BUENO, COMO NO SUELO CUMPLIR MIS PROMESAS... AQUÍ OS DEJO OTRO CAPÍTULO! ESPERO QUE LO DISFRUTÉIS ♥
— ¡George! —exclamo, horrorizada, tras ver que le falta una oreja.
George se echa a reír. Frunzo el entrecejo y me quedo mirando a mi prima Julia, quien está llorando con la cabeza apoyada en el pecho de George.
— ¿Cómo estás? —me pregunta George.
— Un poco flipada: ¡he sobrevivido a un Avada!
George vuelve a reír y miro a mis amigos, que están tan pasmados como yo.
— Bueno, pues dame las gracias —dice George, y me giro para mirarlo—. Porque te salvé la vida.
— ¿Cómo? —pregunto, confundida.
— ¡Te aparté justo cuando el rayo iba a por ti! Me rozó y perdí la oreja.
Me estremezco. Eso mismo le ocurrió en el séptimo libro. Julia me mira y se seca las lágrimas.
— ¿Cómo estás? Te diste un buen golpe.
— Estoy genial, prima —respondo intentando sonreír—. Gracias.
— De nada. Por cierto, chicos, creo que deberíamos irnos —añade mirando a la entrada.
Me giro y ahí lo veo, a Draco Malfoy, con la mirada clavada en la mía.
Mis amigos asienten y se ponen en pie. Incluso George.
— ¿Adónde vas? —le pregunto al pelirrojo—. ¿No tienes que estar en reposo?
Pero entonces me doy cuenta de que va vestido normal, sin una bata como yo.
— No —responde con una sonrisa—. ¡Hace un rato me han dado el alta! —exclama, entusiasmado.
Yo asiento y me río, y los observo salir de la habitación. Y entonces Draco y yo nos quedamos solos. La tensión se apodera de nosotros y me quedo mirando la nada mientras él coge sitio al lado de mi cama, en una de las sillas.
Lo miro por unos segundos y no puedo evitar sentir odio. Por su culpa, todo esto ha ocurrido. ¿Por qué no fue valiente en su momento? ¿Por qué tuvo que acobardarse delante de Pansy? ¿Por qué tuvo que aceptar a casarse con ella?
Pero a la vez siento que le amo, claro. Ha sido el único chico en mi vida, el que me ha conocido tanto por fuera como por dentro, y de esto último hablo literalmente.
Parpadeo varias veces y aparto mi mirada de la suya para mirar por la ventana. Un paisaje de tráfico muggle me saluda, como burlándose de mí porque ellos son libres y yo estoy atrapada aquí, en el hospital. Supongo que estoy en San Mungo.
— Lo siento —susurra Draco.
Me giro y veo que unas lágrimas recorren su bello rostro.
— Yo también lo siento —digo, y me apresuro a añadir—: pero por George. Por tu culpa ha perdido una oreja, ¿sabes? Aunque creo que ya lo habrás visto, pues es bastante llamativo.
Draco agacha la cabeza.
— He roto con Pansy. Y ya estoy arreglando los papeles del divorcio.
— ¡Ya era hora! —replico, y aplaudo sarcásticamente—. Pero es tarde.
Él levanta la mirada y clava sus ojos en mí.
— ¿Tarde? —pregunta, confundido.
— Ajá —respondo sin mucho entusiasmo—. Ya no me importas, Draco. Y no trates de hacer legeremancia conmigo porque no vas a descubrir nada que te diga lo contrario.
Él se seca las lágrimas y se levanta de la silla.
— ¿Lo dices enserio?
Asiento con la cabeza y aprieto los puños debajo de las sábanas.
— Mírame a los ojos y dímelo.
Lo miro a los ojos, con lágrimas en los míos, y adopto un tono frío:
— Ya no me importas, Draco Malfoy.

ESTÁS LEYENDO
ENTRE MUGGLES
ФанфикDana es una adolescente de quince años que, para escapar de su dolor, se refugia en los libros a recomendación de su psicóloga. Así es como termina descubriendo Harry Potter, una saga con la que se obsesiona en poco tiempo. La situación la lleva h...