CAPÍTULO 38. DESCENSO

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Narrador Omnisciente

En el aire solo se respira preocupación, adrenalina y sangre.

Lo que para algunos es un hermoso día, para otros no. La mañana inicia llena de miedo y terror para Erick Bodoy, quien es sacado de la jaula en la que se encontraba. Tiene heridas en el rostro y golpes en su torso, los sabuesos sabían que no podían hacerle algo más que eso, así lo había ordenado su amo.

De la jaula vecina Dave Smith sale en las mismas condiciones. Él estaba más tranquilo, tenía experiencia y escapar podía ser sencillo para un veterano como él, pero su plan se veía afectado, no podía dejar al amigo de su principessa, no quería que pasara por otro dolor igual al que sintió cuando perdió a su padre.

Mientras ellos eran preparados para ser transportados, a varios kilómetros se encontraba el equipo ruso. Se alistaban para salir, revisaban hasta el último detalle de su plan mientras sus hombres se encargaban de preparar los autos y las armas.

En el mismo apartamento, en una habitación, Rateel veía una fotografía desde su teléfono con los ojos llorosos.

- Prometo que estaremos juntos de nuevo – dice viendo el rostro de su mejor amigo, dejando salir una lágrima.

Pero las palabras se las lleva el viento y las acciones son las únicas que perduran.

No hay tiempo para dudar y tampoco para darle lugar al nerviosismo. Sabe lo que está en juego, pero ella haría lo que fuera por la gente que más ama, por la lealtad.

Abordan los autos y van a sus posiciones en alerta al objetivo, hay hombres cerca de la casa de seguridad donde tenían encerrados a Erick y a Dave, por lo que solo esperan la señal para iniciar. Cada uno en un auto distinto para cubrir más terreno, solo sus hombres iban en pares para el inevitable combate armado.

La tela en sus cabezas no les permitía ver nada, Erick sentía que se ahogaba, pero no se atrevía a decir nada. Solo habría la boca para soltar jadeos cuando lo golpeaban, él nunca traicionaría a su hermana, por más que lo torturaran, él simplemente no podía hacerle algo como eso "fides", se decía a sí mismo cuando lo golpeaban como castigo por quedarse callado.

Dave, al tener entrenamiento militar, sabe usar técnicas de rastreo y ubicación, las cuales les sirven justo ahora. Ha estado contando los segundos que han pasado desde que la camioneta comenzó a avanzar; aún recordaba la ubicación donde los tenían, así que sabe que justo ahora están en la avenida Moschino. Conoce perfectamente New York, sabe que faltan 5 minutos para la avenida principal, donde no hay más que árboles en los alrededores.

Ambos se sorprendieron cuando escucharon balas impactando contra el auto, provocando que comenzara a realizar movimientos irregulares. Esta camioneta era resguardada por 5 autos con cuatro hombres dentro de ellas, más los dos que iban en la camioneta resultaban ser 22 hombres en total; en el otro bando, al final resultaron ser 24, por lo que tendrían una ligera ventaja.

Armados con bazucas, granadas, metralletas, escopetas y armas de todos los tamaños, comenzaron a ir tras ellos. A la cabeza iba el Boss y en el auto al otro lado, su zmeya, aquella mujer que en una noche se atrevió a llamarla por lo que era para él, su Koroleva. A la izquierda del Boss, Eiden y del lado derecho de Rateel, Alexander.

Sus hombres se encargarían de los autos que los protegían, Alexander y Eiden de la camioneta guardia y Caleb con Rateel de la camioneta donde eran transportados. Los autos quedaron atrás donde los hombres habían abandonado los vehículos para iniciar el ataque en tierra.

Solo ellos cuatro avanzaron, recibían tiros e impactos, iban a bordo de autos deportivos por lo que la velocidad era mayor, contrario a las camionetas que eran pesadas y con un solo golpe lograban desestabilizarlos unos segundos.

KrovozhadnyyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora