†28†

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A la hora del almuerzo, David y yo vamos a la biblioteca. Como no nos dejan almorzar dentro, tenemos que hacerlo de camino.

— ¿Y qué taf? —pregunta David con un poco de su bocadillo en la boca.

No puedo evitar acordarme de Ron.

— Bien. Ya te lo he dicho.

Traga el trozo de bocadillo y me mira a los ojos, preocupado.

— Te encuentro rara...

Pongo los ojos en blanco.

— Estoy bien —aseguro.

Y no me hace más preguntas. Así que almorzamos en silencio hasta que acabamos. Entramos a la biblioteca y me dirijo rápidamente a la zona de los ordenadores. Enciendo uno cualquiera y entro en el navegador.

Quiero... Quiero estar más cerca de Draco, por lo tanto, voy a investigar más sobre él. Pero no encuentro nada nuevo.

Suspiro y me frustro.

Para no pensar en el rubio, me giro hacia David y le sonrío. Tiene la manía de observarme mientras hago cosas, pero esta vez no quiero hacer nada.

— ¿Damos una vuelta?

Para mí, el patio es un lugar prohibido, pero sé que me vendrá bien.

David asiente y cogemos nuestras mochilas, las cargamos a la espalda y salimos al patio. Como no solemos estar por aquí, nos toca dar vueltas como tontos para encontrar un lugar donde "adaptarnos". Al final, encontramos un lugar en el césped bajo un árbol viejo.

Nos encanta al instante.

David me abraza y nos despedimos. Es la hora de volver a casa.

Cuando llego, mamá me recibe con los brazos abiertos. Para comer, tengo sémola. Me encanta la sémola. Como tranquilamente mientras mamá me habla sobre algo que ha sucedido en el supermercado.

Cuando termino, lavo los platos y le digo a mamá que me voy a la habitación.

Lo que no sabe, es que he estado pensando. ¿Qué pasaría si decido volver al mundo de mi verdadera familia? Es decir, a mi verdadero mundo. Pero, quiero volver cuando todo haya acabado. Cuando... cuando Draco es libre. ¿Será posible?

Es que no quiero seguir viviendo aquí. Echo tanto de menos a Draco que ha pasado a ser principal. Echo de menos sus enfados, sus guarrerías, sus tonterías... Lo echo de menos, simplemente.

Deseo que me bese de nuevo. Que me haga sentir suya. Quiero poder abrazarle de nuevo. Que me proteja.

Por eso, tengo que volver.

Lo que no sé es cómo. Porque no quiero volver como lo dejé anoche. Quiero que pase un tiempo. Que mi abuelo muera. Aunque eso conlleve la muerte de Snape. Me gustaría que ni Fred, ni Tonks, ni Lupin, ni Snape... ninguno, muriese.

Aunque no sé si han muerto, pues desde que llegué, las cosas empezaron a cambiar. Draco cambió. Por mí.

Seré estúpida. Él, que ha cambiado por mí y me ha demostrado que me quiere. Yo, que lo he dejado tirado cuando más lo necesitaba.

Pensándolo bien, se podría decir que soy un poco hija de puta. Sin más.

Así que cierro los ojos e intento concentrarme. Quiero viajar a HP, un HP donde todo ha terminado ya.

Un año más tarde, por favor. Llévame un año más tarde.

De pronto, noto que el suelo desaparece. Dejo de respirar. En la cabeza todo me da vueltas. Pasan los segundos y cuando abro los ojos, estoy en La Madriguera. ¿Por qué habré aparecido aquí?

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora