ENTRE MUGGLES

†6†

Solo suya, dice. Será imbécil. Le doy un rodillazo en sus partes y hago que se caiga a su cama de nuevo.

— ¡Serás muggle! —gruñe.

— ¡Serás mortífago! —imito su mismo tono de voz, pero no puedo evitar reírme.

Y voy a dormir cuando me doy cuenta de que sigo atada al cabezal de la cama.

— Esto... ¿Malfoy?

Él gruñe en modo de respuesta.

— ¿Me puedes quitar la corbata, por favor?

Se levanta, me mira con cara de pocos amigos y muy a disgusto me empieza a quitar la maldita corbata.

Cuando me la quita del todo, por fin me duermo.

†

Pasan los días y seguimos sin saber nada nuevo. También es más difícil la convivencia en casa, porque a la hora de ducharse, los chicos lo tienen que hacer por la noche y casi sin hacer ruido para que mis padres no piensen que estoy loca duchándome a altas horas de la noche.

Draco no ha vuelto a intentar nada conmigo, es más, ahora me mira con más cara de "fuera de mi vista, muggle" que nunca. Pero no importa.

Como es sábado, los chicos y yo hemos decidido ir a la biblioteca y buscar en la sección de mitos y leyendas, porque seguro que yo estoy ahí.

Como también tienen que hacerlo con mucho cuidado para que la bibliotecaria no vea libros volando, cada vez que ven algo sospechoso, me llaman y tengo que leer yo la sipnosis del libro.

Muchas veces no es más que una falsa alarma, pero otras sí hay cosas interesantes como gente que se transporta en el tiempo. Claro que yo no soy de esas, pero transportar a alguien de un mundo a otro es igual de fascinante.

De pronto, Draco me llama y acudo a él. Me señala un libro muy viejo que tiene hasta polvo. Afirmo con la cabeza y se lo llevo a la bibliotecaria, para después llevármelo. Decidimos que con esto es suficiente y nos marchamos.

†

Ya en casa, Hermione, cómo no, le está echando un vistazo al libro. De mientras, Harry y Ron siguen buscando en el ordenador. Y por sorprendente que parezca, Draco está leyendo. Aunque no me hace mucha gracia que esté leyendo el final del sexto libro, porque si lo lee, ¿podrá cambiar su destino? ¿No cambiará ya su destino simplemente por estar aquí?

— Capullo —escupe de pronto Draco mientras cierra el libro de golpe.

Ya se ha leído el final, así que debe haber visto qué pasará cuando él vuelva a su mundo.

— ¿Qué ocurre? —le pregunto. Más por no aburrirme que por otra cosa.

Los demás siguen a lo suyo y no nos prestan ninguna atención.

— Que al final no mato yo a Dumbledore, ¡lo mata Snape! Aquí se me trata de cobarde y se me humilla.

No puedo evitar reírme.

— ¿De qué te ríes, muggle asquerosa? —pregunta Draco entrecerrando los ojos y poniendo una cara de asco.

Que esté todo el rato así no me gusta.

— ¡Dana! —me llama de pronto Harry.

Todo el mundo le presta atención. Me acerco a él.

— ¿Qué?

— ¿Recuerdas que ayer leímos que tu podías trasladar o ser trasladada?

Asiento con la cabeza. Pero como mi mente es tan lenta, no sé qué demonios quiere decir con eso.