†73†

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Pansy se levanta de la tarta y mira con asco a Silvia, quien sonríe triunfal pero con un poco de tarta esparcida por todo su cuerpo. Pansy la empuja y ambas se caen al suelo. Entonces, se empiezan a pegar. A lo muggle.

— ¡DALE FUERTE! —le grita Blaise desde mi lado y sonriendo como un bobo.

— ¡PELEA, PELEA! —grita mi hermano corriendo de un lado a otro y vitoreando a las chicas como si estuviera en un partido de fútbol. Él se emociona cuando ve a dos chicas en acción.

Me quedo mirando a los chicos pero no hacen más que animar a Silvia. Suspiro y empiezo a andar. Cuando estoy al lado de las chicas, intento separarlas, pero Pansy se agarra muy fuerte al pelo de Silvia y ésta la está ahogando.

— ¡PARAD! —exclamo y, como grito tanto, ambas se paran, sorprendidas, y me miran con el entrecejo fruncido—. ¿Queréis dejar de hacer el ridículo de una vez por todas?

Entonces Narcisa se acerca y mira con asco a Silvia, para después ayudar a Pansy a levantarse.

— Draco —dice tranquilamente Narcisa—, creo que deberías ayudar a tu mujer a cambiarse.

Miro a Draco y lo pillo con los ojos clavados en mí, pero enseguida los aparta. Se acerca a su madre y a su... mujer (me duele el corazón...) y ayuda a Pansy a ponerse en pie. Después, ambos salen del salón de baile y se queda todo en silencio.

Narcisa se acerca a Silvia con los labios apretados y gruñe:

— ¡Estarás contenta!

— Pues sí —responde Silvia entre risas.

Narcisa se cruza de brazos y entonces me mira a mí, enfadada.

— Deberías decirle a tu amiga que se marche, Sheeran.

— ¿Por qué no lo hace usted? —inquiero, enfadándome por segundos.

Narcisa se da la vuelta y mira a unos elfos domésticos que hay recogiendo la tarta.

— Traed la tarta de repuesto.

— ¡Mierda! —exclama Silvia, enfadada—. ¿Había otra tarta?

Blaise se ríe y se acerca a ella para darle un abrazo. Mi hermano se pone a mi lado.

— Ha estado bien —dice, sonriendo.

Le revuelvo el pelo y observo cómo los elfos se van con la tarta.

— No os vamos a echar —nos dice Narcisa mirándonos—, porque nos lo ha ordenado Pansy. Pero a la próxima, os iréis.

Me encojo de hombros.

— ¡Que siga la fiesta! —exclama Narcisa intentando sonreír.

La música empieza de nuevo y, poco a poco, la gente empieza a bailar. Cormac me abraza y bailamos junto a nuestros amigos, mientras que mi hermano se pasea por entre las brujas para examinar el tamaño de su pecho (sinónimo a que las está examinando "como personas").

Cuando, de pronto, la puerta se abre de par en par y deja ver a una Pansy muy enfadada y con la cara llena de lágrimas. La sigue Draco, que tiene una expresión de susto y se revuelve, nerviosamente, el pelo con las manos.

Pansy viene directamente a mí apuntándome con la varita. Esta vez sí saco la mía y la apunto.

— ¡POR TU CULPA! —exclama Pansy, enfadada y con una mano en su mejilla—. ¡POR TU CULPA ESE IDIOTA ME HA PEGADO! —y señala a Draco—. ¿Y SABES POR QUÉ? ¡PORQUE TE HE LLAMADO ZORRA! Y razón no me falta —escupe.

Me quedo con la boca abierta, incrédula.

— ¡TE HE DICHO QUE NO LA LLAMES ASÍ! —le grita Draco a Pansy.

— ¿Y me has pegado por ella? —Pansy me señala y suelta una risa sarcástica—. No sabes lo que has hecho, Draco.

Y me apunta con la varita, pero antes de que pueda reaccionar ante la sorpresa, ella exclama:

¡AVADA KEDAVRA!

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora