ONITSED

Capítulo 34

Kian

Vuelvo a la habitación y encuentro a Erica dormida boca abajo en la cama, con una pierna encogida y la otra estirada a lo largo del colchón. Camino hacia ella y agarro la sábana para arroparle hasta la cintura y me quedo un par de segundos observándole; tiene los labios hinchados y un poco rojizos, culpa de los besos que nos hemos dado y alguna marca por su cuello. Su pecho sube y baja despacio, durmiendo plácidamente.
Desvío la mirada ahora hacia su cuerpo, observando los tatuajes que decoran su piel y los que deja ver desde la posición en la que está: los tatuajes de su espalda, los de sus brazos –donde hay varios tatuajes dispersos– y los de sus piernas. Hay tatuajes que conocía pero otros ocultos que he descubierto hoy.

Le doy una última mirada y salgo de la habitación dejando la puerta entrecerrada. Camino hacia el comedor y al llegar, me siento en el sofá y agarro el paquete de tabaco que descansa sobre la mesa; saco un cigarro para prenderlo y le doy una calada profunda en seguida llenando mi garganta. Necesitaba esto y más aún después de haber follado.

Observo a Anubis llegar hacia mi meneando la cola contento y se sienta a mi lado. Le acaricio la cabeza mientras le miro y me pongo a pensar.
Jamás he visto a Anubis portarse bien con desconocidos, es un perro bueno pero es desconfiado y no suele fiarse de cualquiera, cuesta ganarse su confianza. Pero Erica desde el primer día que vino aquí a casa, en seguida logró llevarse bien con él. Es algo que ni si quiera Tai ha logrado en estos años que le conoce. Y me gusta.

Le doy otra calada al cigarro y elevo la mirada hacia en frente, hacia algún punto fijo imaginario del comedor mientras que flashbacks de antes aparecen de repente en mi mente llevándome de nuevo a ese candente momento que hemos tenido antes;
Su cuerpo bajo el mío, ambos cuerpos desnudos tapados únicamente con una toalla, mis manos tocando la piel desnuda de su espalda notando el tacto de su suave y delicada piel llena de tatuajes. Sus suaves gemidos de placer mientras le hacía el masaje provocándome y enviándome pensamientos calientes de querer arrancarle la toalla que cubría sus caderas. El estar después cara a cara con nuestras caderas presionándose una a la otra a través de nuestras toallas, despertando aún más esa parte de mi la cuál estaba ansiosa por sentir su cálido cuerpo. Su respiración agitada y sus labios carnosos encajando con los míos y nuestras lenguas enredándose una con la otra, me estaban volviendo realmente loco. Sus pechos perfectos encajaban en mis manos y en mi boca perfecto, sintiendo el sabor del metal del piercing de su pezón mientras jugueteaba con mi lengua con el.
Su sabor bajo mi boca, su increíble cuerpo reaccionando ante mi tacto y mi toque sintiendo su respiración acelerada y su espalda arqueada. Disfrutando de mis caricias y mi toque, volviéndome jodidamente loco al saber que estaba así por mi.

Mis manos encajaban perfectamente en cualquier parte de su cuerpo, cómo si estuviera hecha para mí y para mi toque. Sus ojos estaban brillosos, llenos de deseo y de excitación, su respiración jadeante y sus gemidos me llevaban a la locura mientras la saboreaba como si fuera mi dulce favorito y tocaba todo su cuerpo.
El momento donde hemos encajado y nos hemos convertido en uno, ella cerrándose alrededor mia. Sus piernas alrededor de mis caderas, sus manos en mi nuca profundizando el beso mientras que el sonido de nuestros cuerpos chocando sonaba por toda la habitación acompañado de nuestros gemidos.
El momento en el que ella se ha montado encima de mi cabalgándome y tomando ella el control de la situación mientras movía sus caderas de forma frenética, exquisita, rápido y lento volviéndome jodidamente loco con sus movimientos. Sintiendo todo el calor de su cuerpo, su piel pegada a la mía, gimiendo de placer en mi boca y sintiendo su interior apretarse llegando los dos a la misma vez al punto exacto. Ha sido un sexo increíble.
Estaba seguro de que sería buena en la cama, pero por alguna razón, me ha sorprendido bastante aunque lo esperaba que fuera así. Ha sido brutal e increíble, tiene movimientos dignos de volverte loco.