a encontrar a su padre.

Hay muchas expectativas por todos lados, muchos puntos de vista y gente pensante.

Hay quienes que desde sus despachos piensan en el reconocimiento y poder que pueden llegar a obtener si salen victoriosos, otros que solo piensan en cómo ponerle fin a los enfrentamientos que se vienen y otros más en cómo protegerán a aquellos que aman sin morir en el intento.

- Necesita saber lo que sucederá – dice un calmado Dmitry a un Caleb alterado.

- Sé que lo necesita, es solo que...

- ¿Qué? ¿Temes por su reacción? – se pone de pie – es mejor que se lo digas tu a que lo vea ella misma, de esa forma al menos podrás controlar el impacto que, inevitablemente, tendrá en ella. Ella no es débil.

- Sé que no es débil – se pone de pie y va hacia la ventana – es solo que... No lo sé, pero por ahora no sabrá nada.

- Será como tu digas, después de todo, ahora eres el Boss.

Fuera del despacho, se lleva otra conversación donde la charla es más tranquila.

- Debes saber que lo que se avecina es algo malo, tanto para ellos como para nosotros – le dice Dave.

- Lo sé, era de esperarse, solo me preocupan ellos – Rateel voltea a verlo con una mirada que destila angustia – quiero estar ahí para asegurarme de protegerlos yo misma.

- Veremos si eso es posible, aunque, créeme, será algo complicado – se pone de pie y se dirige a la escalera con Rateel siguiéndolo por detrás.

- ¿Por qué lo dices? – cuestiona confundida.

- ¿No te has dado cuenta de cómo te mira? – pregunta divertido y se detienen a mitad de la escalera.

- ¿De quién estás hablando? – pregunta ya sabiendo la respuesta, Dave abre la boca para poder decir algo, pero se detiene cuando las puertas de la entrada principal se abren bruscamente.

Caleb y Dmitry salen del despacho por el ruido, Rateel y Dave se quedan a la expectativa del hombre que llega jadeando a la propiedad mientras que Alexander y Eiden salen de la cocina en busca del sonido fuerte.

- Boss, tenemos problemas – informa el hombre.

- Habla – inquiere Caleb.

- Se nos informó que New York está cayendo, en unas horas se confirmará quienes han salido victoriosos – al escuchar eso, el alma de Rateel baja hasta sus pies y dentro de Caleb, la rabia incrementa – el pronóstico indica que Chicago podría salir victorioso.


Capítulo editado.

Besos en las nalgas, chao.


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KrovozhadnyyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora