Krovozhadnyy

CAPÍTULO 4. EXPEDIENTE

Caleb Jazub

Apenas tomo asiento, comienzo a leer el archivo y en el proceso me retiro la chaqueta del traje, mientras voy leyendo la información que me mandaron, me doy cuenta porque tardaron solo unos cuantos minutos, está lleno de mierda que no me dice nada. Decido llamar a mi grupo de hackers para averiguar qué carajo pasó y es cuando me dicen que su información está reforzada con no sé qué mierda y les llevará un par de horas derribar todo.

Dos horas después, tengo en mis manos un verdadero archivo de investigación. Suspendo mi trabajo y me centro en la información que desconocía: tiene 22 años, estudió administración de empresas, se desconoce el nombre de su madre y al parecer, no tiene ningún otro pariente vivo. "Demasiado conveniente".

Bajo más en la información y me doy cuenta de que no sólo sabe cómo pelear, también es toda una cerebrito; habla cinco idiomas fluidos y logró graduarse antes. Como datos adicionales, supongo una compensación por la tardanza, también aparece la información de las personas cercanas a ella, por lo que tengo en mis manos la información de sus amistades junto con sus direcciones.

De no ser por lo que mi hermano vio y la información que mi padre me ha proporcionado, no sabría a qué atenerme ante ella y por defecto, no sabría cómo proceder para mi próximo movimiento. Tomo mi saco y me encamino hacia la puerta, en el elevador vuelvo a confirmar la hora y le informo a mis hombres hacia donde vamos para que preparen todo.

Que se esfuerce en mantener su información resguardada me hace pensar demasiado, no tengo que tener un tercer ojo para saber que fue ella la que puso las restricciones a su información. Una vez en mi camioneta me recuesto en mi asiento y observo hacia afuera, hace tiempo que no me divertía jugando a la cacería, solo tengo que averiguar qué haré con mi presa esta vez. Espero no tener que deshacerme de ella, sería una pena.

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Después de haberla esperado media hora mi paciencia se termina, así que decido darme un recorrido; el lugar es grande, los tonos blancos, negros y granate denominan el primer piso, le da un toque elegante, pero sin ser muy aburrido. Cuando llego a la única puerta cerrada, mi teléfono suena y me confirman que ha llegado el edificio, me doy a regañadientes y voy de vuelta a la sala para esperarla.

La puerta es abierta y ella entra, enciende las luces y se recarga en la puerta. Me observa y camina hacia mí sin verse sorprendida. "Lo sabía".

- Tienes suerte de que no haya entrado con arma en mano, odio la idea de un extraño tocando mis cosas – toma asiento en el sillón individual frente a mí.

- Señorita Maddcro, nos volvemos a ver – una risa ligera sale de ella.

- Sin formalidades, creo que cruzamos ese límite cuando entraste aquí sin ser invitado – cruza sus piernas y sigo su movimiento – mejor cuéntame porqué estás aquí.

- Como quieras, estoy al tanto de los acontecimientos del sábado, ¿algo que debas decir respecto a ello? – arquea ambas cejas.

- Tiene muy malos modales, no me agradeció por salvarle el culo, lo acusaría con el señor Jazub, pero sería en vano tomando en cuenta que todos ustedes están dentro de la mafia – me pongo tenso enseguida.

- ¿Cómo mierda sabes eso? – me reincorporo en mi asiento.

- No eres el único aquí que tiene habilidades investigativas – hace comillas con sus dedos en la última palabra.

- Así que si fuiste tú – sonrío a la vez que ella borra la suya, una lástima – fueron demasiadas restricciones para que nadie viera tu información, ¿por qué? ¿Qué es lo que no quieres que se sepa?