†39†

4K 329 76
                                        

Me quedo blanca en cuanto los ojos de Draco se cruzan con los míos y sonríe como si nada. Estará de coña, ¿no? O sea, no me jodas que va a hacerme esto sin más, como si a él no le doliese.

Cierro los ojos y casi sin darme cuenta, me aferro a la mano de Julia por debajo de la mesa. Ella, que ha captado las miraditas, me aprieta la mano y me sonríe con compasión. Intento ignorar a Draco y a la asquerosa de Pansy, pero no puedo evitar lanzarles miradas ponzoñosas. Eso de intentar darme celos con la guarra esa no va a funcionar. Huy, qué vocabulario estoy usando...

Entonces, se me ocurre una idea. Me acerco a Blaise, que está frente a Draco y Pansy, y le pongo una mano en el hombro. Él se gira hacia mí, sorprendido.

— ¿Qué tal? —me pregunta con su radiante sonrisa.

Jo, jamás lo había encontrado tan guapo.

— Bien, ¿qué es de ti?

Él empieza a hablarme un poco de cómo le va y en qué trabaja, pero no le presto mucha atención porque estoy más pendiente de qué hacen Draco y Pansy.

— ...y por eso ahora vivo aquí, en Hogsmeade —es lo único que pillo de Blaise.

— Oh, eso está genial —y le sonrío.

Entonces me pregunta por mí y le cuento algo, lo que parece más interesante. Claro que no le cuento nada de lo que tuve con Draco (aunque sospecho que él ya lo sabe porque era de Slytherin) pues me apetece conocer a Blaise y no quiero meter la pata. Parece un buen chico y además es muy divertido.

Entonces es cuando le presto atención y deja de importarme Draco.

— ¿Y cuáles son tus gustos? —me pregunta.

Me paro a pensar.

— Leer... ¿Y los tuyos?

— ¿Solo leer? —pregunta, incrédulo—. Bueno, yo el quidditch.

— ¿Solo el quidditch? —pregunto imitando su tono, y ambos empezamos a reírnos.

— ¿Qué hay? —pregunta entonces Draco mirando a Blaise.

Ja.

— Hey, chicos, ¡cuánto tiempo! —exclama Blaise.

Entonces empiezan a hablar. Pansy y yo nos miramos con cara de asco. ¿Por qué habrá interrumpido Draco? ¿Se habrá puesto celoso? No, creo que simplemente hemos llamado la atención y le ha apetecido hablar con su amigo. ¿No? Porque ellos eran amigos en Hogwarts.

Los dejo que sigan hablando y me giro, pero entonces siento la mano de Blaise descansar en mi muslo.

— Aparta esa mano, ¿no? —gruñe Draco.

Me giro de sopetón y me encuentro al rubio con cara de pocos amigos mirando fijamente a Blaise, que sonríe de medio lado.

— ¿Y a ti qué te pasa? —dice el moreno entre risas.

— Nada, déjalo estar —dice Draco volviéndose a Pansy de nuevo para darle un beso.

Me obligo a apartar la mirada y me fijo en Blaise.

— ¿Quieres dar una vuelta? —me pide.

Me lo pienso por unos momentos, pero la comida va a tardar y no quiero seguir viendo cómo se besan Draco y Pansy.

Al oír la pregunta de Blaise, el rubio de ojos grises se aparta de la cara de cerdo y me mira.

Ya sé lo que tengo que responder.

— Sí. Vámonos.

Salimos de Las Tres Escobas y empezamos a caminar en silencio. Después de lo que parecen unos eternos minutos, Blaise lo rompe:

— ¿Qué pasó con Draco?

Su pregunta hace que me pare de pronto, porque no entiendo a dónde quiere llegar.

— ¿Cómo?

— Con Draco. Ya sabes... ¿qué pasó? He notado cómo te mira y sé que ha pasado algo.

Suspiro.

— Nada.

— Si no quieres hablar, no pasa nada —dice con una sonrisa—. Cambiemos de tema —añade con amabilidad—. ¿Cómo te va en la vida después de Hogwarts?

Me encojo de hombros.

— Bien. Supongo. Tengo mi propia casa.

El encara ambas cejas.

— ¿Ya? ¿Tan pronto?

— Bueno, sí. ¿Qué es de ti? —intento cambiar de tema para no tener que contarle por qué tengo la casa.

— Bueno, ser auror es agot...

— ¿Eres auror? —le interrumpo, incrédula.

— ¡Pero si te lo he contado antes! —replica, medio enfadado medio contento. Es una mezcla extraña.

Me paro a pensar. Pues no lo recuerdo.

— Eso es increíble —exclamo mientras le abrazo.

Cuando me separo, incluso a través de su oscura piel, puedo ver cómo se ha sonrojado.

— Sí —susurra—. Soy el compañero de Aria y Maddeline. Ésta última es mi mejor amiga —añade con una sonrisa amplia.

Cuando volvemos a Las Tres Escobas, hay una persona nueva: estatura media, pelo moreno con mechas rubias, ojos azules, labios rojizos, piel oscura.

Me vuelvo hacia Blaise.

— ¿Quién es la nueva? —lo pregunto con un poco de dureza porque está muy cerca de Draco.

— Es Silvia Oven —me responde con tranquilidad—. La mejor amiga de Draco.

No puedo evitar cogerle odio al instante.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora