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Leonard

Despertar un domingo a las 7 am no era algo de costumbre para Leonard Fergurson.

Mucho menos abrazado al omega y con su mano sobre el vientre de este.

Por lo que, al ver la escena, la somnolencia que tenía se le fue de inmediato, alejando rápidamente su mano de aquel lugar.

Y es que no podía con la vergüenza.

¿Por qué su mano se iba al vientre de Oliver?

Por Dios, el vientre de un omega embarazado era sagrado.

Y por más que fueran novios, eso era parte de la intimidad del pelirrojo, además de que no llevaban ni el mes de estar saliendo.

Miró al omega, que lucía plácidamente dormido, eso lo alegró, no le gustaba verlo llorar o triste.

Se sentó en la cama, pensando un poco sobre lo sucedido el día de ayer.

Oliver no quiso ir a la facultad porque no quería sentir el ambiente de que se estaba llevando a cabo la fiesta de ciclo.

Aún habían muchos vacíos y para Leonard, tal vez lo mejor es que el pelirrojo supiera toda la verdad.

Porque así al menos sabría lo que pasó, y si, puede que sea traumático conocerlo, pero era peor si no sabía nada.

Porque podría volver a tener noches como las que tuvo ayer.

Porque todo podría parecer sospechoso.

Y si bien, conocer la verdad no era lo más agradable, peor aún era quedarse sin saber lo que sucedió.

Porque conociendo la verdad, Oliver podía tomar terapia, e incluso podía tomar mejores decisiones en base a eso.

Pero estar en la laguna del desconomiento no solo lo llenaba de dudas, sino que lo hacía actuar en base al miedo de como pudieron suceder las cosas.

Sin embargo, había un gran problema, y es que el omega ya muchas veces le había manifestado que no quería averiguar las cosas.

Ni que nadie las averiguara por él.

Y Leonard, solo podía respetar su decisión, y así mismo, apoyarlo.

--¿Por qué estás despierto tan temprano? -- preguntó Oliver recién levantado al sentir que faltaba calor, provocando que Leonard lo mirara con ternura.

--No lo sé, simplemente desperté -- ¿Estaría mal no decirle que su mano estaba sobre su vientre? -- ¿Y tú?

--Bueno, me faltaba un poco de calorcito
-- dijo bostezando -- no sé que tengas tu, pero dormí como un bebé, no había vuelto a dormir tan bien desde hace mucho tiempo.

Leonard sonrió.

--¿Por qué lo dices?

--No lo sé, pero sentí mucha tranquilidad durmiendo a tu lado -- se desperezó -- gracias cariño.

El alfa le dió un beso en la frente.

--Todo para que tú y el bebé se sientan bien. -- murmuró -- sabes que los quiero muchísimo.

-- Nosotros también -- sonrió -- Oh y claro que este pequeño se siente bien porque lo estoy sintiendo moverse como si estuviera en una cancha de fútbol. -- rio.

Leonard lanzó una risotada.

--Eso quiere decir que está feliz aquí, ¿Cierto bebé? -- dijo con voz mimosa mirando el vientre del omega -- Vas a ser un gran futbolista, o deportista, o lo que sea, pero lo que está seguro es que serás un niño muy feliz y amado.

Coincidencia - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora