Capítulo 66

231 16 2
                                    

No sé cuántas horas ni cuánto tiempo llevo metida en el gimnasio, no he contado las horas exactas que llevo, aunque mejor dicho, ni si quiera he mirado la hora en todo el tiempo que llevo aquí; pero creo que llevaré más o menos cerca de tres horas, y para decir verdad, se me han pasado volando.
Cuando vengo al gimnasio pierdo la noción del tiempo y me centro en mí misma, en los ejercicios y en los entrenamientos que hago, así que todo lo demás deja de existir por horas.

Hoy vine con Miles al gimnasio. Muchas veces solemos venir juntos, aunque muchas otras solemos venir por separado cuando no podemos venir juntos o cuando simplemente nos apetece venir solos por nuestra cuenta.
Pero hoy hemos venido juntos, y aunque al principio estuvimos juntos entrenando, después cada se fue a su bola y hemos estado entrenado por separado.

Últimamente estoy viniendo más a menudo al gimnasio por las tardes. Aunque de normal suelo venir en las mañanas que no trabajo.
Me gusta venir al gimnasio en horas donde sé que no va a haber mucha gente, por eso en las mañanas suelo venir muy temprano; hay poquísima gente y mucha tranquilidad.
Me gusta la tranquilidad y poder entrenar tranquila sin que esté todo abarrotado de gente, aunque no es que me moleste cuando hay mucha gente, yo me centro en mí misma y todo lo demás me la suda. Pero me gusta cuando venir cuando hay poca gente, es un ambiente diferente, una vibra diferente y tranquila.

Aunque no lo parezca, me gustan más los sitios despejados donde hay un ambiente tranquilo a los sitios que están repletos de personas. No es que me disguste, pero si pudiera elegir, prefiero los sitios tranquilos.
Soy de esas personas que prefieren las playas medio vacías, los cines medio vacíos, los bares con pocas personas y demás sitios igual. Y quizá pueda parecer un poco sin sentido ya que trabajo en un pub por las noches y siempre estoy rodeada de muchísima gente, pero por esa misma razón es que prefiero los sitios medio vacíos y tranquilos; porque siempre estoy rodeada de gente y con mucho ruido a mi alrededor, y al final del día lo que una quiere después de tanto alboroto, es tranquilidad.
Aunque también me gusta los sitios donde hay mucha gente; me encanta ir de fiesta, ir a discotecas a los conciertos y festivales. Supongo que es un cincuenta-cincuenta.

Le doy un trago a mi botella de agua al terminar el entreno, y me levanto de la máquina para ir ahora hacia los sacos de boxeo, me apetece boxear un poco antes de marcharme a casa. Ya he estado un buen rato ahí y me apetece hacer otra última cosa.

Veo a Miles a lo lejos en la parte de los sacos de boxeo, aunque parece que ya ha terminado, porque está quitándose los guantes de boxeo y las vendas que rodean sus nudillos.
Llego a su lado, pero él no me ve porque está espaldas a mi, aún así le doy una palmada en la espalda en forma de saludo. Miles se gira de golpe hacia atrás al no esperárselo; tiene el rostro muy serio y cara de pocos amigos, y está a punto de enfrentarse a la persona que le ha tocado, pero al darse cuenta de que soy yo, relaja las facciones aunque se mantiene serio.




—Tranqui fuera, soy yo –río, pero él sigue serio–. Ya he acabado en las máquinas. ¿Tú has terminado aquí?


—Sí. Llevo aquí mucho rato, pero ya he acabado por hoy. ¿Vas a hacer boxeo?


—Sí, me apetece golpear el saco un poco.


Miles asiente con la cabeza; —Yo haré un poco de pesas y después de eso me iré. Estoy agotado.



—Sí, yo también. Entonces nos vemos luego en un rato.






Miles asiente con la cabeza una sola vez y se va sin decir nada más, dándome la espalda y desapareciendo de mi lado caminando hacia las pesas.

Frunzo el ceño y me quedo mirándolo hasta que desparece de mi campo de visión; pensando en qué coño le pasa para que esté tan serio.

Hoy está raro, le noto raro y le conozco lo suficiente para saber que algo debe de estar ocurriéndole.
Vale que hoy hemos estado cada uno a nuestro rollo entrenando por nuestra cuenta, pero desde quedamos para venir aquí, lo noté raro, muy callado, distante y asumido en él.
Miles es un chico serio y la primera impresión que da puede que parezca un gilipollas y un chulo, pero cuando le conoces personalmente, ves que tiene su lado divertido, siempre está riendo y tiene un buen sentido del humor, siempre gasta bromas y tiene un buen rollo y buenas vibras increíble. Es buen chaval.

ONITSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora