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Oliver - Leonard

La última vez que se metió a un jacuzzi fue cuando Ben lo invitó a su casa.

Porque si, la unidad residencial donde vivía su amigo tenía jacuzzi.

Sin embargo, lo que sentía en ese momento, ahí con Leonard, no se comparaba.

El agua estaba calientita, habían burbujas y ambos hablaron muy cálidamente, brindaron con jugo, gracias a qué por el estado del pelirrojo no podían tomar alcohol, y ya después de un rato, Oliver estaba que se quedaba dormido por la relajación que sentía.

--Ven, vamos a dormir -- dijo el alfa.

El omega asintió, y ambos se levantaron de dónde estaban, se envolvieron en toallas y se secaron para después cambiarse de ropa y colocarse las pijamas.

Claro está que cada uno se dió su espacio para hacerlo, aún no se cambiaban frente del otro.

Se secaron el cabello, está vez si fue juntos, y se acostaron en la cama, dispuestos a dormir.

Leonard empezó a sentir un olor, parecido al que sentía las otras veces, pero este era menos dulce y no tenía el característico olor a bebé.

--¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara? -- preguntó Oliver al verlo.

--¿Hueles eso?

--¿Qué cosa? -- preguntó, dando un bostezo, haciendo el gesto de olfatear, cayendo en cuenta después de unos segundos -- Oh, soy yo -- dijo sintiendo el calor llegar a su cara -- parece que no me puse bien el neutralizador, lo siento.

--No, no importa, está bien -- sonrió -- es solo que se me hizo conocido.

--¿Conocido? -- volvió a bostezar -- ¿sabes que? creo que mejor me cuentas mañana, ya tengo mucho sueño -- rio, sintiendo los ojos cerrársele poco a poco.

--Esta bien, amor -- sonrió.

--Pero antes de eso, quiero decirte algo -- dijo, acercándose al alfa -- gracias por este día tan espectacular, te quiero demasiado Leonard.

El castaño lo miró con los ojos brillosos.

--Yo también la pasé excelente a tu lado Oli -- dijo.

El omega cortó la distancia que había entre los dos, y juntó sus labios con los del otro, sintiendo mil burbujas en todo su ser, sintiendo un beso lleno de calidez, de amor, de suavidad.

Los labios de su alfa se sentían como algodón, como masmelos, como lo mejor.

Después de unos segundos se separaron buscando respirar, y Leonard acunó la mejilla de su omega en su mano.

--Te quiero Oliver Jones -- murmuró.

--Yo también te quiero Leonard Fergurson -- respondió.

Y otra vez se acercaron, pero solamente para darse un beso casto.

--¿Puedes hacer algo por mi? Por favor -- dijo el omega.

--¿Qué cosa cariño?

--¿Puedes acariciar mi abdomen como la vez pasada?

El alfa sintió sus mejillas enrojecer.

--Esta bien -- le sonrió, acercando su mano al vientre del omega, acariciando aquella redondez con mucha suavidad, sintiendo al bebé moverse rápidamente, provocándole una risa.

--Vaya, parece que este niño no tiene sueño -- dijo, Oliver rio.

--Le gusta cuando me acaricias -- dijo el omega con los ojos ya cerrados -- y no lo digo por decirlo, de verdad creo que eres la única persona con la que se porta así.

Coincidencia - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora