Después de habernos perdido, ya que Miles no se sabía la calle exacta –aunque según él "si lo sabía" y no quiere reconocer que se ha equivocado– después de más de veinte minutos dando vueltas, hemos encontrado aparcamiento y la casa de Raban.
Estamos a un par de metros de distancia, la puerta está abierta ya que alguien acaba de abrirle a un grupo de personas que acaban de llegar y al vernos caminar hacia ellos, han dejado la puerta abierta de par en par y desparecer en el interior de ésta.
Al dar los últimos pasos, música a fuerte volumen empieza a escucharse. Entramos a la casa y cerramos la puerta detrás de nosotros ya que no viene nadie más. Miles saluda a un grupo de tres chicos que se ha encontrado nada más entrar en el recibidor de la casa y yo sigo mi camino entrando en el salón-comedor donde hay algunas personas desperdigadas por aquí.Miro a mi alrededor buscando con la mirada a Raban ya que es junto a Miles las dos únicas personas que conozco, al menos, de momento no he visto a ningún conocido ni a ninguno de los chicos. Parece ser que aún no han llegado.
Sigo andando por la enorme casa y me encuentro a mi izquierda la puerta corredera que da al jardín, el cual es bastante espacioso. La música se escucha muchísimo más fuerte, hay muchísima más gente y el olor a barbacoa empieza a ser notorio.Doy un paso al jardín y veo la multitud de personas que hay; unas alrededor de la barbacoa, otras a un lado de la piscina y otras desperdigadas por el jardín. Casi todos los que se encuentran aquí, que deben de ser cerca de cincuenta personas, son chicos, menos diez chicas que hay, contándome a mi.
Me doy la vuelta en un pequeño sobresalto cuando noto que alguien me toca el hombro sin esperarlo. Me giro y veo a Raban en frente de mi, subiendo su mano para que choquemos los puños. Está vestido con unos vaqueros y una camisa de palmeras blanca y negra, junto a unas gafas negras y una sonrisa encantadora, como siempre.—Sabía que ibas a venir. Estás muy guapa.
–sonríe.—Gracias.
–respondo en media sonrisa.—¿No ha venido Miles? Pensaba que vendría contigo.
—Se quedó saludando a unos chicos, ahora vendrá aquí.
Raban asiente con la cabeza y de repente mira hacia atrás de mi, alza las cejas sorprendido de haber visto a alguien y alza su mano en forma de saludo.
Se disculpa con un: "luego nos vemos, sírvete lo que quieras" y se marcha dejándome a solas nuevamente.
Suelto un suspiro y miro a mi alrededor.
No sé qué hacer ni dónde ir, no conozco a nadie, así que, giro sobre mis talones y camino hacia el interior de la casa para ir a la cocina a por algo de tomar ya que todas las bebidas están ahí.A lo lejos y entre algunas personas que hay, veo de reojo a Miles caminando hacia mi dirección, mientras masca un chicle y se coloca a mi lado apoyando sus brazos sobre la isla mientras observa cómo me sirvo la copa.
Hay como quince botellas de alcohol diferentes todas en la isleta desperdigadas, junto a bastantes vasos de cartón rojo y bastantes cervezas.—Raban me preguntó por ti. Pensaba que no habías venido.
—Ahora le saludaré.
Dejo la botella sobre la isleta y Miles agarra la misma botella y un vaso sirviéndose de la misma botella de alcohol que yo. Al tener los dos nuestras bebidas, caminamos hacia el jardín de nuevo.
El sol ya se está marchando, aunque todavía hay bastante claridad.Caminamos hacia donde están los chicos, quienes parece que acaban de llegar todos ahora.
Saludo a cada uno de ellos con un choque de puños y nos quedamos en un lugar del jardín todos mientras hablamos. O más bien ellos hablan, yo estoy en mi mundo mientras tomo del vaso y miro a cada persona que hay en este lugar, cotilleando y viendo si conozco a alguien de casualidad.
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ONITSED
Teen FictionHay veces en la vida que crees tener una buena vida. Que crees tener todo bajo control o al menos eso intentas, pero de un momento a otro, esa luz que estaba encendida y te alumbraba todos los días... empieza a parpadear. Hasta que finalmente esa...