ENTRE MUGGLES

†93†

— ¿C-Colin? —tartamudea Hermione.

Estamos, Draco, Julia y yo, en la casa de los Weasley, La Madriguera. Hermione, Ginny, Harry y Ron están sentados en sillones, mientras que mi prima, Draco y yo estamos en un sofá. La señora Weasley nos está preparando un zumo de calabaza, y el señor Weasley está leyendo el periódico.

Los demás no están en casa.

— Pero... Joder, ¿cómo que ha muerto? —pregunta Ginny.

Hermione tiene la mirada perdida.

— Pobre Colin —susurra Harry—. ¿Un ataque al corazón? No me lo creo.

— Esto no es bueno —dice Hermione levantando la cabeza—. ¡Nada bueno!

— Lo sé —digo, y Hermione y yo nos miramos a los ojos.

— Leí el último libro de la saga y... No... ¡¿Y SI FRED MUERE?! —chilla Hermione, sorprendiéndonos a todos.

— ¿Por qué tiene que morir mi hermano? —la regaña Ginny—. Si no estuvieras con Ron, diría que le tienes manía a los Weasley.

Hermione pone los ojos en blanco.

— Mi mejor amiga es una Weasley, mi futuro marido es un Weasley, mis mejores bromistas son unos Weas...

— ¡Para el carro! —la interrumpe Ginny—. ¿Qué es eso de tu "futuro marido"?

Hermione y Ron se sonrojan al instante. Draco y yo intercambiamos una mirada cómplice y nos reímos por lo bajo.

— Bueno —susurra Hermione, nerviosa—... Ron me pidió matrimonio.

— ¿Y cuándo pensabas contárnoslo? —pregunta Ginny, enfadada.

La pelirroja se cruza de brazos y bufa algo parecido a "tengo el peor hermano del mundo".

— Os lo he contado ahora —responde Hermione, asustada.

Harry se acerca a Ginny y la abraza.

— Anda, ¡no te enfades!

— No me enfado, pero...

— Sabemos que te has enfadado, Ginny —dice Ron entre risas.

— ¡Vives conmigo! ¿Cómo no me lo has contado antes? —replica la pelirroja.

Ron se encoge de hombros.

— ¿Qué más da? La boda todavía ni hemos pensado cuándo será.

— ¡Eh! —chilla Draco, chasqueando los dedos—. Que nos desvíamos del tema. ¿Qué pasa que muera Creevey? Y lo mismo me pregunto con el gemelo Weasley, el de las dos orejas.

— Si Colin muere, eso nos dice que posiblemente el destino no se puede cambiar. Además, George ha perdido su oreja —añade Hermione—. Y en el libro también la perdía.

— El destino no se puede cambiar —susurra Harry—. ¿Quién más moría?

— Lupin, Tonks...

Y dejo de escuchar. Porque, entonces, me viene una cosa a la cabeza:

Astoria Greengrass.