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Draco y yo nos levantamos de la cama, satisfechos por lo que hemos hecho. Antes hemos empezado a "jugar", y al final hemos terminado en nuestra habitación. Me visto bajo la atenta mirada de Draco y lo provoco con movimientos sexis. Él se pasa la lengua por los labios y me come con la mirada.

Termino de vestirme y me acerco a él. El rubio me atrapa por la cintura y me atrae hacia su cuerpo. Me pone un mechón del pelo detrás de la oreja.

- ¿Dónde has estado todo el día? -me pregunta, frunciendo el entrecejo.

- Eso mismo te pregunto yo -le reprocho.

- Yo estaba en Hogwarts -responde tranquilamente, como quitándole importancia al asunto.

- ¿Y qué hacías en Hogwarts? -le interrogo.

- Visitar a un viejo amigo.

- ¿Qué viejo amigo tienes tú en el colegio? -me burlo.

- Pues a Severus Snape -contesta mientras se encoge de hombros.

Me aparto de él, sorprendida.

- ¿Sigue vivo? -pregunto con un hilo de voz.

No me acordaba de él para nada.

- Pues claro -responde Draco-. ¿Por qué tendría que estar muerto?

- Nada, nada -respondo rápidamente.

- ¡Si que te cae mal! Y eso que no era a ti a quien quitaba los puntos...

Me río.

- ¿Y tú, dónde estabas? -me pregunta Draco dándome un toquecito en la nariz con un dedo.

- Trabajando -respondo, y al ver su cara de incógnita, añado-: En Julia's Secret, la tienda de mi prima.

Draco suspira, aliviado.

- ¿Y por qué has ido a ver a Snape? -le pregunto mientras le beso el cuello.

- Bueno, hacía tiempo que quería verle...

- Ajá -digo, sin hacerle mucho caso.

- ¡Menos follar y más salir, que hay que hacer una pizza! -exclama Erika aporreando la puerta.

- ¿A estas horas? -replico- ¡Que es de noche!

- Solo nos falta poner los ingredientes, la masa ya la hemos hecho el salido de tu hermano y yo.

- ¡No soy un salido! -replica Eddie.

- ¡Cállate, salchicha suelta!

- ¡No me llames así, bruja amargada!

- ¡Habló, el que se lesiona la mano por semanas!

- ¿Me estás llamando pajero? ¡A ti solo te falta la verruga en la nariz!

- ¡No me llames bruja fea!

- ¡Solo te llamo bruja! Lo de fea creo que queda bastante claro sin necesidad de decir nada.

- ¡CHICOS! -les reprendo, abriendo la puerta.

Ellos se me quedan mirando y sonríen nerviosamente.

Draco se acerca a mí por detrás y pone sus manos en mi cintura, haciendo que me tense de repente. Erika suelta una risilla.

- ¿Te parece gracioso, Malfoy? -le pregunta Draco.

Erika se pone seria de repente.

- Pues no -contesta con dureza. Y se marcha.

- ¡A hacer la pizza, se ha dicho! -exclama Eddie.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora