†1†

17.1K 752 834
                                        

— ¿Qué tal esta semana? —me pregunta Blanca, mi psicóloga.

Me encojo de hombros.

— Una mierda, como siempre.

Si no fuera por mis padres, yo no vendría a estas sesiones. Pero ellos me obligan porque sufro acoso escolar y como según ellos no me desahogo, piensan que lo mejor es que visite a una comecocos. Llevo así ya un año, pero la cosa no mejora. Mis padres sólo están tirando el dinero, aunque por mucho que se lo diga, no me hacen caso.

— ¿Siguen llamándote friqui? —pregunta Blanca mientras apunta algo en un papel.

— Friqui, bicho raro, marginada...

— Vale —me corta ella—. No hace falta que te recuerdes a ti misma eso.

Intenta sonreír, pero como le lanzo una mirada asesina, no lo hace. Odio a esta mujer. La odio.

— He pensado una cosa —dice de pronto—. ¿Lees?

— ¿Me estás llamando paleta?

— No —se apresura a decir—. Digo, ¿que si en tu tiempo libre lees?

— Pues no —suelto—. Solo me faltaba eso.

Ella suspira y apunta de nuevo algo sobre el papel. Intento mirar disimuladamente qué es, pero ella, con mucho tacto, pone un estuche delante para taparme la vista. Aprovecho que no me mira y le lanzo una mirada ponzoñosa.

— Creo que deberías leer —sugiere con su voz suave—. Muchas adolescentes como tú, que sufren de acoso escolar y muchas otras cosas, leen y se distraen. Ese rato que pasan distraídas, ya no lo pasan pensando en sus problemas.

Quiero replicar, pero ¿para qué? Ella es la psicóloga aquí, seguro que sabe de lo que habla, por mucho que me pese.

— ¿Y qué me recomiendas que lea? —pregunto con el ceño fruncido.

Ella se para a meditar por unos segundos.

— Visita la biblioteca. Seguro que tú misma encontrarás un libro que se adecúe a ti.

Asiento y me marcho, contenta. No por la sesión, sino porque me marcho a secas. Estar cerca de esa víbora hace que mi sangre hierba. Odio los psicólogos. Siempre me han recordado dos cosas:

1 - que estoy mal de la cabeza.

2 - que no tengo amigos.

Así que aquí estoy, visitando la biblioteca. Nunca antes se me había ocurrido venir, ¿para qué? Mis padres me compran los libros. Pero esta vez no puedo ir a la librería y decirle que me enseñen toda la lista de libros disponibles, así que me ha parecido más correcto venir aquí.

Veo dos secciones: la de adultos y la infantil. Como en la de adultos ya hay personas, me meto en la infantil, que está vacía. Esto me hace sentir como cuando iba al colegio, por la decoración con animales y los colores vivos. No me gusta.

Me acerco a la estantería y empiezo a descubrir libros. Fairy Oak, que me leí cuando era pequeña, este sí me trae buenos recuerdos; Narnia, parece que no tiene mala pinta, pero sigamos buscando; El circo de los extraños, vaya, este lo tengo en casa; Harry Potter. Me paro en este. Me doy cuenta de que tiene siete partes, así que cojo la primera y leo la sipnosis. ¿Un niño que se entera de que es mago? Pues parece bastante interesante.

Lo cojo y se lo entrego a la bibliotecaria, que con una sonrisa, me pregunto si me lo quiero llevar. Le digo que sí.

Vale, un día después he acabado Harry Potter y la Piedra Filosofal. A-LU-CI-NAN-TE. Corro a la biblioteca a por el siguiente.

Un mes después, tengo en mi estantería los siete libros de Harry Potter, ya leídos. La verdad, es que la saga me ha encantado y si leo otra, lo más seguro es que siga en el mismo puesto. O sea, ¿cómo puede una persona crear un mundo tan perfecto? Creo que Rowling es una mujer digna de considerar como una diosa, en serio.

Ahora solo me faltan ver las películas, pero eso lo miraré después, porque tengo cita con Blanca, de nuevo.

Me siento en la silla de siempre y me la quedo mirando hasta que ella toma la iniciativa.

— Buenas tardes.

Serán para ti.

— Buenas tardes —respondo.

— Tus padres ya me han contado que has empezado a leer. Incluso que te has obsesionado con el libro.

— Saga —la corrijo—. Lo que me he leído es una saga.

Otra vez apuntando en el papel. Dios, ¿no se le quedará sin tinta el bolígrafo ahora mismo?

— ¿Cómo se llama? —pregunta, curiosa.

Harry Potter.

Oh, ¡Harry Potter! Muchos científicos han afirmado que quienes leen esa saga se convierten en personas un poco más buenas.

Me encojo de hombros, aunque la verdad es que yo también lo he leído.

— Bueno, a mí no me ha cambiado.

— ¿Te ha gustado?

Me ha encantado, claro.

— Sí —respondo intentando parecer tranquila, aunque por dentro mi cuerpo está tirando cohetes (como los de los gemelos Weasley) de la felicidad.

— Me alegro. ¿Te ha hecho más feliz?

Eso no puedo negarlo.

— Sí.

— Bien —suspira y apunta en el papel. Dios, qué asco le tengo a ese bolígrafo —. ¿Qué tal en clase?

— Peor. Ahora, por llevar encima algún libro de Harry Potter, me llaman cosas extrañas.

Blanca se remueve un poco en la silla.

— ¿Qué cosas?

Hago un esfuerzo por recordar.

— La Futura Lupas (dicen que me voy a quedar ciega leyendo), La Testigo de Jehová (porque siempre tengo un libro encima), La Empollona Fea (porque de creen que el libro es de clase)...

— ¿Te consideras fea? —me interrumpe Blanca.

Instintivamente miro al pequeño espejo que hay sobre su escritorio y me miro. Rubia, ojos verdes, piel blanca...

— No —respondo finalmente. Es cierto, no creo que sea fea. En mi clase hay muchísimas peores que yo. Solo que yo soy la diferente por no querer ir con las que se hacen llamar Las Estrellas. Esas niñas me dan grima.

— Y no lo eres —finaliza Blanca, mirándome a través de sus gafas de pasta.

Tardo solo dos días en ver las películas de Harry Potter.

No es que sean EXACTAS al libro, pero se adaptan MUY bien. Son muy graciosas, en temas como Ron, que pone cada expresión que te hace reír hasta cinco minutos seguidos. Y sexi, cuando aparece Draco Malfoy. Para mí es sexi en las ocho películas, pero claro, más a partir de la cuarta.

Y hablando de la cuarta... es un poco triste, ¿no? Me ha hecho llorar cuando se ha muerto Cedric. No se lo merecía... Maldito Voldemort y su Avada Kedavra.

En cuanto a las películas en general, me han gustado mucho. El reparto está genial. Pero mejor será que vuelva a mi mundo y empiece a estudiar historia, pues mañana tengo un examen.

***

Nota del autor: recuerda seguirme para no perderte nada (:

¡Un favorito siempre me saca una sonrisa! 

Por cierto, ahora estoy escribiendo Las Crónicas de Rhionen, podrás encontrar esta saga en mi perfil. Si te gusta la fantasía, los dragones, los elfos... ¡te encantará! 

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora