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Leonard

El sentirse anonadado no le impidió salir corriendo hacia la residencia de Oliver, sin saber si iba a estar o si estaría ocupado, en ese momento lo único que importaba era llegar rapido.

Llegar rápido para contar lo que había acabado de suceder, aquello que lo liberaba, aquello que tanto estaban esperando.

Y no supo en qué momento, pero ya se encontraba frente a la puerta del omega, con la respiración agitada, esperando a que le abrieran, cosa que sucedió rápidamente, mostrando a un pelirrojo confundido detrás.

Y tal vez solo fue el instinto, pero tan pronto como pudo, lo enrolló en sus brazos en un cálido abrazo, dejando al omega aún más confundido, sin embargo, no sé negó al contacto.

Duraron unos segundos así abrazados, el alfa se separó, mirando al contrario con los ojos brillantes, su mirada llena de ilusión y felicidad.

--Al fin, Oliver - murmuró - al fin.

Y está vez el omega no se sorprendió cuando el castaño lo volvió a abrazar, pues todo su ser irradiaba alegría.

--¿Qué pasó? - preguntó risueño, haciendo pasar al alfa, no quería quedarse ahí con la puerta abierta.

Leonard dió un suspiro.

--Sentémonos -- murmuró, acunando la mejilla del omega.

Oliver asintió, y ambos pasaron a sentarse, el pelirrojo a la expectativa y el castaño con ganas de decir absolutamente todo.

--Ya pude averiguar -- dijo el alfa, agarrando la mano del omega -- ya sé la verdad, Oliver.

El pelirrojo abrió los ojos con sorpresa, sintiendo su corazón latir más fuerte.

--¿D-de verdad? -- tartamudeó.

--Si -- afirmó -- Gracias a Matthew pudimos saber con quién hablar, y ya lo hicimos Oli -- expresó con una sonrisa.

Y comenzó a contar lo que hablaron, la negación de Gabriel y al final, toda la información que les brindó.

--El afrodisíaco se transmitió por vía de fluidos, cuando nos besamos, ya se estaba transmitiendo -- dijo -- Oli, yo también entré en celo...también estuve en celo...Dios, yo sabía, yo-

Y quedó interrumpido, pues unos labios se pegaron a los suyos, comenzando un dulce beso, un suave beso que ansiaba desde hace mucho tiempo, que extrañó por lo que parecieron siglos, y que le confirmaba que ya no habían dudas, que el omega ya no sentía dudas respecto a él, respecto a lo que pasó, que ahora no solo era su corazón pidiéndole actuar, sino que este y su razón por fin llegaron a un acuerdo.

--No sabes...no sabes la alegría que me da escuchar todo esto -- murmuró el omega -- y tampoco sabes la felicidad que me da poder hacer y sentir esto sin sentirme mal o culpable.

>>Te amo Leonard, y a partir de ahora quiero que seamos la familia que estamos formando, tu, yo, y nuestro hijo, amándonos entre nosotros.

El alfa sintió sus ojos lagrimear, todo parecía un sueño del que no quería despertar.

--Yo también te amo Oliver -- dijo, soltando algunas lágrimas mientras daba una sonrisa -- te amo, te amo con toda mi vida, los amo a los dos -- acarició el vientre del omega -- no sabes la felicidad que me da poder volver a estar así contigo, te extrañé muchísimo...y ahora que todo se resolvió solo puedo sentir mi cuerpo liberado.

>>Es hora de ser felices, nos merecemos ser felices.

Y con suavidad, acunó las mejillas del pelirrojo, acercándose, comenzando un nuevo beso, más largo, colocando sus manos en la cintura del omega, y recibiendo las de este alrededor de su cuello.

Coincidencia - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora