Capítulo 19

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Toco el timbre y espero frente a la puerta.
A los pocos segundos la puerta se abre y aparece Theo, quien me saluda con un choque de puños y me deja pasar echándose hacia un lado y cerrando la puerta detrás de mi. Ambos caminamos por el pasillo hasta llegar al comedor, donde aparecen sentados en el sofá Billy y Jaron, quiénes están fumando y viendo un partido de fútbol centrados. Al verme, me saludan con un movimiento de cabeza a lo que yo respondo igual y camino hacia el sofá individual para sentarme.
Theo vuelve al comedor con dos latas de cerveza en su mano. Una me la lanza la cual agarro en el aire y se queda de pie, mirando su móvil.
Abro la chapa de la lata y de inmediato doy un trago.

Parecen tranquilos, pero no entiendo el por qué tanta insistencia por parte de Theo para vernos y para que venga aquí.

Frunzo el ceño.

—¿Para qué querías que viniese?
–hablo y Theo despega la mirada de su móvil hacia mi.


Noto como traga saliva y apaga su móvil guardándolo en el bolsillo de su pantalón.
Da un trago a la cerveza y me vuelve a mirar.

Siento que algo ha pasado, tengo una sensación mala.


—Hemos perdido la mercancía. Le han dado una paliza a Ryan entre cinco y le han quitado todo cuando iba a entregarla.




Sabía que algo había pasado y no me sorprendr nada que haya sido esto. Aunque me jode, me jode muchísimo. Hemos perdido dos mil dólares en una noche, así de la nada.



—¿Cómo vamos a recuperar ahora dos mil dólares?
–hablo serio, frunzo el ceño mirándole.


—Sabemos como arreglar esto, no te preocupes. Está todo bien.

—Más os vale. Es dinero perdido, y no me gusta perder dinero.



Theo asiente con la cabeza y da un trago a la cerveza.


—Dile a Ryan que tenga cuidado la próxima vez y que se cuide.




No somos narcotraficantes.
Simplemente vendemos marihuana y pastillas.

Tenemos nuestros cultivos, vamos por libre, no tenemos socios ni enemigos.
Vendemos esto desde que teníamos quince años, llevamos años en el negocio y solamente lo hacemos para sacarnos algo de pasta. Se gana bien y es dinero rápido y fácil, ¿a quién no le gusta?
Somos de calle, nos hemos criado en la calle y esto para nosotros es un trabajo normal.

Otros van más allá, con drogas más fuertes y peligrosas. Nosotros no hemos pasado esa línea, no queremos meternos en terrenos sin salida.
Aunque vendiendo marihuana y pastillas tienes que tener precaución, también hay mucho cabrón que intenta joderte y siempre hay que tener cuidado y con mil ojos a tus espaldas.

Empezamos como un trabajo necesario para poder tener algo de dinero y poder salir adelante, y ha terminado siendo siendo un trabajo serio para nosotros. No nos dedicamos a esto al cien por ciento, tenemos nuestra vida y nuestro trabajo formal. Pero queremos seguir con esto, tenemos dinero rápido, fácil y cuando queramos.

La calle te enseña a ser así.
Quien no vende droga, roba.



—¿Tenéis idea de quien ha podido ser?


—No. Ryan no les vio la cara, era de noche y fue en la entrada de la casa de Williams. Vinieron por detrás, estarían atentos a los movimientos de Ryan y atacaron cuando lo tenían a huevo.




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