Capítulo 56

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Hoy a las 8 de la mañana ya estaba despierto y en pie. Apenas dormí, estuve dando vueltas y vueltas en la cama toda la noche intentando dormir, pero tenía la cabeza bastante cargada. Sólo he dormido cuatro horas y ni si quiera sé cómo pude pegar ojo, recuerdo estar dando vueltas hasta que al final me dormí. Pero sólo he dormido cuatro horas, a las 8 me desperté, no quería seguir en la cama intentando dormir porque sabía que no iba a conseguirlo. Y además de eso, ya me había desvelado. Así que me levanté, me cambié de ropa y me fui a correr por los alrededores para despejarme.
No sé cuánto recorrí, pero fue por un buen rato hasta que me cansé y volví a casa; desayuné ligero y bajé al gimnasio para entrenar. Quería seguir manteniéndome ocupado para no pensar, no me apetecía estar tirado en el sofá sin hacer nada porque sabía que los pensamientos volverían y no quería eso. Hacer deporte y ejercicio siempre viene bien para despejarse, así que eso hice.
He estado media mañana metido en el gimnasio haciendo ejercicio sin parar, consiguiendo que mi cabeza esté en silencio por varias horas, cosa que necesitaba urgente. Todo el tema con Erica me tiene rayado y me venía bien despejarme de todo.

Hago las últimas pesas y después dejo la pesa en su sitio. Llevo mucho tiempo aquí metido y ya me he cansado, quiero descansar.
Me acerco hacia el mueble que hay detrás, donde dejé antes una toalla para secarme, una botella de agua y mi móvil. Agarro mi móvil para ver la hora: 12:15 pm.
Joder.
El tiempo ha pasado bastante rápido. Llevo metido aquí desde las nueve, sabía que llevaba tiempo aquí metido pero no tanto. Se me ha pasado bastante rápido.

Guardo en el bolsillo de mi pantalón, agarro la toalla para secarme el sudor de mi frente y cuello, y después, agarro la botella y le doy un trago. Agarro las tres cosas y salgo del gimnasio dirigiéndome hacia hacia mi habitación, tengo que darme una ducha. Al llegar, dejo mi móvil tirado sobre la cama junto a la toalla también. La botella de agua la dejo sobre la mesita de noche. Me quito la ropa andando desnudo hacia el baño y entro en la ducha. Y par de minutos después, estoy fuera.
Me seco el cuerpo con la toalla y salgo hacia mi habitación dirigiéndome hacia el armario para sacar ropa limpia. Me coloco los bóxers, unos pantalones cortos negros de Nike, una camiseta negra simple y las air force negras.

Al estar vestido, salgo de mi habitación y bajo las escaleras dirigiéndome hacia la cocina. Al llegar, veo a Miles sentado en la isla desayunando.
Le ignoro y paso por su lado para tirar la botella de agua vacía y la ropa sucia en la lavadora, que está en el pequeño cuarto que hay al lado de la cocina.




—Oye. ¿Podemos hablar un momento?





Al escuchar la voz de Miles, frunzo el ceño y me giro hacia atrás, mirándole confundido.

Se me ha hecho raro que se dirija a mi y me hable, es algo que no esperaba. El tiempo que llevamos aquí no hemos intercambiado ni una sola palabra.
Actuamos como si no nos viéramos y no conviviéramos en la misma casa. Ambos nos ignoramos.
Miles no me cae mal, pero tampoco bien. Me cae sin más. Me da igual y lo ignoro. Yo no tengo ningún problema con él, me la suda bastante. Pero sé que él a mi no me traga.

Miles me mira serio, con sus ojos clavados en mi.
Me encojo de hombros.



—¿Conmigo? ¿De qué?
–respondo tranquilo.


—Sobre Erica.




¿Por qué quiere hablar conmigo de ella, precisamente él? No entiendo nada.

Frunzo el ceño, tenso la mandíbula y me cruzo de brazos. Estoy de pie frente a él, con una distancia que nos separara la isla que hay de por medio entre nosotros.

Ambos nos miramos fijamente.




—¿De ella? ¿Sobre qué?
–elevo una ceja manteniendo el ceño fruncido.




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