Estrellas

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Siempre había dicho que hacer el amor bajo las estrellas era una fantasía que quería cumplir con la persona correcta y él se encontraba justo a mi lado con una sonrisa en su rostro tapando mis manos con las suyas.

Su rostro era realmente hermoso, sus ojos me gustaban demasiado, sus labios un tanto carnosos eran bastantes dulces y sus hermosas pecas ni se digan, la luna las iluminaba.

— Deja de verme me pones nervioso.

Río ante su respuesta dejando varios besos en sus labios dejando mi cabeza en uno de sus brazos a la vez que tomaba sus manos para entrelazarlas con las mías.

— Me puedo acostumbra a esto, me gusta.

Me miró abrazando mi cintura, su vista se posó en el hermoso cielo que teníamos sobre nosotros, podía hacer esto miles de veces sin cansarme, me encantaban las estrellas.

— Además tenemos la compañía del otro, es imposible no hace esto una rutina cada que haya luna llena y las estrellas se vean en su máximo esplendor.

Tenía razón, cuatro años de relación y aún hacíamos esto de ver las estrellas, claro, de las dos maneras, tomé las manitos del contrario para poder  colocarlas sobre mi vientre, suelto una risita dejando un beso en sus labios.

Su sonrisa me contagio, quito la manta de mi cuerpo sin importarle lo desnuda que quedaba, besó mi vientre empezando a hablar.

— Hola lindo, bebé, este es tu papá, sal pronto de ahí.

Reí por su acción y volví a tapar mi cuerpo.

Se colocó sobre mi a lo que yo reí sus ojos me hacían ver lo feliz que se encontraba, sus labios chocaron con los míos y me dejé llevar.

— Te adoro.

— Yo te adoro más.

Correspondí al beso que Felix me da sabiendo que este podría llevar el beso a otro nivel donde volveremos a terminar sudados y cansados.

— Hagamos a su hermanito.

Suelto una carcajada dejándome hacer por él rodeando mis piernas en su torso para poder acabar agotados y dormir más cómodos en la noche.

Cinco años después.

— ¡Es tu culpa!

Lo señalé con el dedo riendo por el reciente comentario que había hecho, él era un pollito bobo.

Casarnos luego de tener a nuestro primer hijo fue una de sus ideas, seguimos teniendo la costumbre de mirar las estrellas en esa cabaña que se encontraba a las afueras de la ciudad, dónde luego de un año quedé embarazada de dos mellizos.

Angela, la primera nena que tuvimos y luego los dos pequeños, Connor y Camile quienes nacieron un año después de su hermana.

La cabaña dejo de ser solo para los dos y ahora nuestros pequeños vienen cada vez que estamos aquí, no hay momentos a solas dónde podemos disfrutar de la compañía del otro.

Felix se irritaba por eso, es su culpa, bueno no del todo ambos queríamos ser padres otra vez pero él tuvo que acomodarse a las nuevas cosas que eso contraía.

No hemos tenido nada de sexo en mucho tiempo y es lo que me tenía fastidiado pero sabía que estaba feliz de tener su propia familia.

— Es de los dos, pero no me arrepiento de nada, son hermosos como su madre.

Los niños, Felix y yo nos acostamos en el techo de la cabaña mirando las estrellas, quien diría que de pasar a tener sexo cada luna llena, ahora vendrías con los bebés a qué la observén también, ellos eran mi familia.

Y los amaba mucho.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝑲𝒊𝒅𝒔; ⓈⒽⓄⓉ'Ⓢ 𑁍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora