Rateel Maddcro
Despierto por el ruido que había fuera del auto y me reincorporo de donde estaba apoyada para dormir, que fue el hombro de Caleb. Solo íbamos nosotros dos en el auto, Alexander y Eiden venían en el auto de atrás y nuestros hombres en camiones, éramos demasiados.
Después de una semana en reposo, Eiden y yo estábamos listos para ponernos de pie y terminar con todo de una vez por todas.
- Me encargué de enlistar a nuestros hombres y con todo eso olvidé preguntarte algo – hablo mientras entramos al hangar.
- Pregunta – dice besándome el cuello y dándome escalofríos.
- ¿Cómo atravesaremos suelo norteamericano sin ser detectados? – le cuestiono y antes de poder responderme, las puertas del hangar se abren.
Las luces de la pista apuntan a un solo lugar. Uno donde hay un jodido avión del ejército, uno al cual mi padre pertenecía. Fuera de él hay soldados colocándose equipo y hablando mostrando algunos papeles. Estoy tan desconcertada que mi cerebro empieza a cuestionar todo "¿Qué demonios hace la mafia y el ejército en un mismo lugar sin matarse?"
- ¿Qué carajo pasa aquí? – cuestiono al aire con la mirada puesta en un grupo que se gira a nuestra posición al mismo tiempo.
- Tengo esa misma pregunta – a mi lado Eiden los mira con recelo y da un paso al frente de mí, tapando mi costado izquierdo.
- Estamos reuniendo viejos amigos – miro a Caleb al notar el recelo en su tono de voz – tal vez quieras decir hola – hace una mueca cuando me mira.
- ¿Rateel?
Me giro hacia esa voz y a varios pasos de mi hay un soldado con una máscara puesta. Eiden posa su mano detrás de su espalda tomando su arma y yo la detengo antes de que cometa un error. Miro al soldado recelosa por saberse mi nombre y él se retira lentamente su máscara para mostrar su rostro, el cual se me hace vagamente familiar.
- ¿Te olvidaste de mí? – me sonríe, admito que tiene una linda sonrisa y lo escaneo de pies a cabeza – vamos, no me digas que olvidaste mi nombre.
- ¿Chayanne? – arqueo una ceja, es obvio que no lo reconozco, preguntas estúpidas dan lugar a respuestas estúpidas.
- Han pasado 16 años desde que nos vimos, fue una pregunta estúpida de mi parte – lo dice con una sonrisa pequeña, pero lo que llama mi atención fue lo que dijo "no puede ser" – soy Malik Johnson, nuestros padres fueron compañeros.
Mi cerebro se ha dividido, una parte no puede creer que el niño que se asustaba con las armas estaba enfrente de mí luciendo así, otra estaba resentida y otra más estaba haciendo preguntas. Me concentré en la última parte, ¿Por qué me busca ahora y cómo lo hizo?
Abrí mi boca para hablar, pero una mano en mi cintura me hizo cerrarla.
- ¿Terminaron? – la voz ronca de Caleb y me atrajo hacia él, estaba celoso, no lo podía creer.
- Para nada, recién me presenté – escondí una sonrisa al ver que quería fastidiarlo, que ganas de morir tiene.
- Centrémonos en lo importante, ¿Qué quieres? – pregunté poniéndome seria.
- Nosotros los llevaremos a cambio de su colaboración.
Mientras me daba la espalda y se dirigía al avión mi mente se hizo un lío, estaba muy confundida. Le seguimos el paso con Caleb delante de mí, Eiden a mi derecha y Alexander a la izquierda; viéndolo desde otra perspectiva, era como si me rodearan a mí y me fueran de escudo ante los ojos curiosos de los soldados.
ESTÁS LEYENDO
Krovozhadnyy
ActionLo dicen los adultos y por consecuencia nosotros: la vida es una montaña rusa. Por la momento estas yendo de fiesta con tus mejores amigos, y en un dos por tres estas en medio de una balacera sin saber que el destino te iba a hacer una pésima jugada...