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No puedo creerlo. Parpadeo varias veces y... siguen ahí. Emma Watson está cerca de mi estantería; Rupert Grint, sacando el almuerzo, que no me he comido, de mi mochila; y finalmente, Danniel Radcliffe está apoyado en mi escritorio desafiando con la mirada a Tom Felton, quien está sentado en mi cama.

Me giro hacia David y le doy un pequeño golpe en el brazo sin mirar a los chicos de mi habitación, que ahora me miran atentamente a mí, lo noto.

— ¿En serio no los ves? —pregunto, perpleja.

Él me mira con cara de interrogación, claramente preocupado.

— ¿Qué se supone que tengo que ver? —pregunta él, nervioso—. Me estás asustando. Oyes y ves cosas que yo no...

Ahora lo miro con cara de enfado y con las lágrimas al borde de los ojos.

— ¿En serio no los ves?

David niega frenéticamente con la cabeza. Me apoyo en la pared y comienzo a llorar. ¿Me estoy volviendo loca? ¿Qué hacen esos actores en mi casa, concretamente en mi habitación? David se acerca a mí y en voz baja, dice:

— Será mejor que me vaya. Duerme un poco y después hablamos.

Lo miro y asiento con la cabeza. David se despide de mamá y al instante, ésta se acerca a mí:

— ¿Por qué lloras?

Parpadeo para no llorar más y me meto en la habitación, cerrando la puerta tras entrar, y dejando a mi madre en el pasillo, sin decirle nada.

Cuando me doy la vuelta, con la cabeza apoyada en la puerta, comienzo a llorar.

— ¿Estás bien? —me pregunta Emma.

Me la quedo mirando, pero como lo veo borroso, me seco las lágrimas. Respiro hondo.

— ¿Emma Watson? ¿Qué haces aquí?

— ¿Có-cómo? —pregunta ella, perpleja—. No, yo soy Hermione Granger.

Niego con la cabeza.

— Eso es imposible —seco otra lágrima que se me ha escapado—. Tú eres la actriz que hace de Hermione en HP, pero sólo eso. Tú eres Emma Watson.

— ¡Que no! —replica ella—. Soy Hermione Granger.

Miro a los demás, quienes tienen una cara extraña, una mezcla entre preocupación y rabia.

— Y yo Fon Weazley —dice Rupert con la boca llena de mi almuerzo, un bocadillo de fiambre. Entonces traga y sonríe—. Ron Weasley.

No puede ser. Me estoy volviendo loca... Tengo que ir a la psicóloga cuanto antes, pero hasta la semana que viene no tengo cita.

— Harry Potter —saluda el chico de gafas. No hacia falta que se presentara, igual que los demás, ya sé quiénes son.

— Y tú, Draco Malfoy —digo mirando al rubio.

Éste asiente.

— ¿Nos conoces? —pregunta Hermione... o Emma. No sé. Dios.

Asiento con la cabeza y me acerco a la estantería. Justo arriba del todo, donde Hermione no había mirado, está mi saga favorita, la que habla de ellos.

Cojo el primer libro de la saga y se lo entrego a la chica del pelo castaño.

Mientras ella observa el libro, yo los observo a todos. Por la pinta que tienen, seguro que han salido del sexto libro, que es donde Ron está con el pelo más corto y clareado.

Cuando Hermione termina de echarle un rápido vistazo al libro, lo cierra de golpe y nos mira con la boca abierta.

— ¡Este libro habla de nosotros!

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora