†81†

2.9K 221 41
                                    

Termino de ducharme y me visto. Ha sido una ducha agradable, aunque me he tenido que resistir mucho para no llamar a Draco y decirle que me enjabone como me había dicho.

Me miro en el espejo y lo primero que pienso es en que me tengo que arreglar el pelo cuanto antes.

Me lo seco y me rizo un poco las puntas. Como es un día importante para mi prima, decido que también debería maquillarme, ya que la voy a ayudar a atender a los clientes.

Perfecta.

Me sonrío a mí misma y salgo de la habitación para encontrarme a Draco tumbado en la cama. Cuando me ve, me mira de arriba a abajo y sonríe de medio lado. Yo me ruborizo y sonrío.

El rubio se levanta y se acerca a mí en dos zancadas, me da un beso y pregunta:

— ¿Lista?

Asiento con la cabeza y sonrío.

Más tarde ya la explicaré que los amigos no deben darse besos en los labios.

Draco me abraza y nos desaparecemos.

Cuando abro los ojos, veo que esto no es Hogsmeade, ni de lejos. Tampoco es Julia's Secrets. Miro a Draco de reojo y en busca de explicaciones. ¿Qué demonios hacemos en una playa? Además, desierta. Frunzo el entrecejo.

— ¿Qué hacemos aquí?

Él se separa y observa la playa con una sonrisa de oreja a oreja.

— Bueno, ¡vamos a disfrutar! —y con un movimiento de varita, hace aparecer una tiendecita de campaña blanca—. Tu prima nos ha dado permiso para que podamos escaparnos... Y nos vamos a quedar aquí un par de días.

— Ni de coña —digo cruzándome de brazos—. Nos vamos a casa. No me quiero perder la inauguración de mi prima.

Él se acerca a mí y coloca sus manos en mis hombros.

— Venga —susurra—. Quiero que me perdones... Y creo que esta es la mejor manera.

Aprieto los labios.

— Bien, vale. Pero no he traído biquini...

— De eso ya se ha encargado Sheeran.

Viniendo de mi prima, miedo me da.

De todas formas, asiento y él me guía hasta la tienda de campaña. Entramos y me encuentro con una casa de tamaño medio de paredes como si fueran sábanas que le da un toque cálido. Entra mucha luz por lo que apenas hay velas, solo unas cuantas para por la noche.

A mi derecha hay una pequeña cocina, a mi izquierda el cuarto de baño. Enfrente está la habitación, y donde estamos es el salón comedor. Todo de lujo y combinado con el color de verde. No podría ser otra cosa, viniendo de un Malfoy.

Me giro hacia él y veo que me está observando con interés.

— Me gusta —digo, y levanto un pulgar a modo de aprobación.

Él sonríe.

— Pero... Una cosa, ¿y mi hermano?

Entonces se ríe.

— No te preocupes, le he mandado a un elfo que lo cuidará.

Me asiento aliviada al momento. Conozco a Edward y sé que él no sabrá cuidarse solo. Por eso siempre que coge un piso lo coge con un colega o le alquila una habitación a alguien, para que le cocine y demás. Claro que le baja el precio un poco.

— En la habitación encontrarás un armario con el biquini. ¡Vamos a bañarnos! —exclama Draco.

Lo miro y me río, pero la verdad es que la idea me apetece mucho.

Voy a la habitación y no me sorprende lo que veo, pues de un Malfoy es lo que te esperas: una habitación clásica con una cama doble elegante, un par de armarios y muchos más detalles.

Abro el armario en el que hay una D y una S y me encuentro con un montón de ropa de chica. Vale, nos han estereotipado muy mal a las chicas. No siempre nos vamos con toda la ropa a cuestas, ni mucho menos para pasar dos días.

Me río de Draco y abro el primer cajón. Me alegro de que en ese se encuentren los biquinis. Cojo uno de color rosa en el que están las iniciales de J.S (Julia's Secrets) y me lo pongo, quitando antes mi ropa. Me miro en un espejo de pie y veo que me queda perfecto.

Sonrío y salgo de la habitación.

Draco silba en cuanto me ve y se acerca a mí.

— Chica, eres perfecta. Ahora es mi turno. ¡Enseguida vengo!

Y se va a la habitación para cambiarse. Me siento en uno de los sofás y lo espero pacientemente.

Cuando sale, me parto de la risa: se ha puesto un bañador verde con hurones blancos que hace que se note todo su paquete.

Me relamo los labios y sonrío.

Me lo voy a pasar genial.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora