¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ella me hacía feliz.
Sus atenciones me hacían feliz y como no, todas las veces que pasábamos juntos, ella era mi todo era lo que yo necesitaba. Por el simple hecho de ser ella, la chica de la que me enamore, la que nunca dejare de amar.
Era la quinta vez que veía esa foto en mi Instagram y, a pesar de que nuestra relación terminó nunca borre nuestras publicaciones como pareja en Instagram. Yo era feliz con ella.
Las cosas pasan por algo, trate de entenderla pero hasta ahora no lo logro.
No fue una discusión la que nos llevó a tomar la desicion de separarnos. Fue culpa de la que decía ser su mejor amiga. Le lleno la cabeza de cuentos que, supuestamente yo hacía cuando estaba con ella. Nunca le fui infiel, nunca me gustó otra chica que no fuera ella. Porque ella era la razón por la cual yo sonreía.
Edito las fotos que sacó de internet, edito las caras poniendome a mi y a otra chica que ni conozco como si fuera la chica con la cual la engañaba. Todo era una vil mentira. Que ella creyó, solo porque era su mejor amiga.
La verdad es que siempre le guste a su mejor amiga. Y lo hizo porque no soportaba verla feliz conmigo, por eso invento todo.
Decidí salir de casa a tomar aire fresco, fui a un café internet para poder entretenerme con algún juego de computadora que me llame la atención, la verdad yo solo quería olvidarla. Después de todo fue una persona que aprecie bastante y hasta ahora sigue en mi corazón.
— Lo siento iba distraída ¿Estás bien? — asentí y le entrego su carpeta que había tirado por el golpe.
Me disculpé de ella y salí del lugar.
— ¡Espera! — la oi correr tras de mi. Tenía sus manos en sus rodillas y jadeaba del cansancio de tanto haber corrido — ¿Eres Lee Felix?
Su pregunta me dejó desconcertado, era una chica a la cual hoy era el único día que la había visto. No entendía de dónde sabía mi nombre.
Asentí.
— Lamento que hayas terminado con EunJae
Negué nadie tenía la culpa por la ruptura de mi relación, el único culpable era yo, por no luchar por ella y dejar que me borre por completo de su mapa.
— Ella creyó las mentiras de su mejor amiga que mis propias palabras.
— Creo que está arrepentida de eso, quiere verte pero borro tu número y no sabe si sigue siendo el mismo, Podrías ir a casa conmigo, ella está ahí
— No te conozco, ¿Por qué confiaría en ti?
— Soy su prima, no te preocupes por eso.
Camine a su lado para no perderme, era un lugar que conocía como la palma de mi mano, yo pasaba aquí la mayor parte de mi tiempo libre.
Se paró frente a una casa de color blanco y tocó el timbre.
Mi corazón dió un brinco al ver a la propietaria de aquella casa, era ella. Ahora estaba más delgada, su cabello ahora era corto. Y lo que me llamo la atención fue que no estaba maquillada cuando antes lo hacía demasiado y me molestaba porque sin maquillaje se veía aún más perfecta.
— Felix — se lanzó a mis brazos y no dude en corresponderla, después de todo hemos estado separados por más de un año.
Sentí algo húmedo en mi sudadera y mi corazón se achico al escucharla llorar, me partía el corazón el verla de esa manera.
Ella no tenía porque llorar si yo no luche por recuperar nuestro amor.
— Perdóname por ser tan estúpida, perdí lo más valioso que tenía.
— Cariño, eso fue pasado, podemos empezar de cero. Si es lo que tú deseas.
— Te elegiría a ti, siempre lo haría. Perdóname por favor.
— Bebé, por favor no te lamentes. Fue mi culpa por no luchar por ti y no tratar de arreglar las cosas.
— Creeme, lo hiciste, hiciste todo lo posible para hacerme cambiar de parecer pero siempre termine creyendo las mentiras de Soo.
La atraje a mi, hundió su cabeza en mi pecho y solo me dedique a brindarle mi calor mientras acariciaba su cabello con delicadeza, con miedo a que se rompiera.
Quería tenerla en una cajita de cristal si fuera posible, todo para que ella siempre sonría y mantenga las facciones que tanto me fascinan, ella volvió a mi después de todo.
Di un corto beso en sus labios y la mire a los ojos.
— Empezemos de cero, está vez que nadie se interponga entre los dos.
— Empecemos de cero — afirmo — está vez solo seremos los dos.
