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— Ah, ¿sí? —digo cuando consigo reaccionar.

— ¡Sí! —exclama Draco, emocionado.

Se acerca a nosotros y coge asiento en el sofá junto a mí. Me pongo nerviosa por momentos. ¿Y si han estado hablando? ¿Y si han tenido química? ¿Y si se han intercambiado números? Ah, no, que ellos no son muggles.

Pero da igual.

Eso era justo lo que me temía.

— Estaba con Crabbe y Goyle —continúa Draco—. ¿Y a qué no sabéis qué?

— ¿Qué? —pregunto con un hilo de voz, totalmente asustada.

Draco me mira a los ojos y frunce el entrecejo.

— ¿Te pasa algo? Te encuentro extraña...

Sacudo la cabeza.

— Dime eso que querías decirnos.

— ¡Ah! —exclama el rubio, sonriendo de oreja a oreja y mirándonos a todos. Miedo me da—. Pues resulta que Astoria está comprometida con Crabbe. Qué fuerte, ¿a qué sí? Jamás imaginé que Crabbe...

Pero no le dejo acabar, porque me lanzo sobre él y empiezo a besarle. Juro que jamás podría estar tan contenta como ahora.

— ¡Eh, cortad el rollo! —exclama Erika—. Que estáis aquí delante de nosotros.

— Si fueras tú, Erika, no me importaría que siguieran —dice mi hermano.

Draco y yo nos separamos y, mientras nos miramos, sonreímos.

— ¿A qué ha venido eso? —me pregunta el rubio.

Yo me acerco a su oreja y, mientras la acaricio y sonrío de lado, le susurro:

— Nada importante, señor Malfoy.

Enseguida noto cómo las hormonas Malfoy empiezan a revolucionarse. Me río por lo bajo y me pongo de nuevo recta. Veo a Draco con los ojos cerrados y oigo lo que susurra: "control, control, control". Suelto una carcajada y mi hermano frunce el entrecejo. Erika más bien está confusa.

— ¿No jodas que se ha puesto palote? —pregunta Eddie entre risas.

— ¡Edward! —le reprendo.

Pero mi hermano sigue riendo. Erika sigue sin entender nada y Draco sigue intentando controlarse. Justo cuando Draco abre los ojos y me sonríe como perverso, tocan a la puerta.

Me levanto y les digo a los chicos que ya abro yo.

Me llevo una sorpresa al ver a Marina, Neville, Silvia, Blaise, Maddeline, Fred, Aria, Theo, Julia, George, Ginny, Harry, Hermione, Ron, Luna y Lavender. Ésta última me extraña verla aquí, por lo mal que la traté la última vez que la vi.

— ¿Q-Qué hacéis aquí? —tartamudeo, nerviosa.

— Hemos venido para honrar la memoria de Colin —dice Harry con pena en la voz.

— Bien, iremos al jardín trasero —les digo.

Vuelvo al salón de estar y les informo a los chicos de lo que vamos a hacer ahora. Ellos están de acuerdo, todos menos Eddie, que no entiende qué vamos a hacer.

— Ya lo verás. Tú, simplemente, mira.

Mi hermano asiente ante mis explicaciones y nos sigue a todos al jardín. Todos sacamos nuestras varitas y las alzamos cara al cielo. Y, juntos, murmuramos:

¡Lumos!

Todos pensamos en Colin, que fue un valiente por luchar en la batalla contra Voldemort. Nos demostró que ser sangre sucia no importaba, porque al igual que todos los seres humanos, tenía un gran corazón. Y que, si haces fotografías te ganas el cariño de muchas personas.

ENTRE MUGGLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora