Me despierto y lo primero que noto es una respiración lenta y pausada en mi nuca. Me giro lentamente para no despertarle y me quedo mirándolo. Tiene rostro y alma de ángel, lo sé. Aunque él intente ser una mala persona solo para que le respeten, yo sé que es capaz de amar. Como, supongo, que me ama a mí.
— Eso ni lo dudes —dice él en un susurro, todavía con los ojos cerrados y dándome un pequeño susto.
Pongo los ojos en blanco.
— ¿Ya me estás leyendo la mente, de buena mañana? —replico.
— ¡Oye! —exclama él con una sonrisa—. Tú has estado observándome a mí primero —dice, todavía con los ojos cerrados.
— ¿Por qué no abres los ojos, huroncito? —pregunto, frunciendo el entrecejo.
A lo mejor está sonámbulo. No, no creo.
— Te estoy recordando... desnuda —y sonríe de medio lado, abriendo por fin los ojos.
— ¡Pervertido! —exclamo, y le doy un suave golpe en el hombro.
— Solo con mi huroncita —añade en un susurro antes de volverse a dormir.
Soy su huroncita...
Me tumbo de nuevo en la cama y sonrío. Mi último pensamiento antes de quedar dormida otra vez, es para Draco Malfoy.
DRACO P.O.V
Noto cómo se vuelve a tumbar y abro los ojos. Es preciosa. Y la mejor persona que he visto jamás. La arropo con la sábana todo lo que puedo y me levanto para darme una ducha.
Mientras el agua caliente recorre mi cuerpo, pienso en ella.
Y en el peligro que corre estando conmigo.
†
Vuelvo a la habitación y me encuentro a Dana vistiéndose. Como ni me ha visto ni me ha oído entrar, me acerco a ella sigilosamente y paso mis brazos por su cintura, rodeándola y atrayéndola hacia mí.
Ella lanza un gemido que me pone la piel de gallina y que, a su vez, me hace sonreír.
— Draco... —susurra.
Sacudo la cabeza, aunque ella no me ve. Inclino mi cabeza y toco con mis labios su oreja, y con mi preciosa nariz su pelo.
— Llámame Malfoy... O huroncito —le pido en el tono más sexi que puedo.
— Pero a ti no te gusta que te llame así —replica ella, nerviosa y girándose hacia mí.
Aprovecho y le robo un beso. Por Merlín, es tan bella...
— No me importa si la que me llama así eres tú —ella se ruboriza—. Pero será nuestro secreto. Delante de todos me llamarás Malfoy.
Dana sonríe malévolamente.
— Pero si que te llame por tu apellido te... pone.
— Pues por eso mismo —digo, con una sonrisa—. Así iré contento todo el día.
Ella niega con la cabeza.
— No, porque seguro que te encuentras a Pansy y...
— Pero, es que... —la corto—. Debo hacerlo, Dana. ¿Te crees que a mí me gusta esa loca? —sacudo la cabeza y pongo una mueca de asco—. Ni con un filtro de amor.
— ¿Y por qué estás con ella? ¿Y por qué te enrrollas cada día con una diferente? —pregunta, un poco furiosa.
— Porque el Señor Tenebroso sabe que no las amo. Y si se enterara de que te amo a ti, te haría daño.
Por Merlín, está a punto de llorar.
— Pero me hace daño verte con otras chicas —susurra ella llorando.
— Y a mí que a ti te haga daño —digo mientras paso mis pulgares por sus lágrimas y apoyo mi frente en la suya.
Ella se aparta de mí y llora más desconsoladamente.
Antes de ponerse la túnica, me dedica una mirada de puro odio. Cuando se la pone, por fin, sacude la cabeza.
— Yo creo que lo de anoche fue todo mentira. Como también creo que ahora me estás mintiendo: a ti no te hace daño —está empapada en lágrimas, pero temo acercarme a ella por si le molesta—. De lo contrario, Draco, no te pasearías por ahí cogido de la mano de Pansy y tampoco me llamarías sangre sucia.
Coge su mochila y se la carga a la espalda.
— ¿Adónde vas? —pregunto con un hilo de voz.
— A mi casa, Draco. A Slytherin.
— Quédate —suplico—. Te necesito para sentirme a salvo...
Ella pone los ojos en blanco y, antes de irse, dice:
— No seas crío, huroncito —y sonríe.
Yo sonrío, también.
DANA P.O.V
Oh, por las barbas de Merlín, no puedo enfadarme con Draco, por eso me he ablandado antes de irme.
Él, suplicándome a mí que me quedase porque se siente seguro con mi presencia. Ante semejante confesión no puedo ser tan mala.
Si digo la verdad, lo que más ha aportado a que me ablandara, ha sido mi abuelo. No quiero acabar como él: incapaz de amar a nadie. Desconozco el paradero de mi abuela y mis padres verdaderos, aunque me hago una clara idea de qué les ha hecho Voldemort. Por eso mismo, no quiero apartar de mí a mis seres queridos. No puedo apartar de mí a Draco, porque nos haría daño a los dos.
Draco no es mala persona, pero me ha dejado claro que va a seguir liándose con Pansy. Espero que no lo haga con ninguna chica más, porque entonces no lo aceptaría.
Vaya, cuando me doy cuenta ya he llegado a las mazmorras.
De pronto, alguien me lanza un hechizo que me hace salir por los aires. Choco contra la pared y aterrizo en el suelo. Antes de caer en un profundo sueño, veo una silueta de pelo rizado. Pero no me hace falta ver más para saber que de quien se trata: es de Bellatrix Lestrange.
DRACO P.O.V
Dejo a Dana que se marche a su casa y yo me preparo para ir a la siguiente clase.
Me toca Pociones, con el maldito de Slughorn. El muy idiota siempre ignora lo importante que es la familia Malfoy, y eso hace que me hierva la sangre.
Además, no soporto ver a ese estúpido de Potter con el libro de Pociones todo el día encima. Desde que lo usa, ha mejorado mucho en la asignatura, y eso me molesta bastante.
Me siento donde siempre: al lado de Crabbe y Goyle. Menos mal que Pansy no está. Con suerte, se ha puesto mala y todo.
Después de unos minutos esperando a que venga Slughorn (siempre llega con retraso), la puerta del aula se abre de golpe.
Por ella entran Slughorn (blanco y asustado) seguido de Pansy, más contenta que nunca. Se acerca a mí con pasos alegres mientras sonríe (ojalá le puediera echar un Avada).
— ¿Sabes? Hoy me han dado la mejor noticia de toda mi vida —suelta con esa sonrisa que tanto me saca de quicio.
Eso no puede ser bueno.
— ¿Qué ha ocurrido, Parkinson?
— ¡Se han llevado a Sheeran! —exclama entre risas alegres.
Mi corazón deja de latir por unos segundos.
— ¿Có-cómo? —balbuceo.
— El señor tenebroso se la ha llevado.
Y lo peor de todo, es que ha sido culpa mía.
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ENTRE MUGGLES
FanfictionUna historia original inspirada en el universo de Harry Potter Dana Sheeran ha pasado más tiempo en terapia que en fiestas, más tiempo huyendo de sí misma que enfrentando su realidad. Su vida cambia cuando su psicóloga le propone una forma poco conv...
