- Café - S.C

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Hoy era un día de mucho trabajo al igual que muchos, el regreso de los chicos con el nuevo el album estaba casi a la vuelta de la esquina, no podían descansar por más que quisieran y menos los productores del grupo aquellos tres chicos eran los menos indicados para descansar, debían seguir con la edición de las canciones que ellos mismos habían creado.

Necesitaba un café para poder mantenerse despierto toda la noche. Solo uno, tal vez unos cuantos lo acompañarian está noche.

Se puso su tapabocas y su gorra color negro que siempre solía usar. No olvidó su gran abrigo para el frio, un café solo uno y ya.

Vio la cafetería a unos cuantos metros de dónde estaba él, solo debía comprar y listo tendría su delicioso café en las manos, tan caliente, tan dulce, una rico.

Cuando iba entrando a la cafetería una chica salía corriendo de ese lugar que no se percató de la presencia del pelinegro, el café que la chica llevaba en sus manos se había derramado por toda la vereda.

Adiós café, adiós estudio, adiós examen de anatomia.

— Disculpa, salía con prisa — saco uno de sus pañuelos y se lo tendió al mayor mientras ella limpiaba su campera color gris.

— Espera — dijo una vez que la chica empezó su caminata directo a casa.  Giro sobre sus talones y miró al chico — te invito un café, derrame el tuyo por ir distraído déjame pagar otro por ti.

La chica negó con la cabeza, no era su culpa. Ninguno de los dos sabían que iban a chocar y las prendas que llevaban puestas se estropearian.

— Por favor, solo es un café.

— Está bien.

Entro de nuevo a la cafetería, espero en una mesa cerca de la caja para que al chico no se le dificultará encontrarla con la mirada.

Se sentó frente a ella y le dió el vaso de café caliente.

— Perdón por eso — señaló la gran mancha en el saco de su acompañante de asiento.

— No es nada, se quita si lo lavo no es nada del otro mundo.

Asintió.

El silencio era incómodo a decir verdad pero después de unos minutos comenzaron a entablar una conversación que no los llevaba a ningún lado, se sentía bien poder hablar con alguien que te entienda por completo, que tenga tus mismos gustos, que le guste el mismo color que a ti. Paso una hora y parecía que eran conocidos de toda una vida.

Genial era hora de irse dijo en sus adentros, miró su reloj por última vez en el día y se levantó con la chica siguiéndole el paso.

— Fue agradable conversar contigo Binnie — sonrió la chica con un poco de vergüenza.

— Digo lo mismo

Antes de irse casa quien por su lado, la chica tomo la mano de Changbin y metió un papel con su número de teléfono.

— Llámame para poder conversar de otras cosas como las de hoy. Nos vemos Binnie.

El chico llegó a la empresa con una sonrisa en el rostro, cosa que a sus compañeros les causó intriga.

Lo molestaron unas cuantas veces antes de iniciar con la práctica indicada.

Después de todo no fue tan malo ir a comprar café en la noche para mantenerse despierto. Tuvo el número de una chica y un rico café caliente para armonizar el ambiente.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝑲𝒊𝒅𝒔; ⓈⒽⓄⓉ'Ⓢ 𑁍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora