†4†

8.3K 639 527
                                        

Así que aquí estoy, en MI PROPIA CAMA, compartiéndola con Draco Malfoy. Ron está en la cama de abajo, que la ha sacado, y duerme profundamente porque está roncando.

Me he tenido que poner un pijama largo, aunque siempre voy con una sola camisa para dormir, porque no quiero que mis piernas desnudas toquen las de Draco, que por cierto se ha quitado la ropa y está en calzoncillos.

Yo estoy muy pegada a la pared, intentando estar lo más lejos posible del rubio, mientras que él ocupa el resto de la cama.

Bufo como cualquier gato enfadado lo haría.

— ¿Molesta, muggle?

La voz irritante de Draco atraviesa mis pensamientos. Me giro hacia él y bajo la tenue luz que entra por la ventana miro fijamente sus ojos grises.

— ¿Quieres saber mi apellido, Malfoy?

— Sí.

Sonrío divertida.

— Me llamo Dana Sheeran.

— Sheeran... —susurra—. Me gusta.

Pongo los ojos en blanco y me vuelvo hacia la pared, para intentar conciliar el sueño.

— Sheeran —me llama la voz de Draco.

Me vuelvo hacia él y lo miro, furiosa.

— ¿Qué demonios quieres?

— Me ha gustado el beso de antes.

— Pues tu cara decía todo lo contrario —replico mientras chasqueo la lengua—. Y ahora, déjame dormir, Malfoy.

— ¿Por qué me llamas por mi apellido ahora?

Me encojo de hombros.

— Simplemente me sale así.

Draco se acerca más a mí. Su respiración se escucha de fondo junto a los ronquidos de Ron.

— Me deseas, lo sé.

Arqueo ambas cejas. Este niño es un idiota.

— Ya veo por qué te odian todos en el libro, Malfoy.

Se acerca un poco más.

— Estoy deseando quitarte ese pijama —susurra tras ignorar mi anterior comentario.

Mis mejillas empiezan a arder, así que me doy la vuelta y me aproximo más a la pared.

— ¿No quieres hacer nada? Pues vaya, qué estrecha que eres —dice.

— Y tú eres un idiota —replico. Y no, no soy una estrecha. Es solo que estoy resisitiendo la tentación de quitarle la poca ropa que le falta por quitar, que son los calzoncillos.

A la mañana siguiente, todos están despiertos menos yo. Ron ya ha metido la cama en su sitio, Hermione sigue leyendo, Harry sigue buscando en mi ordenador y Malfoy está apoyado en la puerta, mirándome, enfadado. Seguro que por lo de anoche.

— Bueno, yo tengo que irme —digo sin mirar a nadie.

— Esto que dice aquí es tal cual lo hemos vivido —susurra Hermione, que parece no haberme escuchado.

Así que camino hacia la puerta y le pido a Draco, lo más educadamente posible, que se aparte.

— Dame un beso —responde con una sonrisa socarrona—, y te dejaré pasar.

Alzo una deja y hago una mueca de asco, le doy un fuerte codazo en las costillas. Éste lanza un gritillo de dolor y se aparta, mirándome con odio.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora