𖧷𝑳𝒆𝒆 𝑭𝒆𝒍𝒊𝒙𖧷

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Tenía lo nervios de punta, no estaba pensando cuando dije aquellas palabras que ahora me ponían nervioso. Caminaba de un lado a otro por los nervios, miraba el reloj cada cinco segundos, dos minutos más y tomaría mi campera para salir camino al parque.

¡Vamos, puedes hacerlo!

Diez minutos antes de las tres de la tarde salí de casa para dirigirme al parque que quedaba a cinco minutos de esta.

Cuando llegue al lugar la pude ver, su cabello con ondas, un maquillaje natural, su mejillas levemente sonrojadas por el frío, su ojos color miel y sus labios rosado con un brillo por el el labial, estaba hermosa.

Me acerque tratando de no caer por los nervios y toque su hombro para que se diera la vuelta y poder saludarla.

— Hola — sonreí sin mostrar mis dientes. Me regaló una de sus hermosas sonrisas mientras se ponía de pie y me devolvía el saludo.

— Hola, Lee — respondió alegre. Su cabello se movía con el viento y eso me hizo sonreír.

Nos sentamos juntos a un árbol mientras hablabamos de temas triviales, cerré mis ojos un momento para disfrutar de la suave melodía que emanaba de un instrumento de viento, la chica tocaba excelente, y eso hizo que me relaje.

Abrí los ojos y la sorprendí mirándome mientras tenía un lápiz y un cuaderno en mano. Me estaba dibujando y eso me hizo feliz, saber que la chica que me gusta se sonrojo al conectar miradas conmigo. Le sonreí sin mostrar mis dientes y volví a mi antigua posición.

El silencio no era para nada incómodo, en cambio cuando volví a abrir los ojos la Vi con una sonrisa de oreja a oreja mientras miraba su dibujo.

— ¿Te gusta? — pregunto mostrándome el dibujo, era un bosquejo de mi perfil, lo que me llamo más la atención fue que habia dibujado las pecas que tenía en el rostro, y eso que trate de ocultarlas con maquillaje.

Asentí con la cabeza mientras le sonreía.

— No sabía que podías ver mis pecas, eres buena con los dibujos.

Sonrió y guardo su cuaderno en la pequeña mochila que había traído.

— Me gustan tus pecas, siempre me han gustado, y odio que las ocultes con maquillaje

— Las oculto porque la mayoría de las veces dicen que son manchas que están en mi cara y eso me hace ver feo.

— Ignora esos comentarios, eres guapo y tus pecas te hacen serlo aún más — se sonrojo mientras decía eso, pellisque su mejilla con delicadeza a lo que ella se quejo por hacerle eso.

Cuando nos paramos y sentí su mano ser entrelazada con la mía me puse nervioso, no era la primera vez que salíamos pero cada que ella sonreía o tomaba mi mano mi corazón daba un brinco y en mi estómago se creaba un zoológico por todas las mariposas que sentía por ella.

No paraba de sonreir, ella hacia que cada día me levante con ánimos de seguir con mi vida, ella era la luz de mis mañanas.

Todavía no teníamos un título que logré definir que somos, no había necesidad de uno.

Las luces y la decoración de aquel lugar estuvo a mi favor, este debía ser un día que nunca olvidaría por eso la traje aquí, hoy tambien era un día festivo.

Nos sentamos en una de las mesas del parque mientras admirabamos los fuegos artificiales y las presentaciones de algunos grupos por la gran ocasión.

— Esto es hermoso — admitió

— Como tú — se sonrojo ante mi comentario y yo también lo hice porque no sabía de dónde habia sacado el valor para decir eso.

Entrelace su mano con la mía he hice que me mirara a los ojos, comencé a admirar su rostro, sus mejillas sonrojadas, sus labios rosados y sus ojos color miel, era hermosa de todas las formas posibles.

Sonreí mientras ponía mis manos en su cintura y la apegue a mi cuerpo para undirnos en un abrazo que no tardó en ser  correspondido, su aroma era dulce, y su compañía muy cómoda.

Rompí el abrazo y empecé a hablar.

— Se que no hay un título que nos defina, pero cada vez que te veo no puedo evitar sonreir como un tonto enamorado, estos últimos días había comenzado a sentir cosas que nunca antes había sentido por nadie, estás en mi mente cada segundo del día, cuando te veo mi corazón late con rapidez que hasta me da miedo que se salga de mi pecho. Eres una chica muy especial e importante para mí. No sabes lo feliz que me hace estar a tu lado. Y con esta salida lo termino de aceptar, estoy completamente enamorado de ti y quisiera que el tu y yo lo reemplacemos por un nosotros. Hermosa ¿Te gustaría ser mi novia?

Sus ojos transmitían felicidad, no salian las palabras de su boca e incluso pensé que había sido demasiado pronto haberlo dicho, bajé la mirada a mis pies esperando a que respondiera pero fue en vano, no dijo nada.

— Yo...

— Félix — salto a mi brazos, literalmente porque casi me tumba.

Dejo un beso en mi mejilla y entrelazó nuestras manos

— Pensé que nunca me lo dirías — se acercó y beso tímidamente mis labios.

Me quedé perplejo, yo debía de haber hecho eso, sonrió tímida y eso me causo ternura porque sus mejillas estaba tomando un leve color carmesí.

La tome de la cintura y la besé con cariño, enrollo sus brazos en mi cuello mientras yo tenía mis manos en su cintura, era un beso delicado y tímido. Moviamos nuestros labios con cuidado porque debía admitirlo ella era la segunda novia que tenía, y no, no era el chico popular que se besaba e ilusionaba a cualquier chica, y por su parte tambien sentía que no era un experta besando pero la inocencia de aquel beso me estaba gustando y quería repetirlo varias veces sean posibles.

Nos separamos despacio mientras manteniamos una distancia considerable, besé su frente y la abrace con fuerza.

— Gracias por aceptarme — susurro en su oido.

Ella negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña risilla.

— Gracias a ti por hacerme muy feliz.

— Te haré feliz cada momento que estés a mi lado, princesa — besé su mejilla.

— De eso no tengo duda — beso por última vez mis labios. Me podría acostumbrar a sus besos, ellos ahora era mi nueva droga. 






















































Dai-n.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝑲𝒊𝒅𝒔; ⓈⒽⓄⓉ'Ⓢ 𑁍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora