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El camino a la facultad fue alegre y silencioso, ambos omegas estaban felices de que todo estuviera bien, pero las dudas llegaban a ambos sobre todo lo que tenía que ver con el afrodisíaco.

Al llegar y subir al dormitorio, Oliver se acostó en la cama dando un largo suspiro.

--Estoy cansado -- dijo.

--También lo estoy -- dió un bostezo -- Oli, ¿No te gustaría averiguar sobre ese afrodisíaco?

El pelirrojo miró al rubio y luego negó.

--Tengo muchas dudas -- respondió -- pero no voy a gastar energías en resolverlas, todas esas dudas son algo que no interfieren en mi o en mi bebé, por lo que no veo necesario saberlo.

>>Voy a concentrarme solamente en la carrera y en mi bebé.

Ben sonrió.

--Se veía tan bonito en esa ecografía.

Oliver asintió.

--Ya parece todo un bebé -- rio.

--En fin -- Ben se mordió el labio -- Ayer la pasé muy bien con Alan.

--¿Qué hicieron?

--¿Quieres todos los detalles? -- dijo Ben divertido.

Oliver puso cara de asco.

--Ugh, claro que no.

--Lo sé -- dió un suspiro -- fue maravilloso Oli, hace mucho no me sentía tan bien con él, siento que volvimos a ser los mismos.

--Me alegra mucho que eso pasara Ben -- dijo -- Pero dime, ¿Que te dijo él al ver la sorpresa?

--Estuvo muy feliz, le gustó mucho, ni podía creerlo.

Y es que Ben reservó una habitación de hotel con tina y jacuzzi, tal como el alfa había querido que fueran hace algún tiempo, disfrutaron, comieron, rieron, hicieron el amor y se divirtieron uno junto al otro, uno al lado del otro, como alfa y omega.

El resto de la tarde ambos omegas comieron un poco, vieron televisión, estuvieron en sus móviles y finalmente, uno de ellos calló ante el sueño, quedándose dormido, el rubio para ser precisos.

Oliver, por su parte aún no estaba del todo cansado, pensó en todo lo que sucedió el día de hoy, estaba feliz, su hijo estaba sano, y ya sabía su sexo, tendría un niño, un pequeño niño al cual iba a amar y proteger con su vida.

Estaba decidido a dejar atrás todo el suceso de la fiesta y concentrarse simplemente en lo que ahora era importante, su felicidad.

No valía la pena tratar de recordar o saber que sucedió en aquel lugar, tenía dudas, si, y muchas, pero no había una manera fácil de conseguir respuestas, por lo que no se iba a desgastar, ya que al fin y al cabo, esas respuestas no tenían gran repercusión en su vida ni en la de su bebé.

Si llegaban a él, estaba bien, y si no, no importaba, pero ya no se iba a atormentar más, ahora solo iba a disfrutar.

La emoción del momento le hizo pensar en que quería hacer algo, algo que hace mucho no hacía, que no acostumbraba a hacer y que quería hacerlo.

Dirigió una de sus manos a aquel lugar donde se encontraba su hijo, acarició por encima con cuidado sintiendo la dureza de su vientre, aquel que protegía a su pequeño que se estaba desarrollando.

Dió una pequeña caricia, luego recorrió toda la extensión, su piel se sentía suave pero dura, luego llevó la otra mano e hizo lo mismo para después acariciar suavemente con ambas manos, sintiendo su abdomen abultado, la redondez de su panza, sintiendo a su hijo.

Coincidencia - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora