Capítulo 46

727 32 13
                                    

Erica




He visto cómo Miles ha cambiado su cara mediante iban haciendo las preguntas y en las que tenía que ver Kian. Sobre todo cuando nos ha visto a Kian y a mi beber en ciertas preguntas que nos han dejado a ambos en evidencia.
Miles estaba sentado justo enfrente de mi y podía ver su cara en perfecto plano y perfectamente. He visto su cara pasar de desagrado a decepción, sobre todo cuando han hecho la pregunta de si alguien ha tenido sexo con alguien que esté aquí.

El juego ya ha acabado y cada uno se está levantado para marcharse del jardín, y aunque algunos otros siguen aquí, otros ya se han ido a dormir.
Me levanto yo también de la silla ya que no me apetece estar más tiempo en el jardín y camino hacia el interior de la casa, me siento en el sofá el cuál está libre y alzo las piernas encima del sofá sentándome encima de ellas. Me inclino hacia la mesa central y agarro el mando de la tele para buscar algo para ver y dejo el canal de MTV.

Son las tres de la madrugada, pero no me apetece irme a dormir. Me apetece quedarme un rato más despierta y ver la tele. Aún no tengo sueño.







—Hey, estás aquí.
–escucho la voz de Miles a mis espaldas.






Me giro hacia atrás y le saludo de la misma manera.
Miles rodea el sofá y después se sienta en el a un metro de distancia de mi.






—¿Qué tal vas?
–pregunta mirándome.





—Bien, un poco cansada, pero aún no tengo sueño. Así que he venido aquí a ver la tele. ¿Tú qué tal?






—Bien. Pero con la mosca detrás de la oreja.







Frunzo el ceño y elevo una ceja confundida.
No entiendo a qué se refiere con eso, ni que le ocurre.






—¿A qué te refieres?
–pregunto confundida.





—¿No tienes nada que decirme?
–dice totalmente serio.






—No. ¿Por qué?







—Porque te he visto muy pegada a Kian en estos días que llevábamos aquí. Con vaciles y tonterías de por medio. También he visto vuestras miradas cómplices y no hablo solo las de antes en el juego, hablo en general durante todo el día... dime la verdad, Erica. ¿Estáis liados? Sé sincera.







—¿Qué? ¡Claro que no! –niego con la cabeza– ¿Por qué piensas eso? Solo nos llevamos bien y nos gastamos bromas, no hay nada más. Ya lo sabes.







—No me mientas porque sabes que eso me jode. Si estás liada con él lo voy a respetar, pero no me mientas.







—No te estoy mintiendo, Miles. No estamos liados, no hay nada entre nosotros.







—¿No? ¿Segura? –dice mirándome fijamente a los ojos y frunce el ceño– ¿Y esto qué es?








Miles retira el cabello que cae por encima de mi pecho y que tapa mi cuello, echándolo hacia atrás hacia mi espalda, dejando libre la zona de mi cuello. Su mirada se clava en un punto fijo en mi cuello y después me mira a los ojos fijamente, con cara de pocos amigos.

Mierda
El chupetón.

Se me ha tenido que quitar el maquillaje que me puse antes en esa zona tapándolo.
No es un chupetón demasiado marcado ni notorio, pero se notaba un poco, así que decidí ponerle un poco de corrector encima para disimular y se tapó muy bien. Pero parece ser que de la calor y el sudor se ha ido quitando.







ONITSEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora