Capítulo 53

382 24 9
                                    

¿Cómo voy a dormir con ella en la misma cama y teniéndola a mi lado?

Si es ella el motivo por el cuál estoy así y el motivo por el cuál me siento de esta manera.
Y además, aún estoy molesto con ella por a verla visto tontear y besarse con otro tío –sin obviar que tenía planeado tirárselo–. Me molesta, me jode y no puedo resistirme a sentirme así.
Aún estoy rayado por la situación que me ocurre con ella, y estoy cabreado conmigo mismo por tener que sentir esto que siento por ella cuando no quiero sentir nada: ni sentimientos, ni celos, ni nada.

Salgo de su habitación y entro después a la mía,
me quito la toalla dejándola en el baño y después saco del armario unos bóxers limpios y unos pantalones cortos de chándal negros. No me pongo nada de arriba, hace calor y no me apetece usar ni dormir con camiseta.
Y al estar ya listo, vuelvo hacia la habitación de Erica nuevamente, esperando a encontrarla dormida. Pero sin embargo cuando me acerco al otro lado vacío de la cama, la veo con los ojos abiertos de par en par.
Y al verme, abre ligeramente los ojos sorprendida;





—Pensaba que me habías engañado y que no ibas a venir.




—Aquí estoy, claro que iba a venir –digo mirándole–. Pensaba que estarías ya dormida.






—Gracias por venir. Y no, no puedo dormir.






—Deberías intentarlo, tienes que descansar.
–digo mientras miro hacia mi móvil.





—Estás muy bueno.





Despego la mirada de mi móvil y la llevo hacia ella y río por su comentario sin venir a cuento.




—¿A qué viene eso?
–río y alzo una ceja.




Ella se encoge de hombros; —Nada. Te estoy observando y es lo que pienso.





—Ah bueno, ¿gracias?
–río.







Eleva sus comisuras mostrando una leve sonrisa y después me observa fijamente a los ojos, hasta que poco a poco los va cerrando.

Dejo el móvil en modo silencio para que no suene ninguna notificación y no nos moleste, y después, lo dejo sobre la mesita de noche.
Apago la luz quedando a oscuras, menos por la tenue luz de la luna que entra por la ventana. Me siento en la cama y después me acomodo acostándome boca arriba en el colchón, con la mirada clavada en el alto techo.

Miro hacia mi izquierda, hacia ella y me quedo observándola unos segundos. Después vuelvo a mirar hacia delante y hacia el techo, suspiro hondo y cierro los ojos, intentando dormir. Pero el tiempo pasa y mi cabeza y mi mente están cargadas, sin dejarme pegar ojo.

No puedo dormir, ni de coña.
Tengo la cabeza haciéndome ruido y con mil cosas en mente.
No me ha funcionado una mierda la marihuana.
Me ha relajado un poco al principio, pero entre lo ocurrido con ese cabrón y todo lo demás, me ha despejado y el efecto ha desaparecido rápido.

Cierro los ojos forzándome a conciliar el sueño, intentando apagar mi mente y que deje de hacer ruido, pero no puedo. Frunzo el ceño, abro los ojos y suspiro hondo. Coloco mis brazo debajo de mi cabeza, con la mirada clavada aún en el techo y con la mente saturada, llena de pensamientos, jodiendome.

ONITSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora