-24-

411 34 2
                                    

Ya estaban a más de mitad de camino, faltaban menos de 2 horas para llegar a su pueblo.

Su padre estaba dormido, en cambio, él no había podido hacerlo.

Tenía nervios, muchos nervios por llegar a su casa y contarle a su madre, a sus hermanitas, y que en general los demás se enteraran de su estado.

Sonrió de medio lado. Desde que sabía que sus padres lo apoyarían estaba más tranquilo.

Aunque eso no restaba lo demás.

Pero no quería pensar en aquellos temas.

Como costumbre, llevó su mano a su vientre, acariciando con suavidad, sintiendo la dureza de su abdomen.

--Ahh, eres tan pequeño -- murmuró -- ¿Cuando vas a patear amor? La doctora dice que más o menos a mitad del quinto mes lo hacen.

Siguió acariciando, hasta que entre caricia y caricia, junto a otras palabras bonitas, pudo quedarse dormido.

Un rato después, despertó con el toque de su padre, ya habían llegado y todos los pasajeros estaban bajando.

Dió un suspiro, y somnoliento se estiró un poco para salir del asiento y agarrar sus maletas.

Su padre le ayudó, pues además de que él no llevaba equipaje alguno, su hijo estaba embarazado, no quería que cargara tanto.

--Tu madre dejó a las niñas con tu tía, ella nos está esperando para ir a casa.

Oliver lo miró extrañado.

--¿Por qué no trajo con ella a las niñas? -- preguntó.

--Bueno hijo, la espera las podía aburrir, además, siento que necesitamos tener una charla de adultos los tres -- respondió -- recuerda que ella aún no sabe de tu estado.

El pelirrojo asintió, había olvidado ese detalle por un momento.

--Ella también te apoyará amor -- volvió a hablar su padre, acariciando con suavidad el hombro de su hijo.

--¿Dónde está?

--Dijo que nos esperaría en la cafetería.

Asintió, y junto a su padre, emprendió camino a la cafetería, que no quedaba muy lejos, pero si en el piso de arriba, por lo que había que subir por las escaleras eléctricas.

¿Qué pensaría su madre sobre esto?

Siempre había sido una mujer comprensiva, amable, amorosa, y si, tal vez también lo apoyaría, pero, ¿Qué pensaría en realidad sobre todo eso?

Mientras estaban en las escaleras eléctricas estaba asustado.

Llegaron a su piso, y de lejos se veía en la cafetería a su madre sentada.

Respiró hondo, su padre lo miró y con la mirada, lo animó a ir donde su madre.

Se acercaron, con cada paso sentía su corazón latir cada vez más fuerte.

Su padre tocó por la espalda a su madre, haciéndola voltear, quien al verlos, se levantó rápidamente para abrazarlos a ambos.

--¡Están aquí! -- exclamó.

Poco a poco se fue separando, y miró a Oliver de forma sorprendida.

--Hijo...tu -- dijo mientras bajaba un poco su mirada, hacia el abdomen del omega.

Oliver sintió vergüenza.

--Creo que tenemos mucho de que hablar -- dijo su padre, dándole un beso a su madre para después sentarse en la mesa.

Coincidencia - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora