CAPÍTULO 70. KOROLEVA

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Rateel Maddcro

Mi mente no deja de repetir las escenas de lo que había sucedido y mi corazón quería salirse de su lugar. Mi moral estaba dándose de topes en la pared e incluso yo misma me cuestionaba por qué carajo había disfrutado tanto ver la forma tan sádica en la que Caleb mataba a una persona. "No seas hipócrita".

Lo admito, planeaba hacerle muchas cosas cuestionables, pero ¿eso? Bueno, quien soy yo para juzgar, especialmente si podría llegar a hacer lo mismo.

Y aunque la humedad entre mis piernas era suficiente como para ser incómodo, lo esperaba impaciente. Había escuchado rumores mientras me arreglaba, las cosas que habían sucedido y la forma en la que estaban pasando; oír los rumores sobre él despertó una enorme curiosidad por verlo con mis propios ojos, ver a la bestia.

La puerta se abre de golpe y por ella entra Caleb con la cabeza en mano, me asomo un poco y logro ver el camino de sangre que dejó detrás de él. Me escanea en busca de algo o simplemente admirando el panorama.

Lo observo de regreso y veo las manchas oscuras en su traje, la sangre que hay en sus manos y en el rostro aún no terminan por secarse completamente. No puede verse más hermoso definitivamente.

- Así que, el Krovozhadnyy – esboza una pequeña sonrisa a la vez que se gira a cerrar la puerta.

- Lo escuchaste entonces – asiento y su rostro se torna serio – ¿algún problema?

- No tendría por qué tenerlo, me gusta – confieso y sonríe, inclina su cabeza hacia atrás y suspira.

- Bien, porque no tienes escapatoria – estoy a punto de preguntar a qué se refiere cuando lo veo arrodillarse ante mi "¿Qué mierda?"la testa del traditore, per la regina del Boss.

"La cabeza del traidor, para la reina del Boss".

Con ambas manos alza la cabeza de Iván y me la ofrece. No tengo la menor idea de qué clase de simbolismo tenga, pero valiéndome una mierda, la tomo en mis manos. Acepto lo que me ofrece sin hacer preguntas ni cuestionar nada, solo lo hago. Si algo sé con claridad es que hizo esto por mí, se vengó en mi nombre y honor.

Mis manos se llenan de sangre y alzo el rostro cuando una sombra se impone ante mí. Ahora está de pie, mirándome con la satisfacción marcándose en cada gesto mientras se va quitando el saco y camina hacia mí.

- ¿Qué se supone que haces? – retrocedo sin mirar hacia atrás, él está tranquilo quitándose los gemelos de las muñecas.

- Recuperar el tiempo perdido, zmeya – me quita la cabeza y la coloca delicadamente en la mesa a lado de la cama, ni siquiera note que habíamos llegado tan lejos.

- Sí bueno, necesito más información sobre...

- No necesitas saber más – interrumpe.

Se abalanza hacia mi boca y nuestros labios se encuentran desesperadamente. Ganas. Deseo. Anhelo. Es lo que hay en este beso, pero noto algo distinto a las otras ocasiones, algo que hace calentar mi pecho y me hace respirar pesadamente. Pero me olvido de ello al sentir sus manos apretar mis glúteos y frotarse contra mí. Mis manos van a su camisa y la rompo sin miramientos.

Recibo una risa ronca de su parte, ojala significara que le causó gracia, pero sé lo que hará. Toma la parte trasera de mi vestido y lo rompe, se retira de mi cuerpo y quita los pedazos de tela que quedaban sobre mí, revelando la carencia de sostén y las diminutas bragas rojas de encaje con liguero en la pierna derecha.

- Boginya"Diosa" sonrío ante su mención, no agradezco porque reconozco que lo soy.

Ante mis propios ojos soy una jodida diosa, una que no se doblega ante nadie, pero que doblega a los demás. Trabajé mucho tiempo en mi como para no reconocerme.

KrovozhadnyyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora