ENTRE MUGGLES

†97†

Me despido de Erika y de Eddie y salgo de casa. Estoy decidida a buscar trabajo y creo que adonde voy, lo encontraré. Tal vez Julia's Secret no sea mi tipo de trabajo, pero lo intentaré.

Más que nada porque no me quiero quedar en casa aguantando a Erika con sus conversaciones de pizzas ni nada. Ni tampoco quiero escuchar los comentarios de guarrerías de mi hermano. Todos los días seguidos, al final cansa.

Por el camino, me pongo a pensar.

Pienso en Draco, como siempre. Estoy tan feliz de que su destino ya no sea con Astoria, que sonrío sin más.

También pienso en Lavender. Está saliendo con mi hermano y eso me da miedo. Por sus posibles hijos. Si los tienen, pueden salir muggles, magos o... o lobos. Éstos últimos son los que más miedo me dan. Me imagino a bebés peludos correteando por la alfombra del comedor de mi casa y me dan ganas de vomitar. No quiero tener que ir por ahí con un cepillo de perros quitando todos los pelos que sueltan.

Y, por último, pienso en el destino. El destino de todos. Si Fred morirá o no. Yo espero que no, como todos, porque si sucede... Por Merlín, no puedo ni pensarlo. Fred y George juntos son el alma de la fiesta, la alegría de todos nosotros. Si uno de ellos se va, todo eso se terminó.

Suspiro y abro la puerta de Julia's Secret cuando llego. Me abruma toda la gente que hay comprando. Desde brujas pequeñas hasta ancianas. También se ve a algún que otro hombre, lo que me sorprende.

Veo a Julia de arriba abajo varita en mano con vestidos flotando alrededor de ella. Se la ve estresada, lo cual me viene bien, porque así tengo más posibilidades de que me acepte para trabajar aquí.

No tengo experiencia en ningún campo de trabajo, ni mucho menos cuando se trata de moda, porque a mí no me va eso. Tampoco visto mal, porque Julia me ha estado evaluando todo este tiempo y me ha dado consejos y demás según mi tono de piel.

Camino con dificultad por entre la gente y llego hasta la rubia de mi prima. Le toco en un hombro y hago que se sobresalte. Mientras se gira, me chilla:

- ¡¿Qué demonios quieres?! ¡¿No ves que estoy ocu...?! ¡¡Hola, Dana!! -exclama, con una sonrisa. Pero se vuelve a dar la vuelta y sigue caminando-. Como verás, hoy estamos hasta arriba... No puedo más...

- ¡Genial! -exclamo, provocando que mi prima se gire hacia mí, con el entrecejo fruncido. Y por eso añado rápidamente-: Porque quiero trabajar aquí.

A mi prima se le caen todos los vestidos de repente, pero se apresura a cogerlos todos antes de que se caigan al suelo y mientras, me dice:

- No te ofendas, pero no sabes nada de moda.

- No me ofendo -miento-. Ya sé que no sé nada de moda, pero tú me podrías enseñar.

A Julia se le dilatan las aletas de la nariz.

- Eso me llevaría... años.

- ¡Exagerada! -replico, y empiezo a Caminar más deprisa porque me cuesta seguirle el paso-. No te llevaría nada... Además, puedo, simplemente, cobrar los vestidos y eso...

Hago que mi prima se pare bruscamente y me choco contra ella.

- ¡Auch! -me quejo mientras me froto la frente.

- Tienes razón -susurra con cara pensativa-. ¡Tú estarás en la caja! Así no tendré que dar tanta vuelta... Lo harás gratis, ¿no?

- Eh...

- ¡Era broma! -suelta una carcajada y se dobla de la risa-. Cobrarás como todo el mundo. ¿Te parecen bien treinta galeones al mes?

- Sí -respondo, y asiento con la cabeza.

- ¿Quieres empezar ya? Me vendría muy bien...

Asiento con la cabeza y sonrío.

- Pues ponte en la caja... ¡y a cobrar!

†

Termino de trabajar a las ocho. Estoy agotadísima. Trabajar en Julia's Secret no es recomendable. Pero, al menos, no he estado en casa, aburrida. Trabajando me he entretenido y no he pensado en todo lo demás, que me da dolor de cabeza.

Llego a casa y lo primero que hago es echarme sobre el sofá. Nada más hacerlo, noto que hay algo duro sobre él. Me giro y me encuentro a Draco, quien me sonríe de medio lado.

- Si querías follar solo tenías que decírmelo. No hacía falta que te echaras sobre mí.

Sonrío ampliamente.

- Bueno... -susurro, y me acerco mas a él, para empezar a besarle-. Sí me apetece hacerlo...