†104†

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CAPÍTULO ESPECIAL PORQUE YA HEMOS LLEGADO A LOS 18K!!!

- ¡Ya podéis abrir el paracaídas! -nos avisa la voz del chico alto.

Tiramos de la anilla y una fuerza nos tira hacia arriba. Los paracaídas, que son de color verde y con una M dorada (Malfoy sabe cómo ser inolvidable), se abren. Ahora flotamos en el aire.

Draco me mira.

- ¿Mejor? -me pregunta con ternura.

- Mucho mejor -le respondo, dedicándole una sonrisa cariñosa.

- ¡Me alegro mucho! -exclama acercándose a mí.

Me abraza y me da un beso en la mejilla.

- Ya estamos llegando al suelo -nos informa el bajito.

Miro hacia abajo y veo que es verdad. Trago saliva. Si algo sale mal, seguro que me rompo las piernas. Y YO ADORO A MIS PIERNAS. En serio, me sirven para muchas cosas. Como andar, por ejemplo.

Cuando aterrizamos, delante de mí hay un gran campo abierto lleno de preciosos Sakuras.

- ¿Mi hermano también te ha dicho que me encantan los Sakuras?

- Sí -responde Draco con petulancia-. Ya podéis iros -le dice a los momitores.

Ellos se despiden de nosotros.

- Al final Eddie me conoce mejor de lo que pensaba...

Draco suelta una risilla y me coge en brazos como si fuera un bebé.

- ¿Qué demonios haces? -pregunto, asustada.

Draco suelta una carcajada y empieza a correr. Mi corazón va a mil por hora y no puedo ni replicar.

Así que casi me muero cuando Draco me lanza por el aire.

- ¡TE VOY A MATAAAAAAR! -grito mientras caigo.

Y cuando aterrizo en una superficie húmeda, es cuando me doy cuenta de que me ha lanzado a una piscina. Asomo mi cabeza y entrecierro los ojos fulminando con la mirada a Draco, quien se ríe de mí.

- A mí no me hace gracia, rubiales -replico de mala leche.

- Por eso lo he hecho, huroncita -dice con una sonrisa de medio lado.

Coge carrerilla y se lanza haciendo una bomba a mi lado. Me salpica con el agua y cuando se asoma, se ríe de mí. Aprieto los labios y me lanzo sobre él para intentar ahogarle, pero no lo consigo y me atrapa entre sus brazos, me mete en el agua y me hace cosquillas.

Cuando me deja en paz, me sumerjo de nuevo y le cojo las piernas, haciendo que se caiga.

Cuando paramos, ambos estamos abrazados y con el agua llegándonos a él por el pecho y a mí por la barbilla, pues la piscina es bastante profunda y yo no soy muy alta, que digamos.

Draco me acaricia el pelo.

- Eres la futura señora Malfoy, ¿te gusta ese nombre?

- Me encanta ese nombre, señor Malfoy -digo, provocando que Draco se ponga tenso.

Pega sus labios a mi oreja y me susurra:

- ¿Sabes? No hay nadie a un kilómetro a la redonda, y como soy un caballero, te pregunto: ¿puedo hacerte el amor?

Sonrío de lado.

- Siempre podrás hacerme el amor.

Pasa sus labios por mi cuello mientras lo lame hasta que llega a mis labios. Su lengua moja mis labios y después la atrapo con la mía. Nos besamos, primero, con dulzura.

Él me acaricia la espalda y pasa sus manos por debajo de mi playera. Levanto mis brazos y le ayudo a quitármela. Hago lo mismo con su camiseta y acaricio, luego, su torso desnudo.

A la luz del día está incluso más sexy.

Me muerde el lóbulo de la oreja haciendo que me estremezca y le agarro el culo con fuerzan. Oh, sí. Me encanta su culo. ¿A qué Potterhead no le gusta su culo?

Poco a poco empiezo a notar su bulto. Sonrío y dejo que baje sus manos hasta mi intimidad, por entre los pantalones. Me acaricia ahí con una mano y con la otra por detrás del cuello.

Bajo mis manos también y las paso por dentro su pantalón, cojo su cosita durita y la acaricio, haciendo que Draco gima a la vez que yo.

- Te amo, joder -gime Draco mientras me acaricia más fuerte.

- Yo también te amo, Draco -digo, y no puedo evitar sorojarme.

- ¡A la mierda las manos! Hagámoslo tradicional -exclama abalanzándose sobre mí.

Me rodea con sus brazos y me obliga a retroceder hasta que mi espalda toca la pared de la piscina. Me aprieta contra su cuerpo y lo oigo gemir.

- Quítemonos los pantalones -propone.

Asiento con la cabeza y nos quitamos los pantalones. Draco me observa y sonríe.

- Eres todo lo que quiero tener.

Me ruborizo y me acerco a él. Nos besamos de nuevo y noto cómo se intrudce en mí. Primero despacio, y poco a poco más fuerte. Así hasta que llegamos al orgasmo.

Cuando terminamos, me abraza y apoya su frente en la mía.

- Dana, no me dejes nunca, por favor.

Lo miro a los ojos y niego con la cabeza.

- Nunca.

Nos hemos secado como dos plantas al sol. Estamos tumbados sobre el césped, cogidos de la mano y sonriendo como babeantes bobos babuinos.

Él no sé qué hará, pero yo no puedo parar de recordar el día de hoy una y otra vez. Han pasado demasiadas cosas y eso que no hemos llegado ni a la hora de comer

"Crac".

Me levanto de golpe y veo a...

- ¡¡DOBBY!! -exclamo con una sonrisa.

- Usted debe ser la Señora Malfoy, mi señora -dice el elfo, haciendo una reverencia.

Miro a Draco, confundida.

- ¿Qué hace Dobby aquí?

- Tranquila, que está cobrando -responde Draco.

- No me refiero a eso... Me reifero a que está vivo -comento frunciendo el entrecejo.

- Mi señora, claro que estoy vivo.

Me río y miro al elfo con ternura. Me alegro de que Hermione leyera el último libro, porque salvó muchas vidas. Ella debería ser la verdadera heroína de la historia.

- Y... ¿cuánto le pagas, Malfoy? -le pregunto a Draco, divertida.

Draco sonríe de lado y pone las manos delante para taparse lo que le acabo de subir.

- Dos galeones -responde.

Asiento y miro al elfo.

- ¿Te parecen bien solo dos galeones, Dobby? ¿Seguro que no quieres más?

- Mi señora, yo...

- ¡Dos galeones está bien! -replica Draco-. ¿Quieres arruinarme, Dana?

- Creo que deberías cobrarle cinco galeones, Dobby -digo, ignorando a Draco.

- No quiero abusar, mi señora...

- ¡Cinco galeones es demasiado! -refunfuña Draco.

Lo miro y le fulmino con la mirada.

- Para nada es demasiado. No comparado con lo que le hiciste pasar.

Draco bufa y mira al elfo con odio.

- Está bien, cobrarás cinco galeones.

Sonrío triunfal.

Si va a ser mi marido, será mejor que cambie.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora