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Me despierto en mi cómoda habitación decorada a lo Slytherin. Me destapo y, soñolienta, salgo de la habitación. Solo tengo sed, así que medio corro a la cocina y me bebo un buen vasito de agua.

De pronto, Julia entra por la cocina y... ¿está sonriendo? Frunzo el entrecejo y me la quedo mirando mientras ella me ignora completamente y abre la nevera para coger la leche.

Toso a lo Umbridge y se gira, mosqueada. Esta chica es extraña. Aunque, claro, a mí me tosen a lo Umbridge de buena mañana y lo que grite es poco.

— ¿Qué? —gruñe.

Pongo los ojos en blanco y dejo el vaso sobre la encimera.

— ¿No sabes decir «buenos días»? —replico.

Ella se encoge de hombros y se echa un poco de leche en una taza. Saca el azúcar y se echa tres cucharadas, después coge los cereales, el zumo, otro vaso y se sienta en la mesa que hay enfrente de la ventana que da al jardín, ignorándome por completo.

Bueno, es el primer día que me despierto en esta casa. Y su primer día que se despierta en esta casa con alguien más en ella.

Decido no mosquearme e intentar entenderla un poco. Así que la imito y me preparo una taza de leche, me siento a su lado y le sonrío.

— ¿Vas a ir así a la reunión? —me pregunta sin ni siquiera mirarme y encarando una ceja.

Me miro a mí misma.

— No pensaba ir a ninguna reunión —digo después de pillar lo que me ha dicho—. ¿Qué reunión es esa?

— Una de viejos alumnos de Hogwarts.

— ¿Quiénes van?

— Neville, Luna, Aria, Maddeline, Harry, Ron, Hermione, Ginny, los gemelos... Y demás. Hay gente que trae a más gente. Por ejemplo, Maddeline va a traer a Blaise.

Asiento. De Blaise no tengo ninguna opinion, porque básicamente me da igual. Pero, tengo dudas de quién más vendrá a esa estúpida reunión.

— ¿Estoy obligada a ir? —pregunto después de tragar un poco de galleta.

— Ajá —responde, y da un trago a su zumo—. Vamos todos. Así que no puedes fallar.

Suspiro y asiento con la cabeza. Solo para no escuchar más a Julia, acepto a ir.

— ¿Cuándo es?

— Pues dentro de nada —responde—. Vamos a pasar todo el día juntos.

— ¿Todo el día? —pregunto con un hilo de voz.

No quiero pasar todo el día con toda esa gente. Es sábado y me apetece pasarlo tranquilamente en casa, para ir familiarizándone.

— Sí, Dana, todo el día. Primero, hemos quedado en Las Tres Escobas, y después ya decidiremos dónde ir. Pero les he propuesto dar una fiesta aquí, en casa

— ¿Aquí, sin mi permiso? —pregunto, creo que estoy enfadada.

Ahora que tengo una casa, me gustaría poder mandar en ella.

— Sí, Dana, en tu casa. ¡Pero qué más da! Lo pasaremos bien.

— Si tú lo dices...

Me retoco un poco el maquillaje y... listo. Me he puesto un vestido de tubo, negro y que me llega a la mitad del muslo y con un poco de escote. Me echo la chaqueta de cuero por encima y salgo de la habitación, no sin antes comprobar en el espejo que mi moño sigue igual de perfecto. Sonrío y salgo al comedor, donde me encuentro a una perfecta Julia con un estupendo vestido marrón un poco largo pero con la espalda descubierta. Parecemos actrices en la alfombra roja.

— ¿No vamos muy... quiero decir, demasiado bien vestidas? —pregunto, nerviosa.

— Nena, ¡a una fiesta siempre hay que ir elegantes! —y me sonríe.

Me alegra saber que no voy mal, porque si no, Julia me lo hubiese dicho.

Nos aparecemos en Las Tres Escobas y me alegra ver a Harry y Ginny ya sentados en una larga mesa rodeada por muchas sillas. He de decir que este sitio es un poco cutre para una reunión, casi prefiero el Salón de Té de Madame Pudipié.

Abrazamos a la pareja y nos sentamos. Comenzamos a charlar sobre nuestras cosas hasta que la puerta del local se abre para dejar paso a Neville, Luna, los gemelos, Hermione y Ron. Se unen a nuestra charla y empezamos a reírnos de un chiste de Ron. No sé si es el chiste en sí o cómo lo cuenta, pero me hace mucha gracia.

Después de un rato se nos unen Aria Flint (la hermana de Marcus Flint), Maddeline y Blaise, los tres sonriendo de oreja a oreja. Les sonrío también pero enseguida se me borra la sonrisa cuando, por la puerta, entran Draco y Pansy cogidos de la mano y hablando animadamente.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora